viernes, 23 de enero de 2015

El individualismo andaluz


Se ha dicho muchas veces que el andaluz es individualista, egoísta, que va a lo suyo. Pone su interés por encima del de los demás. Yo creo que es exactamente al contrario. En España no hay comportamiento más gregario que el del panorama andaluz. 


Nadie piensa de forma individual sino que bascula sus pensamientos teniendo en cuenta a la masa. Es cierto que de vez en cuando, de este ambiente tan opresivo para el pensamiento, surge el genio, la inteligencia. Y es precisamente por esa esclavitud del pensamiento por la que afloran anhelos de libertad más enérgicos. Libertad artística, creativa, imaginativa. El yugo es muy pesado.

Creo que “El Demócrata Liberal” es fruto de ese anhelo. La sociedad andaluza tiene dormida dentro de sí mucha libertad, pero latente. Ha conseguido adormecerla con décadas de domesticación y adocenamiento bajo la tiranía de caciques de todo tipo. Y cada vez es más difícil que esta tierra vea crecer el libre pensamiento pues no se está dispuesto a asumir la responsabilidad que ello conlleva.

La libertad se expresa en la capacidad de pensar y llevar a cabo el pensamiento. Quizá alguno opine que es libre en Andalucía y, por extensión, en España, pero nada más lejos de la realidad. Lo primero que salta a la vista es que no todos los españoles tenemos la capacidad de llevar a cabo nuestro pensamiento (algunos ni han llegado a pensar) pues las leyes no se aplican de igual forma a todos. Pero el elemento definitivo que hace que podamos ser libres políticamente, en el terreno público, es que los demás sean libres, que todos seamos igual de libres. Esto es: yo no seré libre hasta que tu no seas libre.

Por eso en Andalucía no somos libres, ni en el resto de España. La política en nuestro país nos expulsa de la vida pública y nos convierte en masa silente. Al margen de las decisiones que nos afectan a todos. La res pública (cosa pública) está secuestrada y muchos aún creen que vivimos en democracia. No hay más esclavo que el que piensa que es libre mientras las cadenas lo aprisionan. Quizá, esta opresión haga surgir, como ha ocurrido otras veces, mentes libres y anhelantes de libertad política suficientes como para derrocar este régimen de partidos donde sólo reina el Estado. La sociedad civil debe civilizar al Estado, enfrentarse como poder dentro de una República Constitucional que equilibre dichos poderes para que podamos ser libres: la nación (Legislativo), el Estado (Ejecutivo) y el mundo judicial (Jurídico). Eso es democracia y eso es algo por lo que merece luchar en política. Lo maravilloso de ese sistema es que buscando mi interés, en contrapeso con los de los demás y asumiendo todos nuestra responsabilidad, mi libertad se basa en la libertad de los demás. Así, cuanto más libres seamos, más podemos ser nosotros mismos. No tendremos que pensar como la masa y podremos de verdad llevar a cabo nuestro pensamiento.

Esta publicación que tiene un título tan definitorio como “El Demócrata Liberal”, nos concita a diversos ciudadanos para defender desde nuestras posiciones la fortaleza de la república. Ojalá la libertad de cada cual junto con la unión de nuestras fuerzas sirva para, al menos, crear una alianza de andaluces libres.


Manuel Ramos


2 comentarios:

  1. "La esclavitud crece sin medida cuando se le da apariencia de libertad" (Ernst Jünger)

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  2. ¿Por que una república? No somos capaces de poner en marcha las libertades que nos hemos dado, y ahora queremos una república. El sistema no es lo que falla, lo que falla es quien esta en el sistema, y la poca preparación de los ciudadanos para apreciar lo que pasa y elegir lo que les conviene.

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