domingo, 29 de mayo de 2016

Cuando el cartero trae buenas noticias


Artículo de Walter Binder Castro


Desde el pasado lunes Austria tiene un nuevo Presidente de la República, el investigador y profesor de economía y representante del partido ecologista, Alexander van der Bellen. Tal como los propios medios locales han reconocido, estas elecciones han batido records de interés internacional. Y es que trajese lo que trajese el cartero el lunes, el resultado sería histórico, no solo por el estrecho margen de votos (16.000) que hizo necesario el recuento de los votos por correo, sino también porque haría presidente de un país centroeuropeo por primera vez o bien al representante de un partido verde o a un nacionalista euroescéptico como Nobert Hofer (ingeniero aeronáutico del FPÖ (Partido de la libertad austriaco), dejando fuera del juego a populares (Volkspartei Österreich) y a socialdemócratas (Sozialdemokratische Partei Österreich) los cuales han ocupado las instituciones austriacas desde que las potencias aliadas les concediesen la autonomía pocos años después de la Segunda Guerra Mundial.

¿Y de dónde viene el descontento con estos dos partidos? Yo empecé a preguntármelo a lo largo de la campaña, y a medida que he ido informándome, viendo debates y hablando con familiares y amigos, sinceramente la situación de descontento con los partidos tradicionales y el debate político en Austria en nada se le parece a la de España, pese a priori manifestar ciertos síntomas parecidos de tendencias electorales.

¿Será la corrupción? La verdad es que Austria a nivel de corrupción política mantiene la tónica de los países del entorno, y recientemente en el último informe de transparencia internacional de 2015 ha mejorado su posición posicionándose en el puesto 16 sobre 168 países. España por ejemplo está en el puesto 36 y cayendo. De hecho, la corrupción ni aparece entre los principales problemas de la población. Si bien también han tenido sus escándalos, como el de una caja de ahorros en Corintia Hypo Alpe Adria, la cual ha dejado un agujero de 17.000 millones de euros, y que tras invertir más de 3000 millones de euros, el Estado dejó caer. Caja dirigida precisamente por miembros del FPÖ (Partido de la libertad Austriaco) quienes gobernaban (Jörg Haider) y gobiernan en esa región.


¿Será la economía? Sí bien Austria sufrió un batacazo en 2008 con un retroceso de su PIB de 3,8%, dicha recesión apenas le supuso pasar del 3,8% de tasa de desempleo al 5,9%. Al año siguiente ya crecía al 1,9%, haciéndolo al 3,1% en el año 2010, y desde entonces ha sufrido cierto estancamiento con un crecimiento que no supera el 1%. Tampoco lo ha hecho hasta ahora, pues según los datos de 2015 lo ha hecho a un 0,8%, si bien es el doble que en 2014, donde creció un 0,4% lo que hasta cierto punto confirma una tendencia positiva. El desempleo sin embargo ha ido aumentando para situarse en los peores niveles de 1995 en un 9,5%. Datos preocupantes, pero desde luego no a los niveles de aquí, donde aún así el PPSOE en las últimas elecciones obtuvieron un 40% de los votos, por el 22% que populares y socialdemócratas han obtenido en estas elecciones, pidiendo claramente un cambio. Hecho que llevó a la dimisión del Presidente del Gobierno, el socialdemócrata Werner Faymann, quien a modo de autocrítica decidió dejar el cargo, además de por tensiones internas.



Pero principalmente si uno quiere saber cuál ha sido la principal preocupación de los austriacos durante el último año, y la que ha acaparado el debate político, ha sido como no podía ser de otro modo el problema de los refugiados.


Principales preocupaciones de los austriacos, Eurostat otoño 2015: 1º refugiados, 2º Desempleo, 3º inflación (que casi es negativa, pero bueno), 4º situación económica, 5º endeudamiento del estado (actualmente con un déficit del 1,8% y una deuda del 80% del PIB), 6º Formación, 7º Criminalidad, 8º Salud, 9º Terrorismo, 10º Pensiones, 11º Medio Ambiente, 12º Impuestos, 13º Vivienda.

