viernes, 18 de marzo de 2016

El espectáculo

Artículo de Eduardo Maestre

Por mi profesión de músico me he subido más de mil veces a un escenario; no me atrevo a decir que más de mil quinientas veces porque ya no guardo los cuadrantes que, para no liarme, me hacía durante años y en donde anotaba en letra microscópica en cada cuadradito 8 de marzo, 21.00h, Almonaster, LTP, o 22 de julio, 00.00, Festival Medieval, Fresnadilla del Requinto, AdG, y quizás no pudiera demostrarlo. Pero para alguien que ha llegado a tocar en diez formaciones distintas simultáneamente (música medieval, renacentista, irlandesa, sinfónica; jazz, boleros, flamenco, cuarteto de cuerda, copla… y además era director de coro!) y durante muchos años, les aseguro que subir a un escenario más de cien veces al año era lo normal.

Por eso, en cuanto echo un vistazo a cualquier situación que se desarrolle de forma pública y explícita, sé si estoy o no ante un espectáculo. Porque, amigos, no todo el que se sube a las tablas presenta un verdadero espectáculo! La mayoría de las veces, uno asiste a un concierto o a una obra de teatro y, sí, se entretiene y tal; pero salir del
patio de butacas con la satisfacción íntima de haber asistido a algo grande; sentir que la pasta que te has gastado en la entrada ha merecido la pena; saber que volverías a asistir mañana mismo, eso no ocurre a menudo. Para ello, deben darse al menos cuatro condiciones: que lo que has visto y escuchado en la escena no lo hayas presenciado nunca; que no puedas presenciarlo en otro sitio más que allí; que tu corazón y las fibras últimas de tu ser hayan sido zarandeadas más allá de lo que tú mismo podías esperar de ningún factor externo, y que, por las razones que sean, necesites verlo más veces!

Bien: pues esas cuatro condiciones se cumplen hoy en la Política española! Jamás habíamos presenciado algo como lo que desde el 21 de diciembre del año pasado nos muestran los medios de comunicación tradicionales más Twitter; en ningún otro sitio podríamos contemplar lo que estamos viendo, porque en ningún otro país del mundo se concitan las condiciones suficientes de miseria moral que se dan en España; nuestro espíritu es zarandeado a diario por las idas y venidas de los partidos políticos que hemos elegido, sus dimes y diretes y los abismos que sus veleidades nos abren entre nosotros y nuestro futuro, y, sin embargo, queremos, necesitamos seguir contemplándolo!

A qué ganador de unas elecciones generales se le ocurre declinar la oferta del Jefe del Estado para comenzar a negociar con los demás partidos con el objetivo de buscar su investidura? A qué perdedor de decenas de escaños se le ocurre intentarlo, sabiendo que no podrá formar Gobierno sin aliarse con un partido estalinista regentado por un líder totalitario al que financian desde hace años los regímenes asesinos de Irán y Venezuela? A qué líder totalitario se le ocurre tender la mano a quien está intentando ser investido mientras lo insulta y lo degrada públicamente? A qué político serio se le ocurre citarse con un grupo de extrema izquierda en una sala mientras éstos ignoran que está cerrando un pacto de investidura en la sala contigua con sus enemigos acérrimos? A quién se le ocurre, en medio de este fregado de negociaciones a cuatro bandas, visitar Cataluña para entrevistarse con un golpista confeso que preside, sin haber siquiera figurado en las listas de las elecciones autonómicas, un Gobierno regional que se ha declarado independiente del Estado que lo sigue financiando? Qué ha ido a negociar con él? La secesión de España, el país que el inane socialista pretende gobernar?

Cada día, una encuesta nos solivianta: de ir a elecciones, Podemos subirá como la espuma; el PP se hundirá; Pablo Iglesias está acabado; Rajoy sacaría escaños suficientes como para aliarse con Rivera sin necesidad de nadie más; Sánchez se hunde; Sánchez remonta; Susana Díaz comienza la reconquista del socialismo; los ex Presidentes de la Junta de Andalucía pasan por el Juzgado de guardia; Rita Barberá sufre un ataque de caloret y se niega a comparecer; Carmena está cada día más cerca del PSOE; los podemitas andaluces están dispuestos a ir a las barricadas; la Colau se escinde de sí misma y funda un partido que atomizará la izquierda catalana; los independentistas bajan en intención de voto; perdón: suben; perdón: se estancan; Rivera no ve mal un referéndum de indapandansia; Rajoy está tranquilo con el temita de la Barberá y los 50.000 pavos de ida y vuelta; Iglesias le clava un piolet en la frente a Pascual, el alter ego de Errejón; éste está desaparecido desde hace cinco días; Monedero pone una academia de blanqueo de divisas venezolanas; el Kichi se viste de pollo y amenaza con convertir el Teatro Falla en una mezquita…

No me dirán ustedes que se puede contemplar algo igual en algún otro país del mundo! No. No busquen: en ningún otro sitio se concitan, como dije arriba, tantas miserias. Y todo por no tener una Ley Electoral que acabe con las cacicadas que se permiten hacer los partidos políticos. De haber dos vueltas en las elecciones legislativas, se favorecería la mayoría suficiente que impidiera ver esta mugre, este espantoso teatro de guiñol en el que todos son el títere de la cachiporra y todos golpean con furia de trapo –pero furia, al fin y al cabo!- a la muchacha, que es una España estupefacta!

