domingo, 1 de febrero de 2015

Un cerdo volando sobre el Reichstag


El nivel de exigencia política alemana

En términos políticos, las principales diferencias entre España y Alemania son dos: el prestigio del Tribunal Constitucional (mientras en Alemania se trata de la institución mejor valorada por los ciudadanos, en España lo vemos como un circo de tres pistas absolutamente politizado) y la "honorabilidad" de los políticos. En Alemania, ser político y que se te relacione en un escándalo de corrupción supone, se sea culpable o no, de forma automática, la dimisión (o que le dimitan). Asimismo, la reputación de los políticos debe ser intachable. Intachable hasta el punto que todo el mundo te haga la vida imposible por copiar en tu tesis doctoral. Usted se preguntará por qué habría que perseguir a un par de ministros (de Sanidad o de Defensa) por una discutible estupidez cometida hace 30 años... pero es que en Alemania eso sí importa. A un político se le confía, entre otras cosas, la gestión de la limitación de los derechos y libertades de los ciudadanos. Si no eres intachable, no eres digno.
(Ejemplos: Dimisión de la ministra de educación alemana por plagiar su tesis doctoral  o disculpas del ministro alemán de defensa por un motivo similar) 
Un ejemplo del nivel extremo de control de sus políticos cuando se trata de "honorabilidad" es el caso de Lutz Bachmann, fundador y ya ex-portavoz de Pegida. Pegida, por si no lo saben, es un movimiento islamófobo nacido en Dresde, Alemania. Se trata de un movimiento, a pesar de la dureza en sus ideas, y salvo por los cuatro tarados de siempre, pacífico, que se ha reproducido en diferentes ciudades alemanes, si bien nunca con el éxito obtenido en la capital de Sajonia. Así, se llegaron a iniciar conversaciones entre dicho movimiento y Alternative für Deutschland, movimiento nacionalista surgido en los últimos años, con el fin de unirse.



El caso es que Lutz Bachmann fue pillado por el diario Bild con una foto publicada por él mismo en su Facebook persona donde la que salía imitando el corte de pelo y el bigote de Hitler. Con esto usted podría pensar que han trincado a Bachmann con su verdadera ideología. Pues no. Lo del corte de pelo y bigote hitleriano es una broma muy alemana. Aunque no lo reconozcan abiertamente, y aunque de corazón realmente se avergüencen de aquel período de su historia (y este hecho me parece incuestionable), los alemanes hacen bromas con el Holocausto y con Hitler. El humor alemán es así: más negro que el betún. El motivo de la broma fue la publicación de un libro muy popular llamado "Er ist wieder da", o "Él ha vuelto", en la que se parodia una hipotética resurrección de Hitler en nuestros tiempos, y en absoluto fascista, negacionista o digno de cualquier otro motivo para transformarlo en corrector de mesas cojas.

Saben cuánto duró Lutz Bachmann en su cargo tras conocerse la broma? 48 horas. Por qué? En Alemania nadie serio considera que Bachmann sea un nazi (no lo considero ni yo, y no me encuentro precisamente entre los miembros de su club de fans), pero en Alemania se considera que los políticos deben estar fuera de toda sospecha, y Bachmann estaba bajo sospecha. Sí, ridícula. Pero sospecha. Y si no estás fuera de sospecha y ocupas un cargo de responsabilidad, te muelen a palos y/o te hacen el vacío. Pero a lo bestia. Empezando por los tuyos y siguiendo por tus posibles socios.

En Alemania sería absolutamente inconcebible que Lutz Bachmann (o cualquier otro político, desde Angela Merkel hasta el alcalde de ese infierno llamado Bochum) siguiese en su partido mientras está siendo investigado por corrupción, o que ocupe un cargo público. Y, ni de lejos, podría ocupar un cargo como es el de ser miembro de una Diputación Permanente, que en Andalucía ocupa las funciones del Parlamento mientras se celebran elecciones o están de vacaciones. Es más fácil ver volando un cerdo por encima del Reichstag (el Parlamento alemán) a que un posible corrupto ocupe el equivalente alemán a la Diputación Permanente. Puede haber toda la corrupción, despilfarro e incompetencia que quieran en Alemania, pero eso, no.

Pero sí posible en Andalucía. En Andalucía tenemos a tres personas investigadas por corrupción ocupando un puesto en la Diputación Permanente del Parlamento Andaluz. Y las excusas son que no están "imputadas", o "condenadas", y a la que tienen derecho a la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario por un juez. Dichos argumentos son la base del Estado de Derecho y de la libertad, pero no lo son para que ocupen un cargo político de semejantes características. No, desde el punto de vista de la transparencia del sistema democrático, que son los que regulan y limitan nuestros derechos y libertades. Cómo puedo yo confiar en alguien involucrado en una investigación por corrupción que afecta a la Junta de Andalucía?

Lutz Bachmann, el personaje más repudiable de la escena política alemana de los últimos años (exceptúo nazis y comunistas a pecho descubierto, que también los hay), o al menos lo han tenido quienes le rodeaban, han tenido más integridad que los políticos andaluces investigados por la Jueza Alaya y que están siendo apoyados por Susana Díaz.

Bah, Alemania... qué tiene Alemania que nos interese? Al final uno tiene la sensación de que eso de la integridad a los andaluces nos importa un bledo.


Disfruten de lo votado. 



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