martes, 24 de marzo de 2015

El cura de Trebujena


Quien ha dejado que la situación política actual continúe es la abstención del 37%, como ya se adelantó en estas páginas. No obstante, soy razonablemente optimista con las dos vías de agua abiertas en el barco pirata del Régimen -la de los sindicatos, muy hábilmente la han silenciado unos y otros-: se vislumbra en la lejanía una pequeña luz al final del túnel, que puede hacer de motor para que más personas vean las barbaridades que, por presunta acción u omisión, facilita el Gobierno andaluz de todos los tiempos llamados democráticos, aunque son de papel cartón.


En breve conversación con amigo de la juventud le decía lo difícil y lento que es el proceso de cambio de mentalidad, hasta que no interioricemos el concepto de ciudadanía, stricto sensu, exigiendo resultados al final de un periodo electoral y si no lo han cumplido, fuera, que entre otro más eficaz, en un juego democrático sano y constructivo donde los determinantes son la suma de las individualidades en el grado del bien común y los servicios prestados; mas nunca como determinados, vía compra de voluntades por el poder establecido.

Otro me decía que no conoceríamos nosotros a otros partidos en el Gobierno andaluz salvo a los de siempre. Le contesté que era inexorable: lento pero a un ritmo ascendente se plasmaba como seguro, por ley natural de fallecimientos de varias generaciones nacidas entre los años 30 y 50 a los que les calaba y funcionaba el discurso demagógico utilizado por los mandatarios andaluces.
A la postre, uno rezagado abundaba en el primer comentario, animándole yo a que en tres convocatorias futuras seguro, se veía el cambio y que empezaría, a corto plazo, por la investidura de Susánida. No dudó en espetarme que de cambio lento nada, que no han dudado ni una jornada en quitarles al PP 50 a 33 escaños. No puedo negarle el razonamiento ni el hecho. Si bien, el sentido crítico y la madurez del votante del centro derecha, ya liberal, ya conservador, no tiene nada que ver con el voto servil de los que se creen de izquierda cuando de izquierda no tienen nada.

Mi camarero favorito -hombre bueno y noble donde los haya, en sentido machadiano-, ante la pregunta de marras de qué te ha parecido el resultado de las andaluzas, muy serio e indignado -como yo-, ha soltado lo que ya dije hace tiempo: somos vasallos de nuestros chulos a caballo. Definitivamente, la Ilustración no ha iluminado a Andalucía y, menos, a sus gentes -nunca ha interesado: somos pre-kantianos.

Principios y valores

Las lecturas que vamos a ver en los próximos días van a ser circulares en torno a más de lo mismo: un partido que nunca ha gobernado en Andalucía es el más castigado -porque el aparato brutal de maquillaje visual es demoledor (no toca hueso) y el Cortijo La Juntilla es la mayor agencia de colocación y de subvención de Europa, además de tener un cuerpo electoral de una fidelidad y compromiso digno de secta-; sin olvidar la mentalidad de la sociedad andaluza conservadora -más bien, una dialéctica amo/esclavo- que nos ata a la posguerra, la legitimación de la presunta corrupción en antítesis a que vamos a "sufrir" a la derecha, y que dicha corrupción de dinero público se basamenta aquí pero no se permite en otros "de fuera"; o si me van a robar, que me roben los nuestros. Vamos: de indigentes mentales; pero, oye, que les funciona que no veas. Claro, ¿a quiénes y con quiénes?

Podríamos pensar que como dicha presunta corrupción abarca a tantísimos casos y tantos miles y miles de millones, no ha sido individual sino de miles de implicados e imputados que quedan por aparecer. Y, en la subversión de los valores más absoluta, muchos piensan que "el que no roba es porque no puede", sic: a Hacienda, al todo gratis, al me lo llevo, al a ver que puedo pillar, etc. Expertos en la picaresca. A los que no somos así, nos cuesta entenderlo; pero lo comento en una oración compleja: no interesa a nadie ningún cambio, no vaya ser que me pillen. Así de duro.

Asimismo, el estado de opinión es que el enchufe activo o pasivo (hembra/macho) no está mal visto -incluso en el sector público. Vamos a ver, señores, si una persona se pasa los mejores años de su vida encerrada en una habitación para aprobar unas míseras oposiciones, enviándola donde Cristo perdió el mechero; o si un pequeño o mediano empresario se hipoteca hasta los dientes y se lleva 12 horas trabajando es, -piensa "el sabio pueblo andaluz"- porque ambos son unos desgraciados que no se han arrimado al pesebre, esto va mal en la sociedad andaluza del siglo XXI y hay que tomar medidas correctoras a la voz de ya.

Un castigo selectivo

Ha sido indiscutible el castigo, por un lado, al PP por la falta de oposición y por las políticas nacionales. Los andaluces se han confundido de elecciones, por lo visto. Que el PP, en general, tiene que hacérselo mirar y cambiar de política comunicativa, como mínimo, es de urgencia, si no quiere desaparecer por C´s, porque la falta de memoria de los andaluces es un hecho, y que las ayudas multimillonarias del Gobierno no tienen eco, también. Los trileros saben muy bien rentabilizar la falta de cultura e información como las competencias económicas en Sanidad y Educación.

Por otro lado, a IU la han menguado por su pacto gubernamental, lo cual es un aviso a navegantes a Podemos como se acerque al PSOE. Las hostias unidireccionales dan que pensar...

Sólo me falta mencionar que no entiendo lo de UPyD: que no haya sacado ni un solo diputado; porque lo de Vox aquí, se veía venir. Definitivamente, están en coma profundo y UPyD ha dejado pasar la oportunidad de converger con C´s. Lo del PA es obvio, habida cuenta de que el andalucismo está en manos del PSOE-A; veremos a ver cómo Susánida se viste de roja y gualda ahora, con el verdulerío que ha desplegado.

Otras cosas evidentes

Que los que pensamos que Andalucía necesita -como la tierra el agua- una limpieza, una depuración de sus órganos decisorios, de gestión, etc., pero sobre todo una regeneración del partido en el Poder, somos una minoría: se ha visto en colorines, a no ser que la realidad duela y haya una distorsión de la misma.

No lo ven así las personas que han votado al Régimen, entre los que están los grandes terratenientes andaluces con el PAC y las subvenciones; los de la red clientelar de primer, segundo, tercer y cuarto orden institucional; las empresas que son participadas y trabajan para el Régimen; la Andalucía profunda; los sindicalistas; los de las 200.000 viviendas; los miles y miles que viven a costa del pesebre; las 56.000 familias con todos sus miembros que votan para que siga el PER; los que se están preparando las oposiciones de las 1.200 plazas de Educación y las 1.000 de Sanidad, etc...

Perseverar en el desastre

Lo más gracioso es que aun siendo ellos los responsables de la situación en la que vivimos, les seguirán echando la culpa al PP o a Merkel. Las quejas, al maestro armero.

Con este andamiaje, ni los jóvenes que están van a tener un futuro, ni los 250.000 que se han ido van a volver. Es así, salvo que aprovechemos para que haya más personas indignadas y conscientes de lo que es evidente: necesitamos un cambio económico, laboral, cultural, sanitario, educativo y, sobre todo, de respeto por nosotros mismos.

Mientras tanto, los de siempre, que podríamos comportarnos como la inmensa mayoría de los andaluces -no hacer nada-, seguiremos denunciando los despropósitos de los dirigentes de esta tierra nuestra; si no morimos de pena antes, como el cura.

Coda: el cura de Trebujena, que murió de pena ajena.






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