viernes, 11 de septiembre de 2015

El velocípedo chirriante naranja

Artículo de Jonás Gámez


La inminencia de las elecciones catalanas y los pactos de gobierno llevados a cabo tras las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 25M nos lleva a atisbar una radiografía de los partidos políticos autóctonos, pero especialmente de Ciutadans (Chiutatans para Antonio Sanz). Un partido desconocido para muchos españoles, erróneamente encasillado por el juego mediático, por el juego nauseabundo de sus propios líderes políticos, ¿Y por qué no reconocerlo? Por los errores de los que se engarzan a solio oxidado.

No hemos de rasgarnos las vestiduras al tratar el curioso caso de este partido, que en la actualidad cubre en nuestro país un espacio sociológico a mi parecer irrelevante o urdido, que recuerda irremediablemente a la Unión Liberal de O’donnell durante el reinado de Isabel II. Partido artífice del estado autoritario y burocrático. Un partido personalista, sin ideología concreta, que se basaba en la mezcla de un puñado de ideas progresistas y otro puñado de ideas conservadoras. Un claro modo de alimentarse del desgaste de los partidos dinásticos, sin poseer una oferta sociológica concreta. En definitiva, un injerto político de dudosa aplicación en el estado liberal español y que terminó disolviéndose ante enormes disidencias dentro del mismo grupo. Parece normal que terminasen lesionándose mortalmente unos a otros, cuando los unos eran de izquierdas y los otros de derechas, léase la metáfora.

Pues el velocípedo chirriante naranja se puso en marcha para cubrir el espacio del PSC al convertirse en “indepe” en Cataluña, dependiendo de si el viento es terral o virazón. En su propio ideario destaca su idea de partido surgida del superfluo vacío del centro-izquierda no nacionalista, pero que encontró un modo de crecimiento en recoger los votantes descontentos, haciendo creer que son un partido de centro-derecha, falseando una realidad que tarde o temprano saldrá a la luz.

Albert Rivera está jugando al aprovechamiento tácito del malestar de los votantes de centro-derecha, haciendo creer que es la marca blanca del PP, sabiendo perfectamente que en realidad es la marca blanca del PSOE. De este modo, recoge los votos del PP y del PSOE, formando un partido más o menos transversal, de dudosa base ideológica y que puede desencadenar un desastre similar al de la Unión Liberal que mencioné antes.

Un ejemplo del socialismo de Ciudadanos es el caso del apoyo a los gobiernos de Andalucía y de Madrid. El acuerdo en Madrid es un listado de compromisos; en Andalucía, sólo son vaguedades. El acuerdo en Madrid contempla auditar los últimos gobiernos de la comunidad; en Andalucía no importa el pasado. En Madrid se aplica la limitación de mandatos;  en Andalucía no se aplica. En Madrid se pide un listado con 76 compromisos, la mayoría de ellos contra la corrupción; en Andalucía finalmente se apoya al gobierno de Díaz sin que dimita siquiera Manuel Chaves.

Juan Marín ha apoyado en Andalucía a Susana Díaz a cambio de nada, o eso parece. Chiutatans en Andalucía ha tirado por la borda las opciones de hacerse con el mando de la Junta en un futuro no muy lejano y enarbolar la bandera del regeneracionismo y la sensatez de la que tanto hacen gala. Por lo tanto, se deduce que Albert Rivera no está interesado en el regeneracionismo, ni en tomar las riendas de este país para acometer reformas, porque no se entendería que tirara por la borda todas sus palabras y uno de los censos electorales más jugosos de España con casi seis millones y medio de votantes.

Todo el que hace un pacto con el PSOE de Andalucía termina siendo devorado por el PSOE de Andalucía. Juan Marín no ha parado de cambiar de partido hasta conseguir ser “vicealgo” de la Junta de Andalucía. Ha pasado por el PP, por el PSOE, por el PA y ahora por Chiutatans y no duden ustedes que hubiera cambiado a esquerra republicana si tuviera la opción a ser el conseller en cap. Para más INRI, Albert Rivera le agradece el gesto incluyéndole en al ejecutiva nacional de su partido, por su gran labor. No cabe duda que su gran labor ha sido auspiciar y alentar al gobierno más corrupto de Europa.

Ciutadans cobija la corrupción en la Junta de Andalucía y exige pulcritud y ejemplaridad en la Comunidad de Madrid. Esta es la doble vara de medir y la prueba más fehaciente de que son socialistas.

Como se puede ver para muestra no hay botón, sino pipa.  Para realidades no hay vaguedades ni insinuaciones, sino objetividad y veracidad de lo que comparto. A las hemerotecas me remito y a las realidades e idearios me limito. Que alguien me lo rebata si cree que he metido la pata.

Ciudadanos tiene una oportunidad de oro si pretende hacer creer que es un partido de centro-derecha. Si pretende hacer creer que es un partido en contra de la corrupción. Si pretende hacer creer que es un grupo que enarbola el regeneracionismo. Si pretende hacer creer que no tiene una doble vara de medir. Si pretende hacer creer que no va a poner en bandeja el gobierno de España a los comunistas de podemos o a los socialistas, ¡valga la redundancia!

Mas ya no caben excusas para aclarar su procedencia con mucha vehemencia, pues de lo contrario los españoles les enviarán a laborar tierras al campillo, tras el veranillo del membrillo…



1 comentario:

  1. Que trampa tan paciente y meticulosamente preparada por los socialistas para seguir en el Poder o recuperarlo. Cuántos miles y miles hemos sido engañados. Y yo que pensaba que la marca blanca del PSOE era UPyD. Hasta cuando tendremos que soportar los españoles tantas mentiras, engaños y manipulaciones. Casi me dan ganas de votar a Podemos. Enhorabuena por el artículo.

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