jueves, 30 de julio de 2015

Eubolia en el PSOE-A

Artículo de Luis Escribano




A principios del siglo XX se publicaba la obra de uno de los escritores de la Generación del 98, que consistía en un compendio de requisitos o condiciones que, según el autor, un buen político debía reunir. Se trataba del libro “El político”, de José Martínez Ruiz (Azorín), publicado en 1908.

Para el citado escritor, entre las condiciones para ser un “hombre de Estado” se encontraban el tener “la virtud de la eubolia”. ¡Qué palabreja! ¡Eubolia! Pero, ¿existe esa palabra? Si consultamos el diccionario de la Real Academia de la Lengua, encontramos la entrada “eubolia” con el siguiente significado: “Virtud que ayuda a hablar convenientemente, y es una de las que pertenecen a la prudencia”.

Escribió Azorín en la citada obra que “la virtud de la eubolia consiste en ser discreto de lengua, en ser cauto, en ser reservado, en no decir sino lo que conviene decirNo se desparrame en palabras el político; no sea fácil a las conversaciones y conferencias con publicistas y gaceteros…”.

Sin embargo, si nos atenemos a nuestro tiempo y a la Comunidad de Andalucía, observamos que no es esta precisamente la virtud más prolífica entre sus gobernantes socialistas. No hay más que observar a algún periodista poniendo la “alcachofa” delante del rostro de alguno de ellos para darle rienda suelta a sus bocas con todo tipo de majaderías, sandeces, simplezas, mentiras y, ya puestos, con unos cuantos improperios a sus oponentes políticos. Las gracietas de estos trileros del lenguaje están al orden del día, y para documentarse no hay más que leer cualquier periódico con las declaraciones públicas que realizan cada día, a cual más zafia.

“Hay personas que nacen sin eubolia y hay personas que pierden la eubolia en el camino”, escribía José Claudio Escribano (¡caramba, vaya casualidad!) en 2004 en el diario argentino “La Nación”, afirmación que traslado desde el otro continente para aplicarla a los dirigentes del PSOE andaluz. No obstante, dudo que la perdieran, porque para eso hay que poseerla previamente.

Pero si cualquiera de ustedes puede alucinar con el vocabulario y la sintaxis de estos fenómenos de la naturaleza, o con la ligereza de sus lenguas, no pueden ustedes imaginar el delirio que produce leer los resúmenes publicados en la web de la Junta de Andalucía “explicando” los acuerdos del Consejo de Gobierno. ¡Joselito el Gallo no ha dado un solo pase en su vida con tanta maestría! Me refiero a la maestría en la farsa y la manipulación, claro está.

Presten atención a esta parte del resumen del acuerdo del Consejo de Gobierno celebrado el martes pasado sobre la “concertación” de servicios sanitarios del Servicio Andaluz de Salud: “Los conciertos autorizados sustituirán a los vigentes desde 2011 y entrarán en vigor el próximo mes de noviembre. Tres de ellos se realizarán mediante licitación competitiva, con un precio máximo fijado, que permite mantener la calidad reduciendo costes.” Antes de iniciar su análisis, se me escapan inevitablemente unos cuantos dichos populares: ¡Chupa del frasco, Carrasco! ¡Toma castaña! ¡Chúpate esa, boquita de fresa!

Manipulación burda, pero eficaz para el pueblo llano. “Concertar” es contratar a empresas privadas, es decir, es “privatizar servicios sanitarios, eso que tanto critican los socialistas andaluces de sus contrarios políticos. Y lo mejor de todo, presten atención, es la reducción de costes manteniendo la calidad. ¿Se atrevería algún experto a explicarnos a todos con mucho detalle como puede mantenerse la calidad reduciendo los costes en servicios que ya estaban concertados desde 2011? Si se trata de reducir aún más las retribuciones del personal que prestan los servicios en las empresas privadas o de comprar productos más baratos, la reducción de la calidad queda asegurada. Hay que ser muy desvergonzado para venderlo de esa manera.

¿Pero quién redacta estos resúmenes? Hay que tener muchas tragaderas para escribir “proclamas y propaganda” a estos gobernantes que prefieren reducir costes en la Sanidad para aumentar la “financiación” del partido al que están afiliados o que los nombraron, porque es obvio que los cambios efectuados en la nueva estructura de la Junta de Andalucía conlleva un claro aumento del gasto en cargos públicos para afiliados al PSOE-A, que se suman a los ya existentes en todos los chiringuitos de la administración paralela. Pero también para pagar las dietas de los señores diputados aunque no trabajen en el mes de agosto, y los 76.548 euros que pierde Canal Sur al día (según noticia de Antonio Salvador en el diario El Mundo), y las pérdidas que tienen las empresas públicas en las que participa la Junta; y un largo etcétera que haría interminable este artículo.

Si el rey Midas tenía el poder de convertir en oro todo lo que tocaba, el PSOE andaluz usa el poder que tiene en la Junta para convertir todo en podredumbre, miseria y hedor. Cualquier órgano que es rozado por este partido se corrompe en cuestión de minutos. No hay rincón en su Administración que no sea susceptible de ser considerablemente mejorado, empezando por la organización y gestión de recursos humanos, que es un auténtico cáncer, la gangrena que convierte la gestión en caos. Les daré un dato significativo: desde el año 2007, en el que se aprobó el Estatuto Básico de los Empleados Públicos por las Cortes Generales, han transcurrido ¡ocho años! sin que la Junta haya tramitado el correspondiente proyecto de Ley de Función Pública para adecuar la Ley vigente aprobada por el Parlamento hace 30 años (en 1985).

Los partidos políticos de la oposición tuvieron en su mano la oportunidad histórica de regenerar la política en Andalucía en esta X Legislatura con un gobierno provisional hasta la convocatoria de nuevas elecciones, incluido el de IU, cuyos alcaldes se quejan ahora de que la Junta no paga, como si no supieran nada de lo que ocurría cuando formaron parte del Gobierno. Pero “el gato Joan”, dibujado con ingenio por el conde de Villamediana en estas páginas de El Demócrata Liberal, en la viñeta “13 Rue de San Telmo”, eligió que Andalucía se sometiera al castigo de su décima plaga.

¡Ya podían haber elegido flagelarse los malditos vividores de lo público que nada hacen por el bien de Andalucía! Es innegable que cuando Azorín escribió su obra “El político” y trató la eubolia, su mente no podía imaginar el nivel de degradación que podían alcanzar los dirigentes del PSOE andaluz. Aconsejar a estos depredadores del lenguaje, en coloquial expresión, es como arrojar perlas o margaritas a los cochinos.


http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Luis%20Escribano

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