miércoles, 11 de marzo de 2015

...Putos cómplices!!!


Eh! Que nadie se rasgue las vestiduras por el título de este artículo! ...Ya está este tío insultando de nuevo! De eso, nada! Veamos, antes de crucificar al que suscribe estas líneas, lo que dice el DRAE de la palabra puto.

Puto,ta:
1. m. y f. vulg. Persona que ejerce la prostitución. Más c. f.
2. adj. vulg. (Persona) que obra con malicia y doblez.
3. vulg. Despreciable.
4. Muy molesto o difícil.
5. f. col. prostituta.

Un puto (o una puta) es aquella persona que ejerce la prostitución; pero también, en su segunda

acepción, es aquél que obra con malicia y doblez (doblez! ...Qué hermosa palabra!).
Las demás acepciones son susceptibles de discusión: no por ser una puta se tiene que ser necesariamente despreciable; ni molesto; ni difícil. Conozco mucha gente que cumple estos parámetros (la chunguísima trinidad: ser despreciable, difícil y molesto) y en absoluto se prostituyen.
La quinta acepción es un sinónimo: prostituta.

Pero indaguemos más en el DRAE: qué significa exactamente ejercer la prostitución? Qué es, en rigor, prostitución? Veamos.

Prostitución:
1. f. Actividad en la que una persona admite contactos sexuales a cambio de dinero.
2. Envilecimiento, degradación, generalmente por interés.

Prostituírse, por lo tanto, no sólo consiste en recibir dinero o prebendas a cambio de sexo, sino ganar algo que a uno le interesa (que bien puede ser dinero, pero que también puede consistir en un ascenso laboral o la obtención de un cargo de relevancia; o sencillamente un amejoramiento social) envileciéndose, degradándose para ello.

Cómo se degrada o se envilece alguien? Fundamentalmente, abandonando los principios sociales sobre los que, mal que bien, sustentamos nuestro entorno; renunciando al objetivo último de hacernos mejores personas; olvidando los rigores de la educación elemental, del sentido (ético) común; encerrando en un cuarto oscuro interior el respeto mínimo hacia quienes nos rodean, y anteponiendo a todo y a todos -incluida nuestra familia- unos objetivos espúreos que en ningún caso beneficien a nadie más que a nosotros mismos. Esto es envilecerse; esto es degradarse.

Por descontado, la degradación que tendría que sufrir un hombre santo hasta llegar a ser una persona despreciable sería inmensa! Recorrer el camino inverso que le llevó del estado natural hasta la santidad, y alcanzar luego las cotas más bajas de lo ruín requeriría para un hombre bueno mucho tiempo y esfuerzo! Pero casos se han dado!
Por el contrario, que un hombre-masa (Ortega dixit) avance unos pocos y silenciosos pasos en el lodazal de su embrutecimiento y se avilante, no es ninguna sorpresa: muchos, muchísimos hombres que no han disfrutado de una educación espiritual adecuada, cuya única referencia es la televisión y una mala estructura sintáctica interna (inherente a la confusión personal) pueden, si nadie lo remedia, caer en la más absoluta vileza. No sólo hablo de que comiencen una carrera delictiva que les lleve a robar, agredir e incluso asesinar, sino que, sin necesidad de poner el pie en estos terrenos terribles, se convierta en alguien incapaz de distinguir lo constructivo de lo destructivo (lo que las religiones llaman el Bien y el Mal), lo sano de lo enfermo, lo luminoso de lo oscuro.

Insensibles a las diferencias gigantescas entre aquellos conceptos simples, estos hombres y mujeres copulan y crían hijos cuyas estructuras emocionales, sociales, relacionales y –de nuevo- sintácticas les impiden no sólo comprender el mundo, sino ni siquiera colegir que deberían hacer un esfuerzo por comprenderlo!

En éstos, la cercanía a lo bestial es llamativa! Y, sin embargo, ocupan una silla tras un mostrador de Hacienda, abren y cierran las puertas de los institutos de Enseñanza, acuden los domingos al estadio de su equipo de fútbol, no faltan jamás a las clases de danza del vientre dos veces en semana, imparten clases en la Universidad o en el conservatorio y trincan las peonás del PER sin plantearse nada más allá.

