domingo, 5 de julio de 2015

Aznalcóllar y el nuevo tiempo de Susana Díaz



Aznalcóllar no es la excepción, es el ejemplo. Un ejemplo que refleja las prácticas habituales, tanto en el viejo régimen de los cuatro golfos inmolados en el altar del Supremo amigo, como en el nuevo tiempo de ‘’estapresidenta’’, que aprendió de y amparó a sus padrinos políticos hasta antesdeayer. Las prácticas son las mismas antes y ahora. Nada ha cambiado. No hay adjudicación de contrato, servicio, subvención, concierto o  empleo público en Andalucía que no responda a los  intereses de la casta del partido gobernante desde hace casi 40 años. Susana Díaz lo sabe. Gracias a ello ha llegado a presidir el gobierno de esta Comunidad. De ello depende el mantenimiento ‘’ad eternis’’ del régimen advenido, hEREdero del antiguo, y que presenta como características propias una mayor insolencia, osadía y temeridad en la acción, revestida de más demagogia, cinismo y petulancia en las formas.

Les recuerdo aseveraciones grandilocuentes del nuevo estilo verbal instaurado en el Gobierno de Andalucía desde finales de 2013….

-        ¡Pongo la mano en el fuego por Chaves y Griñán!
-        ¡Voy a ser implacable con la corrupción!
-        ¡Quien la hace la paga!
-        ¡Recuperaremos hasta el último euro!
-    ¡Aznalcóllar es una pelea entre empresas!

En poco más de un año,  todas han sido contundentemente desmentidas por Tribunales de Justicia de todas las instancias, además de por la Cámara de Cuentas, la Policía, la Guardia Civil, la Unión Europea, la  Intervención General de la Junta y del Estado, medios de comunicación, sindicatos de funcionarios, empresarios, abogados, víctimas y delincuentes, etc., etc., etc.

No cabe mayor desautorización para el máximo responsable de una colectividad que sus palabras, no sólo sean puestas en entredicho día tras día por la ciudadanía, si no que sean desmentidas reiteradamente, con hechos y sentencias probatorias, por todos los órganos que ostentan la mayor representatividad en cuanto a poder y legitimidad en esa comunidad. 

El más reciente episodio  de este acontecer diario en el submundo Andalucía ha derivado de la polémica  adjudicación de los derechos de explotación de la mina de Aznalcóllar, en Huelva.  Esta semana se ha conocido que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional –UDEF- acusa a la Junta de ‘’amañar el concurso’’, ‘’vulnerando el procedimiento legal’’,  para ‘’aplicando la discrecionalidad’’ poder elegir a un ‘’ganador predeterminado’’.

Después de un mes de pesquisas, la Policía ha finalizado su investigación por presunto fraude y prevaricación con 15 detenidos, entre los que figuran altos cargos del Ejecutivo, técnicos y  dos de los empresarios  ganadores de la convocatoria, que ejercieron como intermediarios y comisionistas finales. La juez que instruye este nuevo caso de corrupción política en Andalucía ha censurado que el concurso ‘’careció del más mínimo rigor’’.

Pues bien, reafirmo, de similar manera como ha acontecido en la adjudicación de la mina de Aznalcóllar durante la nueva era ‘’Susánida’’, -o, sea, ‘’con absoluta falta de rigor’’-, los amigos y testaferros del régimen  resultarán beneficiarios en toda distribución del presupuesto público andaluz, mientras Ciudadanos, ese partido que venía a renovar el panorama político español, mantenga su apoyo a un sistema caduco y corrupto hasta la médula. Y ello ocurrirá porque hay mucha gente que forma parte de este entramado mafioso y mucho beneficio a repartir. De manera directa, y salvo singularidades, la distribución será, un suponer, la siguiente:

1.- Una parte del beneficio para el partido
2.- Otra parte del beneficio para los arriba firmantes
3.- Otra parte del beneficio para los comisionistas.
4.- Otra parte del beneficio para la empresa, organización o persona receptora
5.- Otra parte del beneficio para los que pagarían el pato, llegado el caso.  
6.- Otra parte del beneficio para hacedores de opinión pública, justicia y seguridad.   

Debido a este exceso de beneficiarios en el reparto final de todo pastel elaborado con fondos públicos, el presupuesto de todo gran proyecto acaba  duplicado, cuadriplicado o sextuplicado. O, como ha ocurrido en  la última legislatura, directamente financiado por entidades bancarias a las que durante décadas pagaremos intereses fuera de todo control. La famosa fórmula público-privada puesta de moda por el primer gobierno de Susana Díaz.

El maná incesante de los fondos europeos desbocó sin límite la avaricia de los gobernantes sureños y de los buitres financieros que los manipulan. Pero, después de siete años de crisis,  tanta mamandurria ha consumido el erario público  a ritmo vertiginoso, hasta el punto de agotar el manantial y provocar un agujero que, oficialmente reconocido,  asciende a un año de ejecución presupuestaria. Es decir, el gobierno andaluz no podría invertir ni un euro durante todo un año si decidiera o se viera obligado a subsanar su déficit financiero –más de 20.000 millones de euros- y con sus acreedores –hasta 10.000 millones, aproximadamente-. Una deuda, por cierto, que nos obliga a pagar en torno a 10 millones de euros en intereses diarios durante este 2015. Este agujero sería infinito si la Unión Europea decidiera alguna vez exigir la devolución de los miles de millones que ha enviado a esta parte del continente para subsanar su mal endémico, el paro,  y que han sido malversados o desviados a objetivos muy alejados del interés general. 

Andalucía no tiene futuro

Por esta razón y otras miles de similar naturaleza, todas relacionadas con el mítico refrán ‘’la avaricia rompe el saco’’, Andalucía no tiene futuro. Salvo que empecemos a considerar que el futuro de Andalucía sólo pertenece a los hijos predilectos del régimen. El gobierno de Susana Díaz, como antes el de José Antonio Griñán, como antes el de Manuel Chaves, no tiene más objetivo que alimentar a los SUYOS para que éstos, en masa abducida, mantengan  los privilegios de los nuevos señores feudales del reino. Los SUYOS son las familias de los 500.000 trabajadores eventuales agrarios, especialmente de los 130.000 que creen cobrar las migajas del subsidio básico gracias al socialismo redentor de obreros. Los SUYOS son las  30.000 familias de los enchufados en la Administración paralela, -entre ellos y especialmente los 2.000 trabajadores de Canal Sur, grupo PRISA y demás medios locales sustentados con el presupuesto que sufragan todos los andaluces-.  Los SUYOS son las familias de los 20.000 funcionarios y laborales incrustados en la Junta de Andalucía,  en las administraciones locales y en las universidades de la mano del partido, el sindicato y organizaciones afines. Los SUYOS son las 10.000 familias seleccionadas en los EREs y cursos de formación fraudulentos. Los SUYOS son, aproximadamente, los 9.000 liberados sindicales y representantes empresariales que pululan por el universo  laboral recibiendo graciosamente subvenciones y ayudas a cambio de captar clientes para la mayor empresa de la Comunidad.   Los SUYOS suman en torno a millón y medio de andaluces, según los votos obtenidos en las elecciones de marzo.

Pero …. ¿y los OTROS? ¿Qué será del futuro de los 7 millones de hijos e hijas de Andalucía que no cuentan para el nuevo gobierno de Susana Díaz?







http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Mara%20Mago

1 comentario:

  1. Dos correcciones:

    - Aznalcóllar está en Sevilla, no en Huelva.
    - Los funcionarios de carrera, sobre todo los que entramos por oposiciones libres, no somos "suyos". Por favor, no mezcles churras con merinas.

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