lunes, 24 de agosto de 2015

Oda al Sevilla F.C.

Artículo de Sergio Calle Llorens

La última vez que escribí sobre el deporte rey en estas mismas páginas, hubo hasta bajas temporales. Por eso, quiero pedir disculpas de antemano a todos aquellos que se puedan sentir ofendidos por lo que aquí dejo escrito. Creo que ya me conocen; soy malagueño del mediterráneo y el patriotismo andaluz no es lo mío. Además, soy un ferviente seguidor del club de La Rosaleda. Sin embargo creo que, ojalá me perdonen mis paisanos, ha llegado el momento de usar al Sevilla F. C como símbolo de lo que podría ser Andalucía en el plano político.
 
El Sevilla es el grande de todo el sur de España y su éxito se basa en un olvido. Sí, en haber relegado a su más encarnizado rival. Y es el amor por sus colores, y no el odio a las tonalidades ajenas, lo que le ha llevado a la victoria. Algo así como lo que construimos en Málaga con el Unicaja de baloncesto. De esos amores nacen poesías traducidas en goles que bien valen campeonatos. Una querencia que incluso es capaz de disputar finales con clubes de presupuestos superiores. En realidad, el parné es muy importante pero cuando no se tiene, se necesita un lugarteniente capaz de colocar la artillería en el lugar correcto del campo de batalla. Ese genio militar es conocido como Monchi. Tiemblo de pensar la cantidad de reportajes de televisión que nos habrían colocado de haber sido el andaluz el director técnico del Real Madrid.

El Sevilla F.C representa una forma de entender la vida. Una filosofía de victoria. Una actitud que regala derrotas inolvidables. Luego ni un mal gesto, ni una mala acción. Dan la mano y se van a su casa a lamerse las heridas. El Sevilla es consciente de que al final Dios siempre bendice a los valientes. De ahí nace su fuerza. Creo que nada bueno trae el odio y, bien lo saben los de Nervión.

Si el Sevilla F. C está en el Olimpo de los Dioses, Andalucía sufre en el más espantoso de los infiernos. Si la Junta fuera un club de fútbol, jugaría en regional preferente y nadie, absolutamente nadie, podría entender que todos los presupuestos gastados en fichajes den como resultado un puesto permanente de colista. Y es que la región andaluza sigue siendo, pese a la lluvia de millones, la última en todo. Por todo ello, creo que el pueblo andaluz debería quitarse los complejos, buscar a su Monchi y trabajar en serio para que estemos, no contra nadie, sino a favor de nosotros mismos. Y siempre con la idea de ir subiendo de categoría hasta que, como el Sevilla F.C, aspiremos a ganar títulos europeos.

En cualquier caso, soy consciente de la polvareda que pueden tener mis palabras en determinados círculos pero, como dije el día de mi presentación; “no vine aquí a hacer amigos” porque mi objetivo es acabar con la Junta de Andalucía tal y como la conocemos. Por eso hoy les cuento mi verdad que estimo, tal vez erróneamente, ayude a guiar a ese pueblo tan desnortado como el sureño. De todas formas, no aspiro a tener razón sino a ganar como el Sevilla F.C. 


Coda: Admito insultos, bloqueos en twitter, que dejen de gritar “puta Málaga” en el Pizjuán y hasta que me regalen la camiseta de ese Sevilla victorioso. Les juro que no soy mal tipo del todo.


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2 comentarios:

  1. Eres grande, pero no sólo por pasar la berrera del enfrentamiento (muchos tendríamos que aprender), sino por tu gran humildad, que denota nacer de una gran persona. Viva Málaga y Sevilla.

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    1. Gracias Juan Manuel. Un placer leerle por aquí. Saludos

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