miércoles, 7 de septiembre de 2016

Cuestiones de ética y de estética


Artículo de Luis Marín Sicilia


“Soria dimitió de todos sus cargos políticos, tanto públicos como de partido, no por caso alguno de corrupción sino, simple y llanamente, por no haber sido riguroso con la verdad”

“¿Qué debemos decir de los 44 afines a Podemos colocados 'porque sí' en el Ayuntamiento de Madrid? ¿Y de las parejas de Ada Colau y de Pisarello? ¿Y de Jordi Cañas, investigado por fraude fiscal? ¿Y del europarlamentario de C's Javier Nart? ¿Y de Magdalena Álvarez? ¿Y de Blas Ballesteros?”


Antonio Barreda, en su artículo del lunes en este diario, analizaba con rigor el fenómeno de la manipulación de las masas, con las nefastas consecuencias que provocó en los años 30 del siglo pasado, y cómo las posiciones antagónicas de los partidos actuales, en ese "todos contra todos" que imposibilita el entendimiento razonable, están siendo manipuladas y amplificadas por las nuevas tecnologías y las redes sociales. 

Resulta difícil argumentar frente al simplismo de quienes crean problemas donde no los hay, ofrecen soluciones taumatúrgicas o distraen al personal con estrategias adecuadas para mantener al público en la mediocridad cuando no en la ignorancia. Son todos ellos métodos instrumentales de manipulación que abundan y se enseñorean de las nuevas técnicas de comunicación, ante los cuales resulta hercúleo el afán de mantener posturas objetivas y pedagógicas, con el riesgo de salir chamuscado del empeño, pese a lo cual, ninguna mente liberal debe darse por satisfecha con la avalancha de "noticias intoxicadas", sean del tenor que sean.

Estos días nos inundan los medios con la noticia de que el exministro José Manuel Soria ha sido propuesto para cargo directivo del Banco Mundial. Lejos de hacer pedagogía sobre cómo se nombra a esos cargos, quiénes están o no habilitados para ocuparlos y si el nombrado incurre o no en incompatibilidad alguna, lo que se hace es embarrar el terreno de juego, confundir al personal sobre lo que es político y lo que no lo es, mezclando de forma espuria criterios éticos con lo que, en el peor de los casos, sería una cuestión de estética.

Soria dimitió de todos sus cargos políticos, tanto públicos como de partido, no por caso alguno de corrupción sino, simple y llanamente, por no haber sido riguroso con la verdad respecto a una cuenta de una empresa familiar abierta en Panamá antes de su actividad pública, en la que tenía una actuación puramente formal. Reconocida su torpeza abandonó la política con todas sus consecuencias, algo que resulta extrañísimo en nuestra clase política y debiera ser ejemplarizante para muchos aferrados a sus cargos.

A partir de ahí ¿qué hay que hacer con Soria? ¿No tiene derecho a concursar dentro del cuerpo de funcionarios a que pertenece? ¿Qué delito ha cometido para ser inhabilitado? ¿Acaso ha prevaricado la comisión que ha evaluado su capacidad para el cargo propuesto? Resulta paradójico que, a uno de los pocos políticos que dimite en España por faltar a la verdad, se le atice sin piedad, especialmente por la progresía mediática y sus "longa manus" virtuales, con el afán obvio de dañar al partido de cuyos cargos dimitió y al Gobierno que sostiene.

Si a un funcionario se le niega el derecho a promocionarse en su carrera, ¿qué debemos decir de los 44 amigos, familiares, parejas y afines a Podemos colocados "porque sí" en el Ayuntamiento de Madrid? ¿Y de las parejas de Ada Colau y del teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona Gerardo Pisarello? ¿Y por qué puede ostentar asesoría pagada por el Parlamento Europeo el ex diputado de Ciudadanos Jordi Cañas, investigado por fraude fiscal? ¿Por qué los papeles de los bancos de Panamá han de ser más gravosos que los suizos que señalan al europarlamentario de C's Javier Nart? ¿Por qué estando imputada en los "eres" la ex ministra Magdalena Álvarez ostentaba un alto cargo en el Banco Europeo de Inversiones? ¿Y por qué, sin ser funcionario de carrera y sin incluir motivos excepcionales, puede el socialista Blas Ballesteros, cesado por irregularidades como cónsul honorario de Brasil, ocupar un cargo público en la Diputación de Sevilla?

Trato de constatar lo injusto que para algunos pueda ser su paso por la política, mientras a otros no parecen afectarle situaciones aún más irregulares que las que hoy ocupan los medios de comunicación, para los cuales apenas merecieron atención otras situaciones poco éticas, siendo escaso, cuando no nulo, el tratamiento de los mismos en los medios auto titulados "progresistas".

