sábado, 29 de octubre de 2016

Lanzados al mercado laboral


Artículo de Manu Ramos


Esta semana he tenido una experiencia en la red social Twitter algo inesperada. Un twit que escribí por la mañana ha generado numerosas reacciones en esta red, fundamentalmente porque algunos usuarios con muchos seguidores han tenido a bien retuitear (que es como se llama a volver a publicar el twit otra vez) así como responder a las breves frases que decía. En concreto, estoy hablando de este comentario:

Portavoz estudiantil de protestas contra la LOMCE: “Lo que quieren es lanzarnos al mercado laboral”

He de contextualizar la fuente pues es cierto que, sin información adicional, faltan elementos para terminar de juzgar una declaración tan descacharrante. Se trata de unas declaraciones expresadas por una chica a Radio Nacional y que fueron emitidas la mañana del miércoles 26, para dar cobertura a las manifestaciones contra la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que estaban previstas para ese día. No he podido recuperar el audio pero lo escuché en la desconexión regional de Andalucía cerca de las 8 menos cuarto, para más señas. Ojalá alguien pueda acompañar mis vívidos recuerdos con el corte de audio correspondiente.
La declaración me llamó la atención enseguida, si bien es cierto que no está completa. No puedo recuperar las palabras exactas pero añadía después del “lanzamiento” al mercado laboral que enfrentarse a dicho mercado sin titulación significaba condenar a la juventud al trabajo precario. Y esa ha sido la puntualización que he realizado a todos aquellos que echaron en falta la declaración completa que ellos mismos habían podido escuchar también.
Una vez realizadas estas puntualizaciones y aprovechando la repercusión que ha tenido el twit, quiero pararme en señalar la reacción general y particular ante una frase tan palmaria. La normal es la de sorpresa, risa o también indignación. La paradoja de estudiar para nunca trabajar choca con la realidad  de la inmensa mayoría de españoles que tienen que ganar el pan con el sudor de su frente. Pero es que, por paradójica, esta frase pronunciada por esta chica a la que yo me refiero como “portavoz” más que nada porque estaba hablando en nombre del resto de estudiantes, expresa con una sinceridad extrañamente reveladora la contradicción en la que vive la educación controlada por el Estado.
Desde los cursos menores a la educación superior se ha visto en España una decadencia y mediocridad creciente en comparación con el contexto internacional. La instrucción básica de un español cuando es niño y adolescente, hasta que termina de estar obligado a permanecer escolarizado, es verdaderamente lamentable. Llevamos décadas de decadencia y la respuesta siempre ha consistido en la relajación y reducción en la exigencia de la tan cacareada “calidad” de la educación. Títulos para todos, al igual que el famoso “papeles para todos”, no es más que la eterna solución del irresponsable que maneja el dinero y el futuro de los demás sin asumir él la pérdida de dinero ni de futuro.
Gran futuro tiene el demagogo en España. Desde la odiosa transición, la política ha consistido en repartir prebendas y estos partidos prebendarios han conseguido transmitir a la sociedad la idea de que las famosas “libertades” provienen del cielo, como el maná. Los títulos universitarios también parecen caer del cielo pues todo el que gasta cuatro o más años en una universidad, sin demasiado esfuerzo, acaba con un título en su haber. Si cualquiera tiene un título ¿cómo puede ser eso un factor diferenciador en la sociedad? No digo ya en el mercado laboral en el que dicho papelito sólo sirve para hacer cribas multitudinarias ante las demandas de empleo. Unas cribas lamentables pues se pierden por el camino verdaderos profesionales que no han tenido título superior pero poseen unas capacidades y experiencia muy por encima de los universitarios que han pasado media vida por los pasillos de la academia. Las buenas empresas sí que saben valorar, por encima del papelito, quién es bueno y quién no. Al fin y al cabo se juegan su dinero.

La respuesta tan enervada contra estas “rebalidas franquistas” (sic.) estriba en la posibilidad de fallar ante tal prueba. El mundo de la educación pública quiere asegurar que todo el que entra en él, salga con su título. Incluso aunque no lo merezca. Quieren “garantías” de que todo va a ir bien. Tienen aversión a experimentar un esfuerzo mayor tanto en el estudiante como en el profesor. Se evita, como en tantas facetas de la vida pública, la confrontación, la competencia, la lucha civilizada por dilucidar la verdad en cada situación. La respuesta, como en tantas otras ocasiones, es el consenso, el pensamiento único: todos pensamos igual, nadie es mejor que nadie, café para todos.
Mientras no se vea combatido el “pensamiento unicornio” que cree que las cosas caen del cielo, que los derechos sociales son universales e innegables a la raza humana (como decía aquel), seguiremos viendo crecer la masa de polizones del Estado, esclavos y esclavistas de la política, que consideran que hay que robar de forma legal el futuro de ciertos ciudadanos y entregárselo a otros a causa de dicha legitimación buenista y utópica. Afortunadamente, la inmensa mayoría de las reacciones a twit han sido sensatas. Otras veces en twitter se agrupan hordas de descerebrados. Pero por suerte he podido comprobar que hay millones de españoles que entienden lo que es trabajar, lo que es conseguir las cosas con esfuerzo, y si no fuera por ellos este bendito país se hubiera ido al traste hace mucho tiempo.

2 comentarios:

  1. Manu, tuviste muchos más 'retuits' en Facebook. Alcanzaste casi 2000 personas en la página de Facebook 'Willy Tolerdo'' (27 octubre). Un saludo, Rafa.

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  2. ¡Vaya! No tenía ni idea. Gracias, Rafa :)

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