De un hombre sin sangre, que ha permitido que el Estado desaparezca de Cataluña; que las clases medias carguen sobre sus reventadas espaldas la negativa a desmontar el Estado de las Autonomías; de un tipo que ha dado su nihil obstat a que salgan a la calle no sé cuantísimos etarras con las manos manchadas de sangre, qué se puede esperar? Qué se puede esperar del perfecto inepto que ha terminado de hundir al partido socialista? De un cretino esencial que es incapaz de explicar al mundo qué cojones es eso del federalismo asimétrico? De un perfecto imbécil que quiere ser la novia en la boda y el muerto en el entierro; que aún no ha terminado de traicionar a su supuesto socio de investidura y ya está poniéndoles los cuernos a los siguientes estafados; que se va a Europa a pasearse como si ya fuera Presidente del Gobierno español y no tiene ni donde caerse muerto políticamente; que se entrevista con Tsipras!... Pero por Dios bendito! Qué nos cabe esperar de tamaño cenutrio?

Y qué agua nos lloverá de un afecto a la giovinezza mussoliniana? Un chico de oratoria media, la suficiente como para destacar como si fuera Cicerón entre la mediocridad verbal de sus colegas, pero que pacta en Madrid con los populares y en Andalucía con la Mafia porque ni tiene ni ideología, ni identidad política, ni adscripción intelectual alguna. Qué nos cabe esperar de un Gurdulú sin entidad ontológica? Pues que medre! Que medre!

Y para concluir, qué podemos esperar de un joven que, pese a haber impartido clases en la Complutense, sólo cuenta con una cultura general media a través de cuyas tinieblas cita a Kant cuando quiere traer a colación a Tarantino? Qué cabe pensar de un totalitario rabioso, lleno de odios heredados, hijo de un terrorista del FRAP, director de una cadena de televisión de corto alcance financiada por un Gobierno como el iraní, que ejecuta homosexuales los días impares mientras que los pares lapida adúlteras? Qué se colige de un tipo tan intransigente en lo personal, que no duda en cesar de manera fulminante a compañeros de su entorno y con un ego que le precede como una fanfarria florentina? A qué país quiere destruir a base de amor? Cuánto tardarían sus votantes en darse cabezazos contra la tapia de fusilamiento si este peligrosísimo histrión trincara el Poder en España? Cuántos de nosotros nos veríamos forzados al exilio?


Éste es el panorama, y no otro. Quienes, pese a todo, quieran ver en las negociaciones comenzadas hace ahora tres meses una actividad política normal, es que reniegan de la verdadera Democracia. O no la conocen. O no saben en qué consiste. Porque, amigo lector, esto que está ocurriendo en España ante los ojos de todos no es normal. Es un espectáculo. Un verdadero, genuino, desafortunado y deplorable espectáculo; una suerte de gatomaquia descompuesta, plagada de titiriteros proetarras y concejalas orinando en la Gran Vía; la parodia de una misa negra, con un pollo socialista decapitado recorriendo los pasillos y manchándolo todo de la indignidad que se le sale a chorros imparables por las arterias del cuello cercenado. 

Menudo show! Bienvenidos al circo! Que contemplen todos nuestro verdadero espectáculo! …La Fiesta nacional!




1 comentario:

  1. Perfecto como siempre, Eduardo. Pero te falta la guinda del pastel, extrañamente también a tí. Pero, por Dios qué ocurre en este país, en el que la perspicacia ha desaparecido de la malicia sana de los españoles que nos impide ver el verdadero motivo de nuestra situación actual desde el 21 de Diciembre, que digo, desde que Pedro Sanchez comenzó hace años a soñar con ser Presidente del Gobierno? Me explico, porqué no he leído ni escuchado NI UN SOLO COMENTARIO sobre la única y verdadera razón del comportamiento cerril del ZP-bis, bloqueando la situación, cuando la lógica nos marca a todos los NO DESCEREBRADOS que la ÚNICA solución ACTUAL, HOY POR HOY, es UNA GRAN COALICIÖN? Me voy a atrever a pediros la solución, a ver cómo andáis de perspicacia. Voila!!! A ver, a ver, una pista. Si esa Gran Coalición se llevara a cabo, ¿quien sería hoy por hoy su Presidente? Es evidente que Rajoy. Por tanto,Pdr Snchz no llegaría a ver cumplido su sueño obsesivo, ergo, nada que hacer, por encima de su cadaver. Pero imaginemos por un momento la hipótesis de que Rajoy diera un paso atrás. Mejor aún, imaginemos que mañana le propusiera Rajoy a Sánchez que él (ZP Bis) fuera el Presidente de esa Gran Coalición. Me juego todas mis escasas propiedades, hasta la paga de mi pensión, que digo, hasta mi casa en la que vivo, que antes de una semana Pedro Sánchez no volvería a ser nunca más Mr. No,No,No ni Rajoy sería nunca más la imagen de la corrupción. Y repito, es que nadie ha caido en la cuenta de este detalle? Pues hay que levantarse más fresco por la mañana y poner nuestra mente en movimiento ante las maldades de los golfos que nos "gobiernan". Que tengan un buen día.

    ResponderEliminar