viernes, 23 de septiembre de 2016

Delirios estrellados


Artículo de Luis Marín Sicilia

“Desde que los "rufianes" y adláteres han ido sustituyendo a la nobleza intelectual en el liderazgo político, el suflé secesionista va camino de estrellarse”

“La falta de rigor de la ensoñación catalanista llega a inventarse por las lumbreras del llamado Institut Nova Historia un mapa del Imperio Romano Catalán

“¿Qué pensarían de los cordobeses, y por extensión de todos los andaluces, si nos diera por hacer prevalecer la época del Califato cordobés, que durante más de cien años expandió su poder por la mayor parte de España y Portugal?”


Arropado por medio centenar de políticos nacionalistas, Francés Homs compareció ante el Tribunal Supremo acusado de ignorar la ley y desobedecer al Tribunal Constitucional. La "romería", según cálculos fiables de la prensa digital catalana, ha costado 13.000 euros del ala, lo que solivianta a sectores de aquella sociedad que ignoran quien ha asumido el coste, mientras no se pagan hospitales y farmacias.

Estos separatistas de nuevo cuño empiezan a parecerse a quienes acompañaban a los encausados etarras a los juzgados, porque se empieza diciendo que se trata de "un juicio político" y que "la sentencia ya está dictada", para terminar, cual "gudaris" vascos, lanzando vivas al separatismo y alegando que España y Francia ocupan Cataluña, por lo que no se reconocerá más legitimidad que la del "pueblo catalán". Todo es cuestión de tiempo.

Lo que ocurre es que ni Cataluña es el País Vasco ni Mas y los suyos son "gudaris". Más bien nos encontramos con un grupúsculo de oportunistas, que ha calculado mal sus posibilidades, y que terminarán encontrándose con la dura realidad, empezando con la ensoñación de sus multitudinarias manifestaciones de la Diada, a cuya última edición asistieron solo 292.000 personas, según el prestigioso Centro de la Universidad Central de Florida, muy lejos de sus exagerados recuentos. La verdad es que Franco movilizaba a bastantes más catalanes cuando visitaba Barcelona.

Una vez perdido el "seny", el sentido común que siempre presidió el pensamiento catalán, los delirios separatistas tienen poco recorrido y será muy difícil que la "estelada" termine imponiéndose a la "senyera" que es la bandera que representa a TODOS los catalanes. Y es que, desde que los "rufianes" y adláteres han ido sustituyendo a la nobleza intelectual en el liderazgo político, el suflé secesionista va camino de estrellarse, haciendo mérito del símbolo estelar adoptado, pero en un sentido muy distinto del de la guía redentora pretendida.

El ridículo permanente que el "canciller" Romeva va haciendo en sus interminables viajes exteriores es de aurora boreal. En su última visita al monolito del presidente Lincoln debió quedarse estupefacto al comprobar cómo el factótum de la Unión americana decía en su legado que "la secesión es la esencia de la anarquía" porque supondría la desintegración del Estado. "Si los secesionistas no admiten en sus proyectos constitucionales el principio de la separación es porque éste no existe", decía Lincoln, quien añadía que "para ser coherentes los separatistas deberían poder secesionarse unos de otros cuando lo consideraran oportuno".

La falta de rigor de la ensoñación catalanista llega a inventarse por las lumbreras del llamado Institut Nova Historia un mapa del Imperio Romano Catalán, tan disparatado como la aseveración del ínclito Cucurull quien proclama sin rubor que "los catalanes fundaron Roma". Lo peor de todo es que tales mentiras constan en un librito para niños bajo el título de Petita Historia de Catalunya.



Basta comprobar cómo en la España Romana, Cataluña era una parte de la provincia Tarraconensis, para comprender la manipulación histórica.



¿Qué pensarían de los cordobeses, y por extensión de todos los andaluces, si nos diera por hacer prevalecer la época del Califato cordobés, que durante más de cien años expandió su poder por la mayor parte de España y Portugal? Pues nos llamarían trileros, antiguos, medievales e incultos.




La cuestión catalana está resultando tan ilícita como pueril, y tengo para mí que está provocando un enorme cansancio entre los propios catalanes. Hay quien dice que Artur Mas culminará su trayectoria destructiva, acabando con el "prusés" después de haber acabado con el catalanismo moderado y dinamitado su partido.

En cualquier caso, aparte de la ilegalidad del proceso, lo que cada vez tiene más claro la mayoría es que, cuanto más gente extraña, rufianesca o extravagante se incorpore al movimiento separatista, serán muchos más los inteligentes que se borren de la lista. Y es que, cuando la incultura y la mentira se enseñorean de cualquier movimiento o inquietud ampliamente compartido, la cutrez y lo mendaz impregnan al conjunto de la sociedad.




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