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lunes, 30 de abril de 2018

Radiografía del gasto sanitario en Andalucía parte 1ª. Razones para ir a Sevilla el 10 de junio


Artículo de Antonio Barreda



Las partidas destinadas a educación y sanidad por el gobierno de Rajoy caerán en el año 2021 hasta el 9,4% del PIB

El banco de España pone fecha de caducidad al sistema sanitario público

Andalucía a la cola del gasto sanitario por habitante con 1.110 euros

La mayor inversión sanitaria por PIB ha sido en Extremadura con un 9,4%, el Principado de Asturias con un 7,6% y la Región de Murcia con un 7,5%
 

La sanidad pública está en crisis, en una crisis provocada desde las instituciones. Pero también empieza a estar en peligro. Tanto el gobierno nacional como el regional de Susana Díaz están obsesionados con los recortes de la sanidad, con el objetivo final claro de quien pueda pagarse la sanidad privada que se vaya de la pública. El deterioro sistemático de la sanidad pública aprovechando la crisis de 2008 ha sido una constante. En la sanidad pública andaluza se le han abierto intencionadamente las arterias por donde se desangra el sistema sanitario. La fusión hospitalaria que nos vendieron no era más que una forma de ahorrar, pero no era una forma de gestionar la salud de los andaluces.

Las listas de espera han ido aumentando exponencialmente desde las fusiones, al tiempo que la sanidad privada se ofrecía para aliviarlas a cambio de hacer caja con la sanidad pública. Hasta la Cruz Roja, una institución que se nutre de abundantes subvenciones públicas, ofrece anuncios en los que se oferta alejarse de las listas de esperas de la sanidad pública y acceder a sus urgencias, por ejemplo, en el hospital Victoria Eugenia de Sevilla por tan solo 55 euros mes.

El gobierno de Rajoy reduce la inversión por PIB en sanidad.

El programa de Estabilidad Presupuestaria que el gobierno de Rajoy presentó a Bruselas para 2017-2020, reducía por primera vez la inversión del PIB en sanidad por debajo del 6%, quedando este mismo año en un 5,87% y reduciéndose las aportaciones en 2020 hasta un 5,65% del PIB.


El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó la actualización del programa de Estabilidad Presupuestaria, en el que el gobierno de Rajoy proyecta que el peso conjunto de las partidas destinadas a educación y sanidad caerán en el año 2021 hasta el 9,4% del PIB, lo que supone un ajuste de 7 décimas en cuatro años. Este será el menor gasto desde el año 2003. Esto significa que el esfuerzo que realizará el estado a financiar la educación y la sanidad será menor. Y si le añadimos que la inflación empezará a crecer significa que los programas de recortes presupuestarios van a ser una constante en los gobiernos de Rajoy.

De esta forma, el gobierno nacional culminará sus planes para reducir el tamaño del Estado y permitir que el dinero se quede en “los bolsillos de los contribuyentes”. Aplicando el “Menos estado y más sociedad”, que era el lema de George Bush, con quien empezó la peor crisis de la historia de España, y que Rajoy ha hecho suyo desde la llegada a la Moncloa. De ahí que el número de ricos haya crecido exponencialmente en España, unido a que la brecha entre ricos y pobres empieza a ser la fosa de las Marianas.

El Banco de España pone fecha de caducidad al sistema sanitario público.

Esta falta de inversiones públicas va a provocar un quebranto a largo plazo del sistema sanitario público ya que al tener menos recursos unido al envejecimiento de la población el sistema entrará en quiebra, y lo peor es que se lo lleva a la quiebra de manera intencionada por la falta de liquidez del propio sistema. Un hecho que ya ha advertido el propio gobernador del Banco de España el pasado día 17 de abril en el Congreso de los Diputados, cuando ponía fecha de caducidad al sistema sanitario público español. Un déficit, que como las pensiones, habrá que financiar de una forma u otra.

Pero para el gobernador del Banco de España los recortes y las reformas deben continuar a toda costa para el crecimiento de la economía. A esto habrá que decirle al gobernador que el crecimiento económico se hará a costa de que fabriquemos millones de pobres y excluidos sociales en el sistema. Y esa es la tendencia actual. 

El gobernador del Banco de España indicó que el impacto del envejecimiento de la población sobre el gasto público "a medio y largo plazo es un reto de primer orden", ya que si se cumplen las actuales estimaciones el desembolso en pensiones, sanidad y cuidados de larga duración aumentaría "entre 1,5 y 2 puntos porcentuales del PIB anuales en las próximas tres décadas, alcanzando un máximo superior al 21 por ciento en torno a 2050.

El gobernador del Banco de España ha explicado que, de cara al futuro, "la clave consiste en alcanzar un equilibrio entre las tasas de sustitución de nuestro sistema de pensiones que se pretenden asegurar y los ingresos necesarios para garantizar la sostenibilidad del sistema". Y ha señalado que para mantener las actuales tasas de sustitución se tendrían que hacer incrementos "muy significativos" de los impuestos.

Por ello, para mantener estos subsidios y la cobertura sanitaria adecuada para una población de cada vez mayor rango de edad, ha instado al Gobierno a llevar a cabo una estrategia de reforma "que refuerce la relación entre contribuyentes y prestaciones, y que mantenga un mecanismo de ajuste que garantice el equilibrio financiero". Y eso solo significa un incremento exponencial de los impuestos dentro de unos años para que el sistema sanitario y el de las pensiones no se hagan añicos.

