jueves, 26 de enero de 2017

Parecidos razonables




Artículo de Enric Cabecerans



El 30 de abril de 1993, cuando el líder del partido socialista italiano Bettino Craxi salía del Hotel San Raphaël, un grupo de ciudadanos que se manifestaban en contra de la corrupción, empezó a tirarle monedas y billetes de lira, gritando frases como “Vuoi pure queste?” (¿Quieres también estos?) . Fue una protesta histórica en contra de la corrupción.

Craxi había sido perseguido por varias convocatorias de investigación por corrupción y financiación ilegal de su partido. El 29 de abril de 1993 la Cámara de Diputados había negado la posibilidad de proceder en cuatro de las seis causas en las que Craxi estaba imputado. Esto llevó a que la cúpula del PSI se reuniera el día siguiente en el citado Hotel San Raphaël.

La lucha contra la corrupción política en Italia empezó el 17 de febrero del año 1992, con la detención del miembro del PSI Mario Chiesa.  Ese día el procurador de Milán, Antonio Di Prieto obtuvo una orden de arresto para Chiesa, que fue detenido en su despacho en el momento en que recibía un soborno de 7 millones de liras.

Esta causa judicial se llamó "Tangentopoli", para hacer referencia a la “tangente” (soborno en italiano), aunque en España se conoció popularmente por el nombre de Manos Limpias.  El proceso reveló una extensa red de corrupción que implicaba a todos los grandes grupos políticos del momento y a diversos grupos empresariales e industriales.

En enero del año 1994 la Democracia Cristiana desaparecía como partido político dando lugar a dos nuevas formaciones: el Partido Popular Italiano (PPI) y el Centro Cristiano Democrático (CCD). Del mismo modo, el Partido Socialista Italiano se disolvería el 13 de noviembre de ese mismo año. Craxi fue condenado por la justicia a 27 años de prisión, aunque no cumpliría la pena impuesta ya que huyó a Túnez donde falleció seis años después.

La pasada semana, el Presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, explicó que los Tribunales españoles han enjuiciado por delitos contra la corrupción a 1.378 personas involucradas en 166 casos entre julio de 2015 y septiembre de 2016. De los 99 procedimientos finalizados con sentencia en ese periodo, más del 72% lo fue con una resolución condenatoria. Además, las sentencias firmes en este periodo han supuesto la condena de 399 personas por delitos de corrupción. 

Las Comunidades Autónomas de Cataluña y Andalucía lideran este bochornoso ranking, aunque lo cierto es que este es un problema generalizado en todo el país.

La corrupción vinculada a los partidos políticos en España no es algo nuevo, sin embargo, a medida que pasa el tiempo y se multiplican los casos, la población se hace cada día más consciente de la trascendencia del problema.

Actualmente se está juzgando al que fuera tesorero del Partido Popular, José Luís Bárcenas, por el caso Gürtel, que se relaciona directamente con la financiación ilegal del Partido Popular. Sin embargo, el otro gran partido español, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) también está señalado por un gran número de casos de corrupción, especialmente en Andalucía; el caso de los EREs, o el caso de los cursos de formación pueden servir de ejemplo.

Así las cosas, parece razonable pensar que en España, tal y como ocurrió en Italia, estamos inmersos en un periodo histórico caracterizado por unas formaciones políticas que han degenerado hasta convertirse en puras organizaciones de poder, en donde las ideas que debían defender se han convertido en eslóganes para conseguir el voto de una población descreída que busca afanosamente alternativas de futuro.

Algunos ciudadanos, a título individual, ya han empezado a señalar las vergüenzas de estas organizaciones, exponiendo su prestigio y su persona a los ataques de los individuos que sustentan a estos partidos tradicionales venidos a menos.

Es el caso de uno de los fundadores de este periódico digital, Luís Escribano, que ha sido cesado de la Jefatura que ocupaba  en la administración de la Junta de Andalucía por perseverar en la denuncia de la corrupción, pero también es el caso de Jesús Candel, médico de urgencias de Granada, que ha conseguido levantar a una provincia en defensa de la sanidad. En ambos casos se hace patente el hartazgo de los ciudadanos ante la arbitrariedad y la impunidad de los poderes públicos representados por los partidos mayoritarios.

Quiero aprovechar esta tribuna para hacer pública mi admiración y respeto hacia estas personas por su compromiso con el bien común. De igual modo, a Ana Garrido, la funcionaria que destapó la trama Gürtel, o a Victoria Alvarez, quien denunció la trama de la familia Pujol en Cataluña, así como a tantas otras personas que, en lugar de recibir parabienes por su valentía, han sido “sancionadas” por el poder.

En Cataluña, el caso Pujol ya ha provocado la primera disolución. Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), el partido gobernante, junto a Unión Democrática de Cataluña (UDC) durante muchos años, ya no existe. El nacionalismo catalán, que ha estado buscando continuamente la diferencia con respecto al resto de los ciudadanos españoles, no ha hecho más que repetir el principal problema de nuestros tiempos, la corrupción política. Esperemos que los ciudadanos tomen nota de quienes son sus herederos para erradicarlos definitivamente del mundo de la política.

Visto lo visto, parece haber más semejanzas entre italianos y españoles, que diferencias entre catalanes y andaluces. Ante esta perspectiva, y más allá, de cuestiones regionales, habrá que realizar cambios estructurales que impidan la degeneración del sistema. Evidentemente, para esta labor no podemos fiarnos de los partidos tradicionales.



3 comentarios:

  1. Coincido en todo con su analisis,y cada dia soy mas exceptico en cuanto a que este tema de la corrupcion se solucione. Las alternativas son inexistentes y si habia alguna esperanza, tanto Podemos,como ciudadanos, la han dilapilado con el espectaculo que estan dando ambas. Un paisaje desolador el que tenemos, y un horizonte aun mas desesperanzador. Un saludo.

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  2. Muchas gracias, Enric, por tus palabras, y bienvenido a El Demócrata Liberal.

    La corrupción parece no tener fin...a la vista de las últimas conclusiones de Transparencia Internacional, España sigue empeorando, y es evidente el motivo: nuestros "políticos" no se toman en serio el problema, y a quienes apuntamos soluciones nos machacan sin pudor.

    Tendremos que seguir con la información y difusión, para que los ciudadanos vayan abriendo los ojos y convenciéndose de la eficacia de esas soluciones que tanto tiempo llevamos proponiendo. Sin la unión y el apoyo de una gran parte de la población, no sería posible luchar contra la corrupción.

    Un abrazo, y enhorabuena por el artículo!

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  3. Agradezco una posición clara y concisa sobre la corrupción expresada por Enric Cabecerans. Estaré atenta a sus futuras aportaciones.

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