viernes, 1 de julio de 2016

Ciudadanos socialdemócratas (C’s)


Artículo de José Antonio Peña


Si el gran Gila estuviese hoy entre nosotros y en plena forma nos regalaría seguro unas risas sobre el partido socialdemócrata Ciudadanos, que, cual tonto que coge la linde, pretende obstinadamente hacerse pasar por liberal, arrastrando de paso por el fango los principios e ideas liberales por un puñado de votos. C’s es más defensor de la socialdemocracia que quien la inventó, un pavoroso engendro de mercadotecnia naranja y aluvión que orbita en torno a una persona -a lo sumo, varias-, al que han arribado, por cuestiones de toda índole excepto ideológicas, extraviados socialdemócratas de todo el flower power macedónico socialdemócrata: popular, socialista… más las cenizas magenta.
Como todo el mundo sabe, un partido que se autodefine como de centro-izquierda en la página 1 de su Ideario y que defiende reiteradamente un modelo socialdemócrata, lo normal es que acto seguido se defina como liberal; ¡claro, que iba a ser si no; pues liberal! Por eso, es típico de partidos liberales autodenominarse de centro-izquierda y defensores del modelo socialdemócrata; es lo normal. De hecho, Ron Paul y Gary Johnson no hay día que no amanezca en que no afirmen ser de centro-izquierda y férreos socialdemócratas. No falla. Por cierto, Albert, explícanos, cuando afirmas en la página 2 de dicho ideario que C’s se nutre del liberalismo progresista y del socialismo democrático, cuál sería a tu entender el liberalismo no progresista, porque desconocemos cuál es ése. En cambio, haces muy bien en hablar de socialismo democrático, aclarando el asunto con el socorrido adjetivo, que permite al lector no salir corriendo a la primera de cambio. Otras veces afirma C’s ser centrista o social-liberal, que vendría a ser un espacio indeterminado a mitad de camino entre lo de social y lo de democracia, o entre lo de social y lo de liberal, pasando por la carretera secundaria de Cangas do Morrazo.

C’s es lo que es, un partido socialdemócrata, y no otra cosa, que encima lo niega y dice que es lo que no es, así que menuda carta de presentación (aunque también es perfectamente comprensible que a estas alturas de la tragedia le resulte vergonzoso reconocerse socialdemócrata). Por eso, ya en el segundo 1 se buscó como colega de juerga intervencionista al PSOE (en el monó4ogo podrían haber compartido atril), partido de intachable tradición liberal sin mácula intervencionista alguna con el que firmó hace unos meses un Acuerdo para un gobierno reformista y de progreso (ahí es nada) que ambos pretendieron hasta el último suspiro que Podemos validase de algún modo para al menos echar a rodar -aunque fuese por algún canto- la legislatura. De un eventual gobierno socialista presidido por un socialista investido por el propio PSOE, C’s y los nacionalistas de Nueva Canarias, con la abstención del chavismo (y la socialdemocracia de derechas en la oposición), sólo se podría haber esperado medidas liberales, qué duda cabe.

C’s viene a reforzar la ruinosa socialdemocracia, fundamentalmente con propaganda, frescura (en todos los sentidos) y nueva política, pero los liberales están ya de la frescura de C’s hasta los mismísimos Keynes, como lo estaban del talante de ZP, founding father de la neopolítica y de la socialdemocracia del siglo XXI ahora públicamente idolatrado por Pablo II para disparar al PSOE su Tomahawk diario, Pablo que por cierto en otro alarde de nueva política ha fundido a Podemos con un PCE que en 2021 celebrará su 100º aniversario; pura neopolítica.

Hasta 2015 la estadounidense James Randi Educational Foundation, dirigida por el famoso mago James Randi, hastiado de las estafas del mundillo paranormal y pseudocientífico, ofrecía 1 millón de dólares a cualquiera que demostrase en directo poseer algún tipo de poder sobrenatural. No logró el dinero ninguno de los muchos que lo intentaron, que se escudaban en múltiples excusas y mentiras para justificar su fracaso. Yo solicito poner en marcha la misma experiencia aplicada ahora al ámbito de las ideas y los programas de partido. Imagínate, Albert, tú, que sabes de sobra que ni eres liberal ni lo has sido: 1 millón de euros por demostrar el liberalismo del mencionado acuerdo socialdemócrata con el PSOE. Vale usar potente microscopio.



(“El Herald Post”, junio de 2016)




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