Antes de entrar a ver como se ha analizado este debate en Austria, creo que conviene poner en situación al lector. En Austria, como en cualquier país occidental suceden, todo tipo de desagracias y actos repudiables, si bien por lo general es un país bastante seguro, pero más allá de la seguridad de lo que quiero hablar es de la idiosincrasia de su ciudadanía, hablando claro, por lo general quitando Viena, el principal problema de la policía en Austria es multar ciclistas sin las luces puestas, o ver si el vecino no ha reciclado los vidrios en sus tres contenedores correspondientes, los kioscos por lo general no tienen vendedor porque la gente coge su periódico y paga.  La gente tiene tan asimilado el orden que al igual que en muchos países del norte de Europa, pasa a formar parte de su idiosincrasia. Es por ello que una ciudadanía así, pasaría igual en España, se pregunta ¿Qué co… está pasando? Cuando un millón de personas, un 1/7 de la  población del país, atraviesa de norte a sur un país en condiciones indignas del ser humano en pleno siglo XXI. Esto para cualquier país dentro de la UE, sería un shock, en este caso que hablamos de Austria, para ellos también.



Ahora bien, ante esta situación de crisis humanitaria y de descontrol, la pregunta que más se debatió, no fue la de si refugiados sí o refugiados no, sino ¿Nos vale la pena esta Unión Europea? ¿Esto es Europa? ¿Tener a miles de niños vagando por la nada sin control mientras en Bruselas no se ponen de acuerdo ni para ver quien apaga la luz?  El debate fue claramente Europa, entre otras cosas, porque ante la solución de cualquier problema de cierta magnitud en un país, la solución está allí. Repito, el debate fue Europa, las posiciones… contrapuestas. Mientras que el candidato de los Verdes, Alexander van der Bellen, abogaba por apostar por más Europa, ceder más soberanía para ir hacia los Estados Unidos de Europa, el Señor Hofer esgrimía que Bruselas es un aparataje burocrático inútil y que hasta cierto punto, si Austria no hubiese entrado en la UE, podría tener una situación como la que tiene hoy día Suiza, con soberanía monetaria, fronteriza y con acuerdos bilaterales con la UE. Por supuesto  Hofer partía con el slogan de “los austriacos primero”, hacía campaña con el miedo a la islamización del país, la imposibilidad de bajar del 5% de tasa de desempleo debido a la inmigración que no se integra y el abuso de esta población del sistema social. Este discurso ante inmigración ha calado principalmente entre la población de mediana edad (35-55 años), principalmente masculina y sin estudios universitarios. La cual por otro lado es la que más sufre la presión migratoria en el mercado de trabajo, al realizar trabajo poco cualificado.


Primera gráfica: población masculina; Segunda: población femenina; Tercera: Formación universitaria

Frente a este discurso se establecía el discurso de la integración así como el tratamiento de las personas por su reconocimiento como ciudadano, con sus derechos y sus deberes como viene establecido en la Constitución y en la legislación austriaca y no por su procedencia ni por su religión. Remarcando las aportaciones positivas de la inmigración la cual es muy necesaria para mantener el sistema de pensiones austriaco a largo plazo, además de representar una realidad que por otro lado no es nueva en Austria. Ya en la primera guerra mundial, en las trincheras austriacas había por supuesto austriacos y croatas, húngaros, checos, italianos, serbios y rumanos, ateos, judíos y cristianos católicos y protestantes. Hoy esa realidad la quiso representar Van der Bellen con la enigmática foto de la selección austriaca de fútbol la cual competirá en la Eurocopa de fútbol de Francia, y cuya estrella, el jugador de Bayern de Múnich, David Álaba es un vienés de padre nigeriano y de madre filipina.


Alexander Van der Bellen, con una foto del equipo nacional austriaco de fútbol.

