sábado, 27 de junio de 2015

Las tribulaciones de un andaluz en Irán (I)



Llegada al país de los Ayatolás

El vuelo AZ 756 de Alitalia se prepara para tomar tierra en el aeropuerto Imán Jomeini de Teherán. Apaga las luces, un procedimiento normal para los aterrizajes de la madrugada. Sin embargo, en los vuelos a la república islámica el apagado de luces indica algo más. Da paso a algo anormal: las mujeres deben ponerse el hiyab sobre la cabeza. Al aterrizar y encenderse las luces de nuevo, todas las mujeres del avión lo llevan puesto.

Tres horas antes, al embarcar en Roma, solo dos de las 16 mujeres que viajaban en el avión lo llevaban. El comportamiento es lógico desde el punto de vista humano: si sometes a alguien a algo por medio de una dictadura, en cuanto este alguien escapa de tus garras abandona esas actitudes. Si, por el contrario, concedes a una persona libertades y derechos por medio de la democracia, esa persona tendrá luz verde para experimentar con el libre albedrío, a veces rozando los límites de lo que llamamos Estado de derecho. Es una lógica que explica que, en las democracias, los musulmanes suelan adoptar todo tipo de vestimentas religiosas para los rituales y en Irán en cambio aprovechen para vestir con falda corta y melena al viento, naturalmente siempre en el patio trasero de casa.

Iba embargado en estos pensamientos, mirando por la ventana, cuando el hombre que iba sentado en el pasillo me interpeló. Era un señor bajito, clavado a Al Pacino, y con el que, en los minutos siguientes, tuve una de las conversaciones más interesantes de mi vida. Se trataba de un iraní con 38 años a sus espaldas viviendo en Francia, donde había sido representante de una empresa energética que, con las sanciones a la república islámica, le había prejubilado. Se dirigía a Irán a ver a su familia y le interesaba mucho saber mi opinión sobre el pacto nuclear entre Estados Unidos y su país de origen. Siempre me ha parecido muy complicado hablar de política en oriente medio, porque como región es una auténtica merienda de negros -perdón, de hombres de color- donde las hipocresías y las excepciones están a la orden del día. De ahí que la conversación, que desarrollamos en francés para comodidad de los dos, me resultara tan fascinante: mi interlocutor Amir (no quiero dar su nombre real), tenía mis mismas impresiones y dudas y, por lo general, sentía la misma confusión ante los múltiples conflictos que azotan esta zona de la Tierra.

Básicamente, Amir y yo coincidíamos en los siguientes puntos:

- En Irán no hay libertades, pero, a día de hoy, por eso mismo es el país más seguro de Oriente Medio.

- Las naciones árabes eran más estables con dictaduras que con democracias (Gaddafi en Libia, Mubarak en Egipto, Ben Ali en Túnez, Bassar al Asad en Siria). Son pueblos que no han conocido la democracia, y cuyos generales y salvapatrias lograron la nada fácil tarea de frenar el islamismo radical.

- Estados Unidos y, en general, las colonias europeas han contribuido activamente al tambaleo de la región. Francia, especialmente, hizo el ridículo con su papel en Libia.

- El ISIS es una auténtica lacra y nadie puede predecir adónde nos dirigimos. 

- Arabia Saudí financia el terrorismo suní y, por tanto, pone en peligro a los chiitas (mayoría en Irán).

Estas verdades me incomodaban sobremanera, porque desvelan las grandes hipocresías de Occidente. Si ustedes se dan cuenta, algunos de los cinco puntos arriba mencionados forman parte del mantra diario de la izquierda europea. Sobre todo en lo que toca a la solución binaria dictadura-democracia. Y es que es muy bonito criticar la intervención de Estados Unidos o de Francia en Libia, pero, acaso hubieran preferido que el coronel Gaddafi, militar para más inri, se hubiese perpetuado en el poder? Le menciono el caso de Hitler a mi amigo Amir: ''Es que entonces Estados Unidos no debería haber bombardeado Alemania en 1945, conjuntamente con Inglaterra, para liberarla del nazismo?'' Pero Amir me contesta rápidamente: ''Es distinto, amigo. En Alemania eran alemanes. Los que luchan en Siria no son sirios''. Y tenía razón. El ISIS no pide libro de familia para reclutar a sus bárbaros.

Quise que la conversación se desviara a Europa, y le hablé de Podemos. ''Vous savez bien sur que l'Iran, il finance aussi des mouvements obscures, non?''. Se sorprendió, pero no lo negó, y preguntó curioso: Cuáles? Le hablé de Hispantv, canal de televisión que no conoce, pero del que hay datos muy relevantes en Wikipedia:


 (Foto de Wikipedia, Hispantv).

Sí, amigo Amir. Hispantv es una plataforma propiedad de la Islamic Republic of Iran Boradcasting, y su programación ha sido emitida en Venezuela, Cuba, Argentina y España. Según el propio artículo de Wikipedia, la intención de Hispantv -plataforma donde se han emitido programas y debates producidos por La Tuerca de Podemos- es ''estrechar vínculos entre Irán y Sudamérica''. Pero, si acceden a este link, pueden ver cómo, bajo la mosca de Hispantv arriba a la izquierda, Pablo Iglesias les vende a ustedes los logros de Corea del Norte con la facilidad y desparpajo con que Constantino Romero vendía colchones de Lo Monaco.

No hay tiempo para más discusión, porque tenemos que salir del avión. Son las doce y media de la noche y llegamos al control de pasaportes. El funcionario iraní tiene pocas ganas de trabajar y muchas de incordiar, diciéndome que a mí me corresponde una sala diferente, pero, con ayuda de Amir, paso. Tras la recogida de maletas, nos colamos en el control de mercancías, pero un funcionario me retira de las manos, sin consultarme, el ejemplar del periódico alemán Die Zeit que llevo en mis manos. Lo despliega y, tras dos segundos, me pregunta: ''British newspaper?''. No, German, contesto. ''No British?'', me vuelve a preguntar sin mirarme. Ante mi silencio, me lo devuelve. Ya en el taxi, Amir me dice que he tenido suerte, porque los periódicos internacionales están prohibidos.

Cuando llego al hotel pido la clave wifi, temiéndome lo peor. Efectivamente, no tengo acceso a Facebook ni Twitter. El régimen pretende evitar la convocatoria de manifestaciones como las de 2009, que pusieron en jaque al expresidente Ahmadinejad. Lo curioso es que el mismo país que con Hispantv pretende estrechar lazos con el mundo exterior se proponga estrechar el cerco a su propia población y a los turistas en el interior. Otra de las grandes paradojas de Oriente Medio. Para reflexionar, Pablo.




http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Rafa%20G.%20Garc%C3%ADa%20de%20Cos%C3%ADo

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