domingo, 27 de diciembre de 2015

El pegamento


Artículo de Luis Marín Sicilia


“Curiosa forma de destruir para pegar lo que, antes de romperlo, estaba unido y cohesionado”

Una de las frases más originales, viniendo de quién viene, es la que el líder morado Pablo Iglesias soltó sin despeinarse la noche electoral. El pequeño Ceaucescu, como le llamaban en el Parlamento Europeo, dijo que su formación política era la garantía de la unidad de España. Y se quedó tan pancho.
 

Según él, tras reconocer el derecho a la secesión de las distintas naciones españolas, ese amasijo de nuevos estados se uniría porque los “podemitas” son el pegamento, el ungüento mágico que uniría los trozos del jarrón que previamente habían roto. Curiosa forma de destruir para pegar lo que, antes de romperlo, estaba unido y cohesionado.

En el fondo, a medida que se analiza lo que dice y propone Podemos, se pone de manifiesto la ideología comunista que la sustenta, debidamente manipulada en cada ocasión por sus líderes, esa pléyade de profesores de menor rango que asesoraron al régimen venezolano con el resultado ruinoso y de pérdida de libertades por todos conocido.

El excesivo triunfalismo de los morados debe atemperarse a la realidad, la cual reduce su fuerza electoral a la cuarta posición, superada por Ciudadanos en un punto y medio porcentual de votos, aunque obtuviera dos escaños más hasta 42. Los restantes 27 son de formaciones soberanistas catalanas, valencianas y gallegas, cuya independencia de Podemos es manifiesta, y a las que Iglesias ha prometido defender el inexistente derecho a decidir, eufemismo de la autodeterminación inaplicable en el derecho internacional. Lo que es cierto es que malamente van a aceptar los votantes podemitas del resto de España ese trato de favor a otras regiones españolas.

Como aviso a navegantes, los sectores más socialdemócratas del PSOE ya han advertido a Sánchez, respecto a su afán por pactar con Podemos, que para realizar pactos creíbles hay que compartir principios. Y no cabe duda de que los de Pablo Iglesias, por mucho que disimulen, ni creen en el sistema democrático vigente, ni creen en la socialdemocracia, ni le satisface la unidad de España, salvo que esté amalgamada por su ideología totalitaria, ya que sus principios son los del asamblearismo revolucionario propios del nuevo marxismo, lo que ellos llaman leninismo agradable.

Así se explica su mensaje del pegamento. ¿Cuál es ese pegamento?: la ideología comunista, la misma que en la URSS permitía la autodeterminación de las repúblicas  populares, pero que luego las ahormaba ferozmente con una ideología que negaba cualquier atisbo de verdadera libertad y autogobierno. Quien quiera saberlo, que viaje por los países de la extinta Unión Soviética.




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