sábado, 25 de febrero de 2017

28F: a mayor gloria de Susana Díaz


Artículo de Manuel Ramos

La celebración del 28 de febrero, día de la comunidad autónoma de Andalucía, es un acto protocolario propio de los estados (en este caso mini-estado) que no tienen una verdadera conexión con los ciudadanos. Las comunidades autónomas se basaron en las regiones españolas y de su herencia han adoptado poses que intentan imitar al propio estado español. No hay nada de malo en reivindicar el terruño, la patria chica. Lo que ocurre es que aquí no se celebra la región andaluza y sus habitantes sino el estado andaluz, la Junta de Andalucía. Una vez más, el estado sobre la nación pero ahora en menor escala.


El estado, en este caso, son los partidos estatales. Esos partidos pagados por el estado que recibirán 52,7 millones de euros, según publica Sueldos Públicos. Vuelvan a pensar, por un momento, la cantidad de dinero de todos que se llevan de nuestros bolsillos mediante impuestos. Y la cantidad de cargos sin control que toman decisiones de todo tipo. Si al menos cada cual decidiera dónde va a poner su dinero, como le ocurre a cualquier hijo de vecino, sería consciente de que se ha equivocado y no se volvería a financiar aquello que uno no apoya. Pero los partidos son como cualquier cuerpo de funcionarios. Una vez aplicada la partida presupuestaria es imposible suprimir ese gasto. Es una garrapata adherida al bolsillo del pagador de impuestos que se mete debajo de la piel.

Nuestros impuestos les dan vida material, nuestro voto les da vida espiritual. Por eso una manera parcial de retirarles la respiración es dejar de votar en este régimen, cosa que hago con la alegría de saber que, al menos, estoy colaborando en su lenta decadencia.

Como en cuanto a dinero de los demás la cosa no decae, lo que sí decae es en credibilidad, es decir, la legitimidad. El 28F es otra ceremonia del mini-estado andaluz para hacer alarde de poder. Conceder medallas, lanzar globos y zamparse comidas con dinero público. No hay votaciones cerca, cosa rara, pero sí se prepara a una candidata. “La” candidata. Olvídense ustedes de los demás pues los partidos de masas no funcionan mediante democracia interna. Ya se ha explicado aquí. La jefa del PSOE tiene su cortijo algo revuelto pero no duden que todo acabará atado y bien atado, como les enseñó su antecesor.

Para hacer campaña dan dinero público a los partidos ¿por qué no emplear una celebración estatal para la propaganda de un partido? Pues porque la oligarquía necesita tener un equilibrio. Es necesario que el dinero esté bien repartido y no haya demasiados abusos. Podemos se ha quejado de que se le dé la “medalla de Andalucía” a Antonio Caño, director de El País. Dicen que Susana Díaz usa “las instituciones” para su conveniencia. ¡Anda, igual que todos los demás partidos! Para eso son estatales, para usar el estado a su conveniencia. Lo que pasa siempre con Podemos es que desprende la ingenuidad de señalar el problema pero ser parte del problema también. Es la ventaja de no tener poderes separados.

Para esta ocasión la jefa del PSOE ha vuelto a reiterar su mensaje, no para Andalucía, sino para España. Según ella se propone:

«el reto de impulsar un pacto federal, pluralista, cooperativo y social para España, basado en el reconocimiento y respeto de las singularidades, la solidaridad y en la igualdad». 

Es decir, un pacto (¿quién con quién?) federal (¿de qué estados habla? Una federación es entre estados), pluralista (no plural, sino “pluralista”, a saber qué es eso), cooperativo y social (qué bien quedan esas palabras aunque no signifiquen nada) para España, basado en el reconocimiento y respeto de las singularidades (unas singularidades pluralistas), la solidaridad (¿de qué color nos ponemos el lacito para solidarizarnos?) y en la igualdad (¿de qué igualdad habla? ¿Legal, material, moral, intelectual?).

Pueden comprobar el índice de socialdemocracia que tiene esta mujer en sus frases. La demagogia, común en todos los políticos socialdemócratas, se exacerba en las fiestas estatales. El 28F será la fiesta del PSOE, una vez más. A pesar de que el jefe del PP andaluz haya querido también tener su cuota de pantalla en este despropósito. Los andaluces, mientras, seguimos con nuestros problemas. Pagando impuestos y teniendo que llevar adelante cada uno su casa tras el robo e impunidad constante de los políticos. Muchos nos sentimos felices de ser andaluces, de nuestra cultura, nuestro paisaje, nuestra familia y amigos. Y nos alegramos que otros andaluces triunfen por su valía y profesión. Que vengan los políticos del estado a fastidiarnos con sus peleas en un día que podría perfectamente ser un motivo de celebración, no ya de la creación de la Junta de Andalucía, ente siniestro, sino del orgullo de una tierra que tanta Historia tiene como cuento tienen sus gobernantes.



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