lunes, 1 de enero de 2018

Los expedientes a Jesús Candel, Enrique Marín y Juan Carlos Herrera




Artículo de Antonio Barreda


Estos días están llegando expedientes disciplinarios a Jesús Candel, Enrique Marín y Juan Carlos Herrera. Para muchos de nosotros está claro que lo que se persigue con estas armas es acallar las protestas contra las fusiones hospitalarias que encabezó Spiriman, y al que le siguieron primero sus compañeros sanitarios y luego, en masa, el pueblo de Granada. Jesús Candel había conseguido desde las redes aunar a toda una ciudad contra las fusiones hospitalarias y marcharon tras él los ciudadanos anónimos para decirle a la administración de la Junta de Andalucía que no querían esos planes sanitarios. Para decirle al gobierno de Susana Díaz que hasta aquí habíamos llegado. El pueblo de Granada salió a la calle para reclamar sus derechos, tal y como salió años antes el 4-D o el 28-F. Y todo esto ocurría mientras la oposición estaba ausente de sus escaños y de sus responsabilidades como representantes de la soberanía popular.


La bandera de la protesta contra las fusiones hospitalarias, que levantó Jesús, fue seguida por decenas de miles de familias de Granada que tomaron conciencia de que empeoraba la atención sanitaria y que perdían parte de sus derechos sanitarios con la fusión hospitalaria. Las calles de Granada se llenaron de gargantas gritando que no querían lo que sus gestores políticos de la Junta habían diseñado para ellos, no querían una fusión hospitalaria que agravaba los problemas de los pacientes. Jesús alzó la voz y levantó la bandera de la desfusión, y cientos de miles de ciudadanos anónimos le siguieron porque empezaban a despertar del sueño inútil de dejarse administrar perdiendo derechos y sin oponer resistencia. Habían seguido a la voz que gritó en silencio ¡basta! Las conciencias dormidas de miles de andaluces despertaron del letargo y del sueño en que las tenían sometidas la Junta de Andalucía.


Los gestores de la Junta no estaban acostumbrados a que la ciudadanía se levantara reclamando derechos. Para ellos la democracia residía en los partidos y en el parlamento de Andalucía, pero han construido una democracia de plástico que da la espalda a todos los andaluces. Nuestros políticos viven ajenos a una realidad que tienen enfrente porque no la perciben, porque viven escondidos en los despachos, en los coches oficiales y conspirando en los pasillos del parlamento. Nunca han entendido el sufrimiento del pueblo, nunca han tenido en sus vidas que renunciar a cosas para llegar a fin de mes. Nunca han tenido que elegir entre pagar una factura u otra. Nunca sabrán lo que es pasar hambre o necesidad. Sus nóminas los sitúan muy lejos de la marginalidad a la que tienen sometidos a miles y miles de andaluces. Esto no es la California del Sur, ni el Silicon Valley del Sur de Europa como nos han intentado hacer creer desde la Junta de Andalucía. Esto es un erial donde la pobreza y la exclusión social cabalgan por las calles de Andalucía como jinetes del apocalipsis.


Muchos de nosotros tenemos la sensación de volver a la clandestinidad en España. De volver a una España en blanco y negro donde el NODO andaluz proyecta en el subconsciente de los andaluces las bondades del régimen. Pero esa lucha no nos da miedo, nos engrandece, y que sepan que tampoco nos callarán. No quebrarán nuestra voz ni nuestra esperanza en una Andalucía mejor. No oscurecerán nuestras palabras con castigos ni con quebrantamientos, no nos callarán jamás, pase lo que pase y le pese a quién le pese. Estamos ejerciendo un escrupuloso ejercicio de responsabilidad para con los andaluces en su conjunto. Y esos son valores superiores que aun el régimen andaluz no entiende.