Degradarse, llegar a la vileza, no es difícil: basta con que la vida te dé bien fuerte con su bate de béisbol tres veces seguidas para que te caigas sin fuerzas y casi sin conocimiento. Si tras penosos esfuerzos consigues levantarte, puede que tu escala de valores haya cambiado de forma tan drástica que ni siquiera tú mismo te reconozcas! En estos casos, es más común de lo que se cree que personas que siempre tuvieron un comportamiento intachable abandonen su paradigma moral (en el que se movían como una araña sobre su tela) y abracen el Caos y la Oscuridad. De ahí a la degradación, hay un pequeño paso.

Pero la avilantez de la que quiero hablar no es la de los maltratados por la vida, ni la de los machacados por la maldad de otros; tampoco es la de los deprimidos que logran salir de la terrorífica depresión. La degradación de la que hablo es aquélla a la que se llega a sabiendas; y siempre y en todos los casos para obtener algún beneficio personal. La degradación personal a la que me refiero es aquélla a la que llegan las personas que tienen lo que se conoce como un corazón tibio, un espíritu que no es carne ni pescado, una actitud que ni tira ni afloja. Éstos, los tibios de corazón, son la materia cordial de la que se alimentó el nazismo en Alemania y el comunismo en Rusia. Y de entre todos ellos, los que ganaron algo (posición social, poder, dinero, tierras, obras de arte, etc.) pueden ser llamados hoy, con toda propiedad, prostitutos, putos. Porque su degradación fue a sabiendas de lo que hacían y tenía un fin último: lucrarse; medrar; prosperar. Aunque fuera a costa de extender el dolor de los hombres, el horror de los pueblos y la destrucción de la civilización.

Sin llegar a estos casos de prostitución social que ya figuran en la Historia, en Andalucía contemplamos, a estas alturas, lo que ya empieza a ser un espectáculo para culturas -digamos- más democráticas. Los últimos sondeos para conocer la tendencia de voto a las elecciones de Andalucía el próximo 22 de marzo arrojan, en escaños, las siguientes y espeluznantes cifras:


PSOE, 44
PP, 34.
Podemos, 22.
Ciudadanos, 5.
IU, 4.
UPyD, 0.

Atendiendo a que la mayoría absoluta son 55 escaños (de un total de 109), podrán ustedes apreciar sin problema que ninguno de los partidos obtendría dicha mayoría. Todos quedarían muy lejos de gobernar en solitario.

Como es de prever, los socialistas pactarían con los bolivarianos, y algunos empezaríamos a vislumbrar cómo nuestra sombra se proyectaría de noche sobre la vertical de un paredón mal encalado.

Pero para qué hacer cábalas? Lo que me interesa de este sondeo no es qué género de componendas, trueques y alianzas podrían surgir tras las elecciones, sino que, pese a la vergüenza de los más de 1.000 millones de euros malversados en los ERE; pese a los ya más de 3.000 millones fundidos en los falsos cursos de formación de los sindicatos amparados por el régimen socialista; pese al desfalco continuado y a la hemorragia de dinero público que el PSOE andaluz ha realizado, fomentado, amparado y alentado durante las últimas tres décadas, los socialistas sigan obteniendo en los sondeos casi la mitad de los escaños del Parlamento andaluz!

Que son 44 escaños! Cuarenta y cuatro! El 40% del total de los votantes andaluces seguiría prefiriendo al partido de la Mafia! De nada ha servido que hayan imputado a dos de sus Presidentes, Chaves y Griñán; no ha valido para nada ver cómo están siendo procesados por malversación de fondos públicos los consejeros, directores de agencia, secretarios, altos cargos y demás chusma socialista! Por Dios! Que casi alcanzan ya los 500 imputados! …Quinientos imputados!!!

Nada! Pese a todo esto, el 40% de los votantes andaluces va a volver a depositar su confianza en estos mendrugos, chorizos, intolerantes y vividores del PSOE de Andalucía con su matriarca al frente pregonando sardinas, voceando claveles y horneando pestiños!