Indudablemente es más cómodo y fácil dejarse llevar por la indignación ciudadana, alimentando la aversión a todo lo que se mueve, que intentar racionalizar y delimitar los campos de la política y los de los derechos de cada cual en sus legítimas aspiraciones de promoción en su carrera, de modo que el paso por aquella no deje estigmatizado a todo el que por ella haya pasado.

Así las cosas, ¿ha sido inoportuna la designación de Soria para el nombramiento propuesto? Posiblemente lo ha sido para el propio partido del Gobierno, un PP al que, en muchas ocasiones, se le exige lo que no se reclama a los demás. Y tengo para mí que aquí se puede repetir lo de Manuel Aznar López, funcionario de carrera propuesto para adjunto al Defensor del Pueblo, y que, después de una campaña atroz por ser hermano de quién es, terminó renunciando para no dañar la imagen del presidente del Gobierno y de su partido. Obviamente, que fuera su hermano presidente perjudicó la carrera profesional del funcionario. ¿Ocurre así en todos los partidos, o más bien lo que sucede en algunos es lo contrario?

Seguramente Soria terminará renunciando al cargo para el que ha sido propuesto, lo que supondrá un alivio para el Partido Popular. En tal caso, el exministro podría añadir a la componente ética de su dimisión por no haber dicho la verdad -lo que debiera servir de ejemplo a multitud de políticos- la estética de su renuncia a lo que legítimamente tiene derecho. Se trataría de añadir a la razón ética de principios y valores para dimitir antes, la motivación estética de sensaciones, percepciones e imagen que motivarían su renuncia ahora.

Con ello se corregiría una decisión legítima, pero desafortunada políticamente, contrastándola con la contumacia en el error de otras formaciones, cuyo paradigma, además de algunos casos expuestos, sería la creación de un puesto en las Naciones Unidas para la exministra Bibiana Aido, previo pago de una millonada a cargo de las arcas públicas.


Post scríptum.- Enviado a redacción este artículo a primera hora de ayer martes, mediada la tarde del mismo día se anunció la renuncia por parte de José Manuel Soria al cargo para el que fue propuesto. Reconforta ver que se cumplen las actitudes que algunos esperábamos -en lo que ha sido una decisión estética- evitando una imagen negativa, precedida en su día -con la dimisión de sus cargos políticos- de una actitud ética.

La pregunta ahora es obvia: ¿Cuántos políticos y expolíticos, colocados a dedo, sin rango ni conocimiento contrastado, van a seguir su ejemplo? Mi pronóstico también es obvio: ninguno.


2 comentarios:

  1. Magnífico artículo que comparto completamente. Sobre su reflexión final, comparto el enlace de un artículo que hoy mismo ha publicado Silvia Moreno para El Mundo... la realidad de lo que todos sabemos pero nadie denuncia http://www.msn.com/es-es/noticias/espana/la-junta-us%c3%b3-cargos-fantasma-para-colocar-a-hijos-de-alcaldes-del-psoe/ar-AAiCRxw?li=BBpmbhJ&ocid=mailsignout

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  2. En total acuerdo con su articulo. Magistral y simple, así lo comentaré con mis amigos. La cuestión es que resulta prácticamente imposible llevarlo a una conversación de estas que surgen espontáneamente, sea en el bus, en una sala de espera o cuando vas a comprar algo y alguien saca el tema de la política. Tema que por cierto se graba en la mente de las personas a fuego como verdad absoluta, como si hoy viviéramos igual que cuando escasamente teníamos dos cadenas de TV y buscar la verdad era prácticamente imposible además de peligroso. Tema que varia en función de algunas cadenas de TV sea cuatro o la sexta fundamentalmente.
    Y claro, basta que manifiestes una opinión como la que usted deja patente en su articulo, para que la conversación espontanea se torne del mas absoluto silencio, aderezado además de miradas raras que te señalan como los chicos del maíz solo que afirmando.... Derechona... derechonaaa... derechonaaa.... Lo cual te deja directamente fuera de juego y a los demás como sénecas.
    La cuestión es preguntarse por que pasa esto en nuestra querida España. Y a mi solo se me ocurre una respuesta.
    Padecemos las consecuencias de varias generaciones criadas en el pesoismo. Lacra que ha generado los jóvenes mejor preparados de la historia de España pero sin capacidad de critica alguna.
    Aunque supongo que habrá mas motivos.
    Mis felicitaciones.

    Publicado por Manuel Castillo para El Demócrata Liberal a las 8 de septiembre de 2016, 23:13

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