Además, todos aquellos que estamos castigados dentro del régimen hemos aprendido a que tenemos muy pocos amigos dentro, pero muchos fuera. Quieren que sintamos en nuestras carnes esa inmensa soledad del corredor de fondo en nuestra lucha. Pero no estamos solos. Nunca hemos estados solos. Nunca entenderán que esa lucha en soledad nos hace más fuertes, nos carga de razones para seguir luchando y denunciando todo lo que pasa en Andalucía. Jesús Candel removió la conciencia de toda una ciudad y movilizó, como nadie había hecho hasta ahora en Granada, a toda la sociedad en su conjunto. Junto a él estaba el crisol social que representaba toda Granada. No había derechas, ni izquierdas, solo había derechos. Y eso molestaba, y mucho, al régimen.


El llamado régimen andaluz basa sus pilares en los deseos de un pueblo que salió a la calle para reclamar autonomía y libertad el 4 de diciembre de 1977, y en los sentimientos que se generaron en el referéndum del 28 de febrero de 1980. Desde entonces hemos visto caer las grandes promesas que se nos hicieron los políticos, como la reforma agraria que fue descafeinada y luego enterrada. Hemos visto desde entonces como nos han ido engañando año tras año, como la promesa de las habitaciones individuales en los hospitales. El reflujo de la marea de la autonomía de Andalucía ha acabado desde entonces con las ilusiones, los deseos y los sueños de todos los andaluces. El régimen andaluz ha hecho añicos el espíritu del 4-D y del 28-F a cambio de controlar todas las instituciones que creó la autonomía, de apoderarse de toda la administración en su conjunto.


Todo esto que contamos estaba muy bien oculto a los ojos de los andaluces por los medios afines y adictos al régimen, que tienen la máxima de que de lo que no se habla no existe, y por una televisión regional que solo ofrece la Andalucía de la pandereta. Por ello, Susana negó, como Pedro negó a Jesús antes del canto del gallo, en San Telmo conocer a Jesús Candel, a las preguntas del periodista de ABC A. R. Vega. Pero lo conocía, como ya había demostrado en el Parlamento de Andalucía. Jesús, junto con otros luchadores, fue iluminando los escenarios de la Andalucía real, fue contando lo que pasaba y señalando quiénes eran los responsables. Y esto no gusta a los regímenes que quieren perpetuarse en el poder. Quieren a una sociedad domada, callada, sumisa. Los cerca de 40 años del PSOE en la Junta con tan solo 5 presidentes han dado para muchísimos titulares y para muchas causas judiciales. Todos esos años son una eternidad ya en el poder y en el pueblo que lo sufre no crea otra cosa que hastío, desilusión y ganas de cambio.


Jesús, desde las redes a la calle, empezaba ya a ser patrimonio de las masas, patrimonio de la ciudadanía de Granada y de Andalucía. Había superado todos los umbrales que el régimen andaluz imponía a los ciudadanos y había nacido el mito. Un mito que empezaba a dar conciencia a todas las personas que fuera de los partidos políticos y de los sindicatos había vida. Que el pueblo solo se podía organizar y cambiar las cosas. Por eso los ciudadanos, cansados ya de tantas mentiras institucionales y de tantas promesas incumplidas, se pusieron detrás de él, comprendieron su lucha y la hicieron suya. Y eso en política es muy peligroso. Eso es determinante para que el sistema creado en Andalucía saltara contra él con el objetivo de destruirlo.


Y entonces idearon la campaña contra Jesús Candel. Primero con denuncias en el colegio de médicos para que perdiera la licencia y se quedara en el paro. Luego idearon la campaña que Jesús insultaba a Susana Díaz. Esta fue la primera parte de la campaña orquestada y teledirigida. Ya no importaba lo que Jesús denunciaba, ya no importaba lo que Jesús dijera con datos contrastados, ya no importaba que Jesús pusiera las denuncias que pusiera en los juzgados contra la gestión de la sanidad. Jesús insultaba. En el Parlamento Susana Díaz usó las mismas palabras que usaban en la campaña contra Candel en su tierra. Su Susanísima dijo a Moreno Bonilla en el Parlamento de Andalucía: “Porque ¿sabe cuál es la diferencia entre usted y yo? Que usted le da carta de naturaleza en esas manifestaciones a quien ataca a taxistas, a periodistas, a profesionales, a quien insulta, a quien lleva querellas a los tribunales que, después, quedan en nada.”