Podemos sacaría 22 escaños: un 20%, aproximadamente. Que un partido nuevo novísimo (tan nuevo, que por no tener, no tiene ni Programa!), a las primeras de cambio obtenga un 20% de los escaños es, cuando menos, sorprendente! Sorprendente, pero explicable: Podemos es el resultado del asco, del hastío, de la indignación de cientos de miles de ciudadanos frente al sistema partidista hermético amancebado con el Gran Capital; Podemos es la resultante confusa de los vectores Paro, Pobreza, Injusticia, Latrocinio, Corrupción y Medios de Comunicación. Lo que Podemos sea, lo que oculte, no importa! Que sean comunistas decimonónicos, bolivarianos o reductores de cabezas es secundario para un amplio espectro de los votantes: lo importante, como ya se ha visto, no es lo que son, sino lo que no son; y lo cierto es que los chuflas de Podemos no son el PP, no son el PSOE, no son Bankia, no son Pedro Sánchez, no son Rodrigo Rato; como tampoco son Angela Merkel ni esa zarza ardiente con nombre de perrita rusa que se conoce como la Troika.

Votar a Podemos supone un error garrafal para cualquier persona con más de dos dedos de frente: basta con escuchar diez minutos a sus apóstoles televisivos para comprender esto que digo! Pero desde mi edad y aún con mis pocas luces puedo llegar a comprender que mucha gente se equivoque, pues equivocarse, errar, es uno de los componentes esenciales que acompañan al cabreo. Uno pega un golpe encima de la mesa, grita un hasta aquí hemos llegado y lo más probable es que caiga algún vaso y derrame el agua! Qué menos que causar un estropicio cuando se actúa impulsivamente?

Entregar las claves de acceso a Podemos –esto es: votarles- es un error de consecuencias desgraciadamente previsibles; un error cósmico. Pero es un error, insisto, comprensible: hemos llegado a un punto en España en el que la ausencia absoluta de control al Parlamento, a las Instituciones y a la mismísima Justicia es de tal magnitud y ha generado y sigue generando tantas injusticias y situaciones deplorables e indigeribles para la ciudadanía que no resulta extraño que el votante tire por la calle de en medio y arramble con semáforos, incendie papeleras y rompa escaparates! Votar a Podemos es esto: un ataque de ira incontrolable.

Pero votar actualmente al PSOE de Andalucía… Votar en estos días a los socialistas andaluces, conociendo -como conocemos todos!- lo que padecemos en Andalucía gracias a ellos…

Lo digo claramente: un tío que vota hoy, en las elecciones del 22 de marzo próximas, al Partido Socialista Obrero Español, regentado por Susana Díaz, es un cómplice de la Mafia. Una mujer que 
el próximo 22 de marzo introduzca en la urna la papeleta del PSOE andaluz, es una tía que está dando alas a la actividad mafiosa en mi tierra. No hay más! A estos extorsionadores de todo un pueblo; a estos sinvergüenzas malversadores de fondos públicos; a estos puteros, güisqueros y asavacas no sólo hay que repudiarlos, sino meterlos en la trena por más de una década! Y a quienes silencian las prácticas mafiosas y el latrocinio de nuestros fondos públicos, también! 
Ítem más: a quienes han pertenecido al PSOE-A durante tantos años de desfalco, malversación, robo y fraude habría que expulsarlos del panorama político español sine die, y no permitir que nadie de este partido ratero y extractivo volviera a presentarse a unas elecciones bajo las siglas PSOE-A, para siempre -ya- las siglas de la infamia!

Sin embargo, aún hay gentuza que es inmune a la vergüenza e
 inaccesible al espanto que causaría en cualquier pecho digno haber contemplado cómo durante décadas se ha robado sistemática y limpiamente el dinero de los enfermos, de los parados, de los médicos, de los profesores, de las enfermeras, de los maestros, de los bomberos, de los autónomos, de los policías, de los empresarios, de los obreros, de los minusválidos, de los artistas, de los campesinos, de los mineros, de los pescadores, de los administrativos, de los atletas, de los músicos, de los carteros, de las bailarinas…

Porque lo cierto es que hay que estar hecho de determinada pasta para seguir votando, hoy por hoy, al partido que ha hecho desaparecer cientos de parques, cientos de hospitales, cientos de colegios, decenas de miles de camas de hospital, cientos de laboratorios de investigación, decenas de carreteras, miles de jardines de infancia, cientos de plantas industriales, cientos de miles de puestos de trabajo directos, decenas de puertos deportivos, centenares de auditorios al aire libre, decenas de miles de pequeñas tiendas, miles de plantas industriales…

Sin embargo, y pese a las evidencias de la destrucción causada por esta enfermedad que es el socialismo andaluz, variedad gravísima del más leve (siendo ya grave de por sí!) socialismo a secas, las encuestas le conceden el 40% de los escaños en el Parlamento de Andalucía. Por qué?

