domingo, 27 de septiembre de 2015

¡Quitemos argumentos a los separatistas!


Artículo de Luis Escribano

“Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se dejen atrapar por dogmas, es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas.” (Steve Jobs, junio de 2005, Universidad de Stanford).

Ayer escribía un largo artículo, "El fracaso del separatismo", sobre la ambición separatista de algunos ciudadanos españoles residentes en Cataluña como resultado de un Estado fallido. Pero hoy voy a añadir otra lectura del separatismo catalán que no hice ayer.

Tengo la certeza que muchos de los que apoyan a los separatistas, como dijo Steve Jobs, están atrapados por mantras que han sido creados y difundidos una y otra vez hasta convertirlos en dogmas. Un minúsculo grupo de oportunistas de la oligarquía de los partidos políticos y de las clases sociales más altas catalanes, viendo peligrar sus “negocios” por la actuación de órganos estatales que no controlan ni pueden controlar políticamente, pretende conservar sus privilegios (como los señores feudales de los antiguos condados catalanes) a base de conseguir el poder absoluto, lo cual sólo es posible con la creación de un Estado nuevo. Además, esta solución permitiría a su vez escaparse de la actuación de la Justicia del Estado español.

Ese minúsculo grupo que promueve el separatismo intenta aprovecharse de la ausencia de ilustración de un número muy elevado de la población catalana que, ante su desconocimiento y desesperanza por la crisis económica y política que nos afecta a todos los españoles, ha creído a pie juntillas ese mantra de que todos los males que le afectan derivan de pertenecer al Estado español, y que esos males desaparecerán separándose de él.

Es más cómodo creer esto y apoyarlo echando una papeleta en una urna que luchar por la propia libertad dentro del Estado, luchar por cambiar lo que funciona mal. Han optado por evitar el trabajo de reformar lo existente, y prefieren algo nuevo que será construido por esa oligarquía, creyendo que con esto se soluciona el problema. Como la mayoría de los niños, prefieren un juguete nuevo, porque el antiguo les aburre de verlo y usarlo tanto.

No resulta difícil que un ciudadano medio pueda creerse todo lo que se difunde "oficialmente" sin contrastar los datos, cuando la inmensa mayoría desconoce como funciona con detalle el sistema político-administrativo español, o las relaciones entre los distintos niveles de gobierno (estatal, autonómico y local); tampoco conoce con detalle el reparto competencial ni las diversas fuentes de financiación de cada uno de ellos. No conoce la regulación del sistema de toma de decisiones, ni el de las relaciones Administración-ciudadanos. Sólo unos pocos catalanes selectos conocen bien los entresijos de los poderes públicos, las relaciones entre ellos y las mantenidas con la ciudadanía, y esos pocos no llegan ni al 5 % -y tiro por lo alto- de los que hoy domingo votarán apoyando a los partidos políticos que promueven el separatismo.

Todo lo que escuchan de sus “gurús” catalanes pasa a formar parte del elenco de sus credos. Por tanto, con personas que funcionan a base de creencias no pueden utilizarse razonamientos ni el sentido común. La única manera de acabar con este sinsentido es quitándoles los argumentos a los oportunistas.

A nadie le interesa en España –salvo a ese grupo minúsculo de oligarcas catalanes- debilitar el Estado, cuando tenemos otros Estados más fuertes en competencia con nosotros. Separar es debilitar. Trabajar unidos es ganar.

Algunos Estados extranjeros, aunque de cara a la galería apoyen al Estado español y su unidad, estarán deseando –si no apoyando de forma encubierta- que se produzca el cisma catalán, porque de esa manera uno de los Estados competidores –el español- se debilitaría hasta extremos que pocos podemos vislumbrar. El primer país que podría aprovecharse de la situación sería Inglaterra con Gibraltar; detrás iría Marruecos con Canarias, y así un cisma tras otro. Perderíamos tanto peso internacional que poco podríamos hacer en nuestro beneficio, e irremediablemente acabaríamos siendo “colonizados”. No es catastrofismo, sino realismo. Observen a su alrededor.

Algunos insisten en blandir la bandera de España y pasearla, y a base de arengas intentar que nos sintamos orgullosos de nuestra nación. Pero eso, por más que nos empeñemos, no funciona así. Para conseguirlo, primero tenemos que sentirnos orgullosos de nuestro Estado, nuestras instituciones, de lo bien que hacemos funcionar todo, de nuestros representantes, de nuestra educación y nuestro esfuerzo. Por eso, empeñarse en lo anterior es estrellarse una y otra vez contra el muro de la ceguera, que además es también el muro de la fe de los creyentes catalanes.

Sólo veo una alternativa. Lo dije ayer y lo reitero hoy: reformemos nuestro modelo de Estado, su diseño y su funcionamiento, ilustremos al pueblo, de forma que los separatistas no tendrán argumentos para arrastrar a masas ignorantes. Así lograremos ilusionar tanto a la ciudadanía española que no habrá manera de fomentar movimientos separatistas.

¡Quitemos argumentos a los separatistas!


http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Luis%20Escribano

6 comentarios:

  1. Tan claro y simple como ésto, Luis. Enhorabuena por tu clarividencia y tu forma de expresarla.

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  2. Podéis estar seguros de que los separatistas conseguirán los que quieren. Conseguirán una especie de independencia, en la que ellos tendrán poder sobre todo lo que sea positivo, y España (Que ya debería de dejar de llamarse España y yo propongo que la llamemos ESPA, que queda mas coloquial, visto el respeto que se le tiene) con lo negativo. O sea serán españoles para todo lo que les convenga: pagar pensiones, pedir infraestructuras, subvenciones europeas, gastos militares etc, etc, a eso si, gestionado por ellos. Así que veo a un delegado militar de la Generalitat controlando lo que quede de ejercito en Cataluña, si queda algo. Es más, podrán votar en las elecciones generales, aunque el congreso de los diputados no tendrá jurisdicción sobre Cataluña. Tendrán representantes en los organismos internacionales, embajadas, sufragadas por el resto de los espas. Les perdonaremos la deuda, pero les seguiremos ayudando a financiarse, porque en ese momento todos seremos españoles . Todo esto se conseguirá con cambio o no cambio de la constitución, ya que en el fondo ellos seguirán siendo españoles en lo que les convenga. Porque ¿Qué político de los que tenemos ahora es capaz de tomar medidas serias?: ninguno. La derecha porque le da miedo (Han tenido una mayoría que no van a tener en años y no han hecho nada) y la izquierda, mejor no hablar de la izquierda. Además propongo que además, que le quitemos la franja inferior roja a la bandera de ESPA, y que el himno sea el viva España de Manolo escobar (Eso si, sin letra, para no ofender a nadie)

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    1. Muchas gracias por el comentario. Es evidente que con muchos de los políticos actuales es complejo mejorar el panorama, especialmente porque la "cartelización" de los partidos que han tocado poder es un obstáculo para ello. No obstante, insisto que si cambiamos las reglas del juego -¡NO POR CONSENSO DE PARTIDOS!- , tendríamos el terreno abonado para acercarnos a lo que casi todos aspiramos.

      Saludos!

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  3. Tan claro y simple como ésto, Luis. Enhorabuena por tu clarividencia y tu forma de expresarla.

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