Aquí hace ya mucho que estamos ausentes de valores democráticos, aunque a los políticos se les llene la boca de invocarlos. Además, cuando los estados usan la represión como medida de silencio ante la libertad de expresión se hiere a la democracia misma, y nos alejamos del estado donde te garantizan tus derechos y la presunción de inocencia. No hay que olvidar que cuando se ataca la libertad de expresión, uno de los bienes más sagrados del hombre, se ataca a la esencia de la democracia. Y se ataca para acallar la crítica y la presión social. Y eso es muy peligroso. Extremadamente peligroso para la democracia en su conjunto y para el pueblo.


Las diversas formas de democracia parlamentaria nos llevan siempre a lo mismo, al rodillo de un partido con preeminencia sobre los otros. Hoy es de obligada lectura y de recordar parte del discurso de Bakunin contra la dictadura marxista de 1869. Decía así: Ellos afirman que solamente la dictadura, la suya evidentemente, puede crear la voluntad del pueblo. Nosotros les respondemos: ninguna dictadura puede tener otro objetivo que el de perpetuarse; ninguna dictadura podría engendrar y desarrollar en el pueblo que la soporta otra cosa que la esclavitud: La libertad solo puede ser creada por la libertad.


También es importante recordar el discurso secreto de Kruschev en el XX Congreso del PCUS, cuando frente a los miembros del Congreso soltó un durísimo discurso contra Stalin. Dentro de la persecución de los enemigos políticos dejó en su discurso trazos para considerarlo como uno de los textos fundamentales para la historia del siglo XX.


Decía Kruchev: Stalin inventó el concepto de «enemigo del pueblo». Este término hizo automáticamente innecesario que los errores ideológicos de los hombres expresados en una controversia se comprobasen; este término hizo posible que se usaran los más crueles métodos de represión, violándose así todas las normas de la legalidad revolucionaria, cada vez que alguien estaba en desacuerdo con Stalin o que se sospechara en él una intención hostil o debido simplemente a que tenía una mala reputación. Este concepto de «enemigo del pueblo», finalmente, eliminó todas las posibilidades de que se desarrollaran luchas ideológicas o de que alguien pudiese dar a conocer su punto de vista respecto a cualquier problema, aunque ellos fuesen meramente de carácter práctico. En general y en realidad, la única prueba de culpabilidad valedera era la confesión y ella se usaba contra todas las normas de la legalidad, por cuanto se ha podido demostrar posteriormente que esas confesiones se obtenían presionando por medios físicos al acusado. Esto condujo a abiertas violaciones de la legalidad revolucionaria, y al hecho de que muchas personas enteramente inocentes, que antes habían defendido la línea del Partido, se transformaran en víctimas.


Así que Jesús, Enrique y Juan Carlos son hoy como esos “enemigos imaginarios del pueblo”. No han esperado siquiera a que sean juzgados para ser señalados como “enemigos del pueblo”. Pero de ese pueblo imaginario que solo existe en la mente de los políticos que nos gobiernan y de los apesebrados que les siguen.





2 comentarios:

  1. Excelente artículo como nos tienes acostumbrado, cuantas verdades nos dices, que pena que nuestros políticos no hagan reflexión de hasta donde están llegando, gobernando o en la oposición?, en contra de los andaluces.
    Pero el pueblo llano, libre y sabio, sin ataduras, pide ya un cambio.
    Ahora llega la hora de que personas honrada, honestas, den un paso más y abanderen un proyecto político para que terminen con estos partidos que ya no nos representan.
    Gracias por contar verdades como puños y mi apoyo a gente como tu, Luis, Jesús y tantos otros que son víctimas de este poder andaluz que han pretendido,siguen y no pararan de callar vuestras voces.

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  2. Señor Barreda, aparte de esas tres personas, hay otras tres expedientadas...Mafalda Molina, Manuel Orihuela y María. La primera es auxiliar y los dos últimos celadores.No quiero pensar que hay expedientados de primera y de segunda. Tampoco quiero pensar que estamos haciendo lo que criticamos. Gracias

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