martes, 28 de febrero de 2017

La suerte de ser andaluz


Artículo de Luis Marín Sicilia




“Hoy, fiesta autonómica del 28 de febrero, mientras el boato y las celebraciones hablan de la grandeza de una tierra singular, sería bueno que recapacitáramos algo sobre cómo es posible que no se hayan sabido aprovechar las múltiples oportunidades y ayudas”

“Para que "la suerte de ser andaluz" no suponga un drama y una enfermedad incurable es necesario que se aborde la situación con más realismo y menos publireportajes demagógicos”

“Andalucía es la única autonomía que no ha tenido alternativa desde su constitución. Si el poder, decía el clásico, corrompe, la permanencia excesiva y absoluta en el mismo, adormece las mentes y, a veces, corrompe”

Según el último índice AROPE, la población andaluza en riesgo de pobreza o exclusión social se ha disparado al 43,2 % en 2015 frente a la media nacional del 28,6%.  Según el doctor Cardenete, director del departamento de economía de la Universidad Loyola, se prevé un crecimiento económico para este año en Andalucía del 2,5 % (dos décimas menos que la media nacional) y una tasa de desempleo de entre el 26 y el 27 %, frente a la media española del 16,5 %.

Si bien las desigualdades se aminoran, reduciéndolas de 54,9 puntos del índice "Gini" a 34 puntos por efecto de las prestaciones por desempleo y el factor redistributivo ejercido por las administraciones mediante subsidios y ayudas, lo cierto es que la brecha entre Andalucía y la media nacional es de difícil superación, dadas las características de una economía como la andaluza, subsidiada y envejecida.

Hoy, fiesta autonómica del 28 de febrero, mientras el boato y las celebraciones hablan de la grandeza de una tierra singular, sería bueno que recapacitáramos algo sobre cómo es posible que no se hayan sabido aprovechar las múltiples oportunidades y ayudas que Andalucía ha tenido, sobre todo a raíz de la incorporación de España a la Unión Europea, y si acaso el conformismo y la autocomplacencia que definen al espíritu andaluz no se han equivocado en la apuesta por su modelo económico.

Entre los principios constitutivos de la construcción europea destacaba, a los efectos que nos interesan, la cohesión entre los países miembros, a cuyo efecto se destinaron los llamados fondos estructurales a los países y regiones con menor renta por habitante. Dichas ayudas debían mejorar las infraestructuras y la educación en el medio rural, incentivando la economía en las regiones europeas con menor índice de desarrollo. Y Andalucía, por su extensión y por su estructura económica fue una de las más beneficiadas durante más de veinte años.

A partir de la conclusión del llamado Marco Comunitario de Apoyo 2007/2013, los fondos comunitarios se desviaron en mayor medida a otros países y regiones de la nueva Unión Europea ampliada. La eliminación del Programa Operativo Integrado de Andalucía, según los profesores Lima y Cardenete, hubiera supuesto, en una simulación, un incremento en el septenio 2000/2006 de la tasa de desempleo en 7 puntos y una disminución del PIB de 6 puntos, lo que da idea de la importancia y los efectos de las ayudas europeas en la economía andaluza.

¿Y que se ha hecho para abordar, desde 2014 en que expiró el último Marco, una situación totalmente distinta a la acomodaticia perceptora de ayudas? ¿Cómo ha abordado la Administración andaluza el nuevo esquema económico? Nos tememos que desde la más absoluta inanidad y complacencia, de ahí que las consecuencias estén siendo los desajustes demográficos derivados de la migración hacia comarcas con mayores posibilidades de empleo, paralización de nuevas obras de infraestructuras, deficiente conservación de las existentes y ajustes demográficos profundos en el medio rural.

Para que "la suerte de ser andaluz" no suponga un drama y una enfermedad incurable es necesario que se aborde la situación con más realismo y menos publireportajes demagógicos. Un nuevo modelo económico, menos artificial del subvencionado, debe iniciarse con una mejora de la calidad de la enseñanza (lamentablemente los informes Pisa acreditan lo contrario), hay que dar prioridad a las actividades en las que Andalucía tiene grandes atractivos, como la salud y el turismo, hay que limitar el intervencionismo paralizante de la Administración que es una rémora para los emprendedores, hay que reducir a sus justos términos el sector publico andaluz, racionalizándolo y haciéndolo más profesionalizado y eficaz y acabando con el putrefacto enchufismo que invade todas sus estructuras. En definitiva, hay que ajustar todos los costes de producción para competir en condiciones adecuadas a una situación de economía globalizada.

Si hasta el siglo XVIII Andalucía era de las regiones más ricas de España y de mejores niveles de bienestar, no podemos aceptar que existan virus congénitos de sus habitantes que impidan el desarrollo económico de la misma. Son ya cerca de 40 los años que, entre pre y autonomía, Andalucía ha estado regida por un sistema político de base socialista, con periodos más acusados a la izquierda socialcominista. Y en tres largas décadas han acreditado su incapacidad para generar crecimiento, riqueza y empleo. La solidaridad interterritorial y las ayudas europeas no han rendido más resultado que consolidar un aparato clientelar en beneficio del partido gobernante.

La explicación lógica del atraso andaluz parece que sería la obsesión de sus dirigentes por crear un marco institucional dependiente  para perpetuarse en el poder. Una de sus más claras expresiones ha sido el caso de los "Eres" con la vocación del Gobierno andaluz por una situación de estancamiento y de ausencia de movilidad social por la vía de las subvenciones, y un uso arbitrario y oportunista de las mismas. Ante ello, cualquier cambio que altere el "statu quo" es extraordinariamente contestado.

Otro de los elementos que acreditan esa obsesión por mantener dependiente a la sociedad andaluza es el famoso "PER", donde alrededor de 150.000 andaluces reciben alrededor de 500 euros al mes por realizar unas 20 peonadas al año. Alguien calculó que una familia de tres miembros que trabaje dos días al mes percibe 1500 euros mensuales netos. En el tiempo libre se buscan incentivos en la economía sumergida, que es inmensa en la región. Una medida solidaria se ha convertido en un filón de votos para el Gobierno y ha suprimido incentivos para que la gente busque mejorar con su esfuerzo.

Por último, una economía basada en el empleo público es fundamental para el mantenimiento de la red clientelar: prácticamente uno de cada cuatro trabajadores lo hace en el sector público, que además se dota de figuras irregulares para burlar las coordenadas de una función pública profesionalizada e independiente.

Todo esto y algo más es lo que ha deparado la larga permanencia de un partido  al frente del gobierno regional. Andalucía es la única autonomía que no ha tenido alternativa desde su constitución. Si el poder, decía el clásico, corrompe, la permanencia excesiva y absoluta en el mismo, adormece las mentes y, a veces, corrompe absolutamente.

Hoy es un día grande para Andalucía. Y los andaluces tienen la suerte de haber nacido donde han nacido: en una tierra creativa, alegre y festiva, cuyos habitantes acreditaron a lo largo de los siglos su enorme espíritu emprendedor, llenos de sueños, ilusiones y luchas. ¿Es que van a seguir adormecidos mientras el futuro se les va de las manos?



2 comentarios:

  1. Excelente análisis de la situación de Andalucía. El que no lo vea, o es ciego... o le interesa no verlo. Enhorabuena, SR. Marín.

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  2. Gracias Rafa. O los andaluces se desperezan o, como bien escribes hoy, serán ellos los propios "escarabajos americanos". Saludos.

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