El gasto sanitario en Andalucía.

Hace unos días se publicaba en la web estadística del Ministerio de Sanidad el Gasto Sanitario de 2016. Entrando en profundidad en el análisis del gasto, la terrible realidad andaluza es que seguimos en la cola de la inversión sanitaria. A pesar del gasto en propaganda que está realizando la Junta de Andalucía con su campaña “la sanidad andaluza en buenas manos”, para magnificar las bondades de nuestros gestores sanitarios.

La Memoria del Defensor del Paciente 2017, de reciente aparición, no deja lugar a dudas sobre la sanidad andaluza. Sobre ella indica que “Andalucía tampoco se salva de la quema. Su sistema sanitario naufraga en la mediocridad, es el peor de toda España. Las listas de espera perduran estancadas e integradas por un total de 74.000 andaluces. Las patologías que se llevan la palma son neurocirugía, traumatología y oftalmología. Asimismo, la demora media para cirugía se sitúa aproximadamente en los 76 días. Cabe matizar que entre 2011 y 2016 las listas de espera del Servicio Andaluz de Salud (SAS) se incrementaron en un 26%, por esa razón cuesta creer que de repente aminoren con los recortes en contrataciones, y la tremenda falta de sustituciones, que hubo en verano, sin añadir el consiguiente cierre de quirófanos y la suspensión de citas. Es indudable, que el entorno no ha variado durante el gobierno de Susana Díaz. Los hospitales de la región persisten en un profundo caos organizativo”.

Andalucía a la cola del gasto sanitario por habitante.

Los datos no dejan lugar a dudas. Andalucía es la comunidad autónoma que menos invierte en sanidad por habitante. Tan solo 1.110 euros por habitante, mientras la media nacional es de 1.332 euros. Muy alejada del País Vasco con 1.669 euros de gasto por habitante, de Navarra con 1.543 euros por habitante, Asturias con 1.577 euros por habitante o Extremadura con 1.549 euros por habitante.

Las comunidades que menos invierten en sanidad por habitante tras Andalucía son Madrid con 1.224, Baleares con 1.291 euros por habitante y Valencia con 1.326 euros



El  gasto sanitario público consolidado del sector supuso 61.627 millones de euros, lo que representa el 5,5 por ciento del PIB. El gasto per cápita medio fue de 1.332 euros por habitante. De acuerdo con los datos del año 2016, un 44,2 por ciento del gasto sanitario público del sector ha sido originado por tres comunidades autónomas: Cataluña, Andalucía y Madrid, con 10.065, 9.332 y 7.863 millones de euros, respectivamente.

Llama la atención que Cataluña, la que más ha recortado en sanidad, y con menos habitantes que Andalucía, emplee 733 millones de euros más que Andalucía en su sanidad. (Recuerden que el fraude de los ERE corresponde a 844 millones de euros, y que la deuda histórica que se cobró del gobierno de Zapatero iba a ser invertida en sanidad y educación).

En cuanto a inversión sanitaria por PIB las mayores inversiones han sido las de Extremadura - con un 9,4 por ciento-, el Principado de Asturias - con un 7,6 por ciento - y la Región de Murcia  - con un 7,5 por ciento - La Comunidad de Madrid  - con un 3,7 por ciento -, Cataluña  - con un 4,7 por ciento -, las Illes Balears - con un 5,1 por ciento - y la Comunidad Foral de Navarra - con un 5,1 por ciento- se situaron en el extremo opuesto. Andalucía se queda en un 6,2 por ciento.

Gasto en personal.

En el año 2016 en el sector Comunidades Autónomas el gasto en retribución de asalariados alcanzó la cifra global de 28.022 millones de euros, lo que representa el 45,5 por ciento del gasto consolidado del sector, y experimentó un incremento de un 2,5 por ciento respecto al año anterior. El porcentaje del gasto sanitario público dedicado por las comunidades autónomas a la remuneración de su personal osciló entre el 35,6 por ciento de Cataluña y el 51,6 por ciento de País Vasco. Andalucía se queda en un 49 por ciento.



Gasto en docencia MIR.

El gasto sanitario en docencia MIR del sector Comunidades Autónomas en el año 2016 alcanzó 1.046 millones de euros, frente a los 1.052 del año anterior, lo que supone un descenso del 0,6 por ciento.

En 2016 la participación del concepto docencia MIR en el total del capítulo I del presupuesto de gastos (remuneración de personal) de cada comunidad autónoma osciló entre el 2,6 por ciento de Aragón, Cataluña y la Comunidad Foral de Navarra y el 5,7 por ciento de la Comunidad de Madrid, siendo el 4% en Andalucía.



Gasto de Farmacia.

El gasto de Farmacia de las Comunidades Autónomas se eleva en su conjunto a 10.342 millones de euros, siendo Andalucía, por su volumen de población, la que soporta el mayor gasto sanitario con 1.717 millones de euros, le sigue Cataluña con 1.455 millones de euros, Valencia con 1.284 millones de Euros y Madrid con 1.200 millones de euros.

Se recoge en los datos el gasto por las recetas médicas expedidas, el reintegro de gastos farmacéuticos y el gasto en otros productos de suministro directo a los hogares. No incluye el gasto en productos farmacéuticos que puedan dispensarse ambulatoriamente en los hospitales (programas selectivos de revisión de medicamentos, medicación de urgencia).






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