Un órdago inaceptable

Artículo de Luis Marín Sicilia

Escuchando la rueda de prensa del diputado Francesc Homs, a la salida de su consulta con el Rey, queda suficientemente clara la opción de que los constitucionalistas deben tomar las riendas de un Gobierno de amplio espectro que ponga en orden y actualizada la Constitución española.

Con el oportunismo que le caracteriza, el portavoz separatista opone la situación catalana como ejemplo de capacidad de entendimiento para formar gobierno, al tiempo que poco menos que ridiculiza la incapacidad de España para conseguirlo. Es más, aprovecha la coyuntura para lanzar un órdago, utilizando la nueva convocatoria electoral, si se produce, para desafiar al orden constitucional, pretendiendo que el resultado de tales elecciones se interprete en clave soberanista.

Si los políticos de las formaciones no antisistema tuvieran un mínimo sentido de Estado, les faltaría tiempo para acreditar que el orden constitucional, que garantiza la convivencia de todos los españoles, no puede ser burlado de manera tan torticera. Y de inmediato buscarían el entendimiento y la forma de abordar sin demora la formación de un gobierno constitucionalista de amplia base, que, además de dar estabilidad y promover e incentivar las inversiones y el progreso, dejaría claro, para quienes pretenden  romperla, que la unidad de España no puede ser gratuitamente quebrantada.

Cualquier alteración de la Constitución debe realizarse con arreglo a las normas en ella establecidas. Hoy ante el Rey, PP, PSOE y Ciudadanos tienen que acreditar si están con la mayoría de quienes desean poner fin a tanto despropósito o, por el contrario, van a seguir preocupados tan solo de sus intereses partidarios.

Ya está bien de cataplasmas.