miércoles, 5 de agosto de 2015

Carta a un lector

La semana pasada recibí una carta de un lector del diario. Una epístola larga y concienzuda en la que se me acusaba, entre otras cosas, de ser frac-masón y odiar profundamente a Andalucía. Señalaba además, y muy bien por cierto, que me gustaban demasiado las señoras. Comentario que ilustraba con algunas fotos de mi blog; rebelde del sur. Incluso llegaba a afirmar que solo concibo las relaciones como “un coito continuo”. Así que he decidido usar esta columna de opinión para dar respuesta al señor.

Comenzaré por la última de sus acusaciones. Verá tiene usted toda la razón del mundo. Soy un gran admirador de las mujeres. Lo mío, por decirlo de una forma franca, no tiene defensa alguna. Algunos prefieren la carne de macho peninsular y, de ahí que hagan votos por convertirse en honrados come almohadas. No seré yo quien ponga el grito en el cielo por ello. Cada uno tiene sus querencias y yo, por mi parte, estoy orgulloso de ser heterosexual. En cuanto a mi
concepto de relaciones, comentarle que el objetivo del sexo es el orgasmo ya que, le recuerdo, follar sin correrse sería como si tras el pregón de la feria de Málaga no hubiera fuegos artificiales. Creo que hasta un espectador de Canal Sur podría llegar a entenderlo. Igualmente, soy de la opinión de que no hay nada más heroico que luchar por el orgasmo de una dama.

En cuanto a Andalucía pues qué quiere que le diga; que un imbécil tengas las mismas oportunidades que yo, estoy de acuerdo, pero que tenga la misma influencia en las votaciones, se me antoja un hecho inaceptable. Especialmente cuando esos votantes no están dispuestos a participar en la construcción de una sociedad mejor. Tenga en cuenta que tengo una fe inquebrantable en la ilimitada estupidez del género socialista andaluz que, por si no lo recuerda, lleva más de tres décadas gobernando la taifa del sur.

Curiosamente es la versión oficial que ha impuesto en Andalucía un grupo de patanes elegidos para hacer el inútil. Si nos atenemos, no a opiniones, sino a los resultados devenidos de la autonomía, es evidente que la expresión Junta de Andalucía debería ser una frase tipificada en el código penal.  Por tanto, tiene usted todo el derecho a sentirse orgulloso de ser andaluz como yo, faltaría más, a no abrazar esa condición. Ahondando en el tema, le diré que yo soy el resultado de un paisaje y de una cultura ciertamente mediterránea. A estas orillas jamás habíamos oído nada relacionado con eso que muchos llaman Andalucía. Sí, sé que a muchos les puede chocar esta afirmación pero es que lejos de la propaganda de la RTVA, hay ciudadanos que no nos levanta ni El Rocío, ni las ferias ganaderas. Y en aprovechando este momento, le diré que nunca he sido frac-masón sino frac-marino. Con eso está dicho todo.

Como ve, querido amigo, usted y yo no somos tan diferentes. Por mi parte, no me siento andaluz y admiro a la mujer. Por la suya, abraza al cretino de Blas Infante con su islamismo trasnochado y disfruta de su amor zoofílico por los buitres socialistas. Una relación patológica en su caso que debería llevarle a una reflexión profunda.  En cualquier caso, no creo que sirviera de mucho pues no hay peor enfermo que aquel que no se quiere curar.  Pedirle a un sureño, y con más de medio siglo a cuestas, el desarrollo de eficaces anticuerpos frente a los brotes epidémicos de la estupidez andalucista, es como solicitar del Altísimo una beca.  En verdad,  puedo aceptar que los andaluces que apoyan al régimen sean cutres, incívicos y cainitas pero, encima, tener que aguantar a alguien como su señoría que ha descendido al infierno del puritanismo, se me antoja demasiado castigo. De ahí que decidiera responder a su carta.  Me hubiera sido más fácil sacar a la luz el pasado franquista de su señor padre pero, no me gusta hacer escarnio público de la astilla caída. Y es que en eso sí que somos diferentes. Le conmino encarecidamente a cruzar aceros con otro porque podría salir trasquilado. Recuerde esto siempre; yo voy de frente y usted marchaba orgulloso en el Frente de Juventudes.

Para finalizar me gustaría recordarle que su odio, como el de toda la chusma que vota a la secta del capullo, es siempre una forma de reputación. Una reputación mucho más gloriosa que una necrológica en el diario más prestigioso.  También quiero aprovechar estas líneas para invitarle a Málaga, la ciudad que no para ni un día al año, donde podrá disfrutar de la luz que se filtra en la bahía con esos turquesas y azules en la declinación ideal de la tarde.  Tal vez contemplando esa maravillosa alfombra marina donde se refleja mi ciudad, aprenda ese principio de Arquímedes que nos aplican sus socialistas a diario; “dennos un punto de apoyo en sus poblaciones costeras y nosotros moveremos las cajas de caudales”. 

Siga con salud.


http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/SERGIO%20CALLE%20LLORENS

5 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias Don Antonio; creo que la respuesta de cuando la inteligencia ha perdido la paciencia y sale un hijo irónico. Un saludo.

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  2. Dicho en tres palabras de chusma sociata adicta a Canal Sur: "ES-TU-PEN-DO"

    Me encanta la total ausencia de corrección política en tu escrito. Por un momento me sentí más allá de varias cordilleras al norte.
    ¡Dita sea!

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    1. Gracias Curro porque para corrección política ya están otros plumillas de diferentes medios. Un saludo.

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  3. Dicho en tres palabras de chusma sociata adicta a Canal Sur: "ES-TU-PEN-DO"

    Me encanta la total ausencia de corrección política en tu escrito. Por un momento me sentí más allá de varias cordilleras al norte.
    ¡Dita sea!

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