Pues es fácil responder a esa pregunta: porque hay un 40% de la población andaluza que vive de las prebendas, las subvenciones, las peonás y las paguitas que la Junta de Andalucía, institución ocupada desde hace tres décadas por el Monstruo del Averno, les concede puntualmente para mantenerlos en una situación de semiesclavitud agradecida. Y no hay mucho más que decir de esta realidad! Un 40% de enchufados, colocados y mantenidos; si no directamente amamantados, sí dependiendo de algún familiar que lo esté.

Pues bien, estos votantes socialistas que, pese a la palmaria y continua demostración pública de que el partido al que van a votar está corrompido hasta el tuétano, siguen decididos a mantenerlo en el Poder, lo hacen porque se están beneficiando de este latrocinio directa o indirectamente. Este 40% que, pasando por encima de las abrumadoras pruebas que cada día salen en los periódicos, va a votar a la Gran Matrona Pregonera, a la Susi de Triana, a la premamá que ampara el latrocinio y disculpa a los chorizos; éstos, digo, han sido y seguirán siendo cómplices de todo el tinglado a través del cual llevan los sociatas esquilmando mi tierra durante más de treinta años!

Estos miserables, incapaces de bajarse del burro de la delincuencia cómplice, son los que, elección tras elección, sostienen el entramado delictivo de los políticos corruptos y su entorno. Éstos, los votantes socialistas, son quienes han esquilmado la tierra, quienes han destruido la economía, la cultura y el futuro de Andalucía. Incluso, ciegos como están, han acabado con el futuro de sus propios hijos! Su complicidad es el maná de los poderosos!

Pero no sólo son cómplices! También son beneficiarios interesados! Sus espaldas sumisas no pueden doblarse más ante la aparición de un consejero o un vicesecretario; son espaldas acostumbradas, de pura sumisión, a quebrarse ante los altos cargos como se quebraban las de sus padres y sus abuelos ante los caciques y los señoritos! Son gente degradada, vendida, entregada a la durísima labor de ignorar. Cierran sus oídos y sus ojos ante la visión diaria del Expolio porque saben que algo del botín les llegará. Son chusma, lumpen predemocrático, hampa; van apestando la tierra que pisan; parasitan el lecho en el que duermen; infectan el vino que beben; pudren el pan que comen.

Éstos son los votantes del PSOE andaluz: cómplices oscuros; hombres avilantados; mujeres degradadas; gente de corazón miserable. Y todos ellos, todos, están prostituidos. Todos. Sin excepción. Por eso no tengo más remedio que utilizar las palabras exactas y afirmo que todos ellos son unos putos cómplices. Lo afirmo y lo pongo en el título!

…Putos cómplices!!!




4 comentarios:

  1. Muy bien, Eduardo, ni se puede decir más alto ni más claro.
    Un solo inciso, y parafraseando a Carlo Maria Cipolla, en ese terrorífico 40 % incluiría a los estúpidos: los que perjudican a los demás y a sí mismos. Para mí son los putos cómplices más peligrosos. Todos los conocemos bien, son los tontos útiles de los sociatas, con sus pocas neuronas podridas por el agitprop que con tanta pericia manejan e imparten, los hinchas de de la PSOE, que tienen la capacidad crítica de un mandril.... pero que parecen buena gente porque no sacan tajada del sistema. Haberlos haylos y muchos.
    Yo he perdido o me he alejado conscientemente de muchos amigos y familiares por el insoportable hedor a estupidez política que emitían, y no me pesa en absoluto.

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  2. En el régimen podrido de partidos estatales, la solución no es de gobierno, sino de Estado. Votarán los ingenuos y los cómplices. Los ingenuos que creen que un sistema electoral creado por una oligarquía corrupta va servir para acabar con ella, cuando son sus propias reglas. Los cómplices que se nutren y corrompen con dicha oligarquía o que desean recibir un pedazo de pan a cambio de una ciudadanía tan inexistente como humillante. ¡No votes Eduardo! (Más, ahora que sabes que UPYD no se comerá un churro). Gracias por tu artículo y por tu valentía, gracias por dejarme participar de este nuevo proyecto. A por ellos!

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  3. Bravo Eduardo. Lo comparto en fb y Twitter por si hay algún despistado que todavía no se ha enterado.

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  4. Nada que añadir, solo, magistral y certero como siempre D. Eduardo.

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