Algo parecido sucede en Alemania, donde el grupo anti-islam (PEGIDA), quienes tienen a su mayor número de seguidores en las regiones alemanas de la anterior comunista RDA y donde menos población inmigrante hay. Arremetía desde su perfil de una conocida red social contra la campaña realizada por Ferrero en sus barritas de chocolate Kinder, al cambiar al niño rubio de ojos claros de la portada del envase, por fotos de los miembros de la selección de fútbol alemana cuando eran niños como Botaneg o Gundogan, ghanés y nigeriano respectivamente.

Por otro lado, allí donde menos inmigración hay, en las zonas rurales, es donde más voto ha obtenido Hofer, mientras que todas las capitales de Land, a excepción del Land de Estiria, ha ganado Van der Bellen, sobre todo en Viena, Graz, Innsbruck, Salzburgo, y en la región fronteriza con Suiza Vorarlberg. Dicha pírrica victoria de Van der Bellen, principalmente se ha debido a la gran campaña de los medios nacionales e internacionales contra Hofer, así como el apoyo a van der Bellen de todas las demás fuerza políticas que no concurrían en esta segunda vuelta. Pese a ello ha ganado con un estrecho margen, lo que debe significar un aviso a navegantes para los próximos comicios en el resto de Europa.


Länder austriacos, azul Hofer, Amarillo Van der Bellen.

Finalmente, me gustaría aportar mi  reflexión personal. Pienso realmente que el alza de los populismos en Europa, sobre todo los populismos euroescépticos, crecen en la debilidad de las concepciones europeístas del resto de líderes que se hacen identificar como tal. A la vez que Merkel dio un paso al frente, frente a la cuestión de los refugiados, ningún otro líder europeo dio un paso a su lado, el mutismo fue absoluto, mutismo quebrado por las voces reaccionarias de los nacionalistas polacos, húngaros, británicos, franceses y austriacos. Ante esta situación y la falta de apoyo, finalmente Europa (no Bruselas, Europa, nosotros) acaba firmando un acuerdo con Turquía que nos deja a la altura del sátrapa turco, del como lo describió el señor Jan Böhmermann: Un sultán folla cabras que oprime minorías.

Y  así, en este panorama internacional, en donde se echan de menos líderes con visión como Adenauer, Schuman o Walter Hallstein, en España Europa se ve desde la barrera. Y es curioso, pues pese a presentarse a la Presidencia de Austria, el cual es un cargo hasta cierto punto de representación interna y externa similar a la que se le asigna al Rey en nuestra Constitución, los candidatos presentaban un modelo, y debatían sobre el papel que debería tener Austria en Europa. Eso es lo que principalmente echo en falta en España.


En la última campaña electoral, de cada 10 propuestas 8 estaban condicionadas directamente por nuestra participación como miembros de la unión y por nuestros compromisos con la unión. Sin embargo Europa apenas fue mencionada en ningún momento en los debates, y en caso de salir el nombre de Europa no era ni mucho menos para aportar algo al proyecto común, sino de quejarse de nuestro compromiso por mantener un cierto déficit público, el cual de no ser por Europa, ya estaría por las nubes (aún más) por los manirrotos de nuestros políticos, a base de pelotazos vía cajas de ahorros y paradas de AVE en cada barrio. Europa necesita que España y los españoles entiendan que Europa no es solo poner la mano para los Fondos FEDER, los bancos de pesca, la PAC y el Erasmus y que debata no sobre lo que Europa puede hacer por nosotros sino que podemos hacer nosotros por Europa, y cual debe ser el rol de España en Europa, creo además que ese debate nos daría aún más argumento para luchar contra el nacionalismo y el populismo en nuestro país. Y mientras que esto no se dé en España ni en otros países de la UE, no podrán aportar lo que Europa necesita para mejorar su situación y poder afrontar los desafíos que tenemos en frente y que como minúsculos feudos no podríamos afrontar. Si esta situación  no cambia la buena noticia que el cartero trajo en Austria será simplemente pasajera, porque el populismo antieuropeo no parará hasta terminar con Europa y dejarnos en la ruina. Para muestra un botón: Balanza de pagos de Austria, con y sin el euro.




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