jueves, 12 de noviembre de 2015

Voy a defender a Artur Mas


Artículo de Mazelmind


Como lo oye.

En vista de sus respuestas, del “ vuelva usted el jueves” que le han dado los que le mandan ahora, de su forma de actuar, de las ojeras que lleva el hombre y la desesperación que transmite, alguien tendrá que defenderlo, decir algo bueno de él, encontrar un atenuante para este sujeto que lleva tres años amargándonos la vida a muchos.
 
Dos aspectos de su discurso de estos últimos días puedo destacar que me llaman poderosamente la atención. Yo no soy más observadora ni más lista que nadie, así que como muchos, he sido testigo del discurso de corte social hecho a medida del programa de las CUP que hizo Artur Mas. Asistimos en vivo a la puesta en escena en de un hombre desesperado que pide a los radicales de la CUP que le “permitan que discrepe amablemente”.

El candidato de Junts pel Si a presidir la Generalitat, un democristiano de toda la vida, liberal de tomo y lomo, con un largo historial de pactos con el PP para la gobernabilidad y aprobación de presupuestos, con una amplia cartera de seguidores de esos que se llaman a sí mismos “gente de orden” se pone a los pies de la CUP y termina una sesión sugiriendo que los diputados independentistas se reúnan “en asamblea” para hablar de sus cositas.

Recuerdo a una mujer independentista de postín que alguna vez me confesó que era militante convergente. Hablaba con repelús de los okupas del barrio y de quienes se dedicaban a  abrir centros sociales donde llevaban a cabo actividades que a ella le parecían poco adecuadas. Esto a la par claro, que despepitaba de la “España de pandereta” que ella y otros como ella mantenían con sus impuestos.

¿Qué estarán pensando las señoras convergentes de Sarrià? ¿Qué será del pedigrí ahora que el elegido por el gran jefe queda a la altura del betún montando un numerito digno de la sala de espera de Bienestar Social? Para otro día dejo la fe de “los del pedigrí” que resiste visitas de la Guardia Civil, la UDEF y otras evidencias.

El otro asunto destacable es la insistencia en el “no estoy en contra de España, sólo del Estado español”.

Es conocida la costumbre de los dirigentes de todo nivel en Cataluña de pervertir el lenguaje de manera que  siempre haya una explicación que haga parecer menos malo lo que es malísimo. Y sí entro en juicios de valor, repito, malísimo. Que para florituras y para llamar perfume a lo que apesta ya están otros.

Mire usted por dónde a mí eso de no estar contra España sino contra el Estado español me suena exactamente igual que el discurso del nuevo antisemitismo. La ultraizquierda se escuda en el antisionismo y dice “no soy antisemita, solamente antiisraelí”. Yo y unos cuantos más llevamos tiempo insistiendo en que eso no es posible. El  movimiento BDS, Boicot Desinversiones y Sanciones es  el ejemplo de que la exclusión de grupos y personas israelíes y la premisa  que califica al sionismo de movimiento imperialista no es más que puro odio antijudío disfrazado de buenismo propalestino.

Es verdad que muchos de los promotores del BDS en España no se enteran “de la misa la mitad”, que quizás no conocen las raíces profundamente antisemitas  de las que parten y que solamente  están ahí porque “mola” odiar a esos que son los odiados y boicoteados de moda. La pose manda ser antisionista. Les han dicho que no son antisemitas y lo repiten. No les concedo demasiados atributos, al menos no a las masas del movimiento.

¿Y esto qué tiene que ver con Artur Mas? Pues mucho, mire usted.
No se puede hablar de él como alguien que solamente va tras la masa y no se entera de dónde salen las cosas que hace ni muchísimo menos. Puede caerle a uno mejor o peor pero, inculto, no se le puede llamar. Dice que él no odia a España. Yo hasta le creo. Es más, ni siquiera creo que odie al Estado español al que está desafiando. Tampoco entiendo cómo ha llegado a dejarse arrastrar por gente mucho menos inteligente que él.

Quizás esta gente no ha ido a la escuela trilingüe pero tiene mucho menos que esconder. A la vista está ya que el legado político pujoliano pesa y mucho. Esta huída hacia adelante quizás tenga poco que ver con su pedigrí y mucho con otras cosas. Luego ha tenido la malísima fortuna de caer en manos de personas que son auténticos odiadores profesionales dispuestos a cualquier cosa.

Los CUPeros lo mismo odian al Estado Español que al “sionismo expansionista”, lo mismo proclaman una república que no hay en el parlamento catalán, que piden credenciales de antisionista a un judío que hace música o vetan un festival de música sefardí igual que llaman fachas a los asistentes a un mitin de un partido político liberal. Puestos a odiar tienen pocas manías.

Etiqueta de la camiseta de la diputada de la CUP, Ana Gabriel en el Pleno del 10 de noviembre

Claro que los camaradas de la CUP prefieren a Romeva que es mucho más digno que Artur Mas en el plano de los principios, los amores y sobre todo de los odios manifiestos.

No sé si él querrá ser o no President ni si el resto de los diputados lo votarían. De ser así, se nos quedaría una Govern odiador de España y antisemita “para chuparse los dedos”.

Y no me gusta don Arturo, no me gusta nada pero odiador, no es, sólo se ha transformado en destructor.


Se ha dado a la tarea de rodearse primero de gente como Rahola, Martin Sala, Basté y todo el aparato propagandístico de Godó y TV3 y ahora ha caído en manos de odiadores más furiosos y sin pedigrí que le están amargando la vida.

Esto no ha ha hecho más que empezar...


http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Mazelmind

No hay comentarios:

Publicar un comentario