sábado, 21 de mayo de 2016

La sociedad nunca será democrática


Artículo de Manu Ramos

El lenguaje socialdemócrata invade todas las capas de la conversación. Ha calado con su demagogia en los diferentes grupos sociales, profesionales, familiares… El bálsamo de toda expresión para dulcificar o para hacer más amable cualquier manifestación humana es que sea “democrática”. Este adjetivo inunda las argumentaciones sobre lo que se debe hacer en todo momento. Hay que tener unos presupuestos del Estado “democráticos”, hay ser “democrático” en una conversación, todo español tiene derecho a una vivienda de forma “democrática”. Y ese candor a la hora de usar este término esconde una burda tergiversación de la realidad. La realidad no es democrática.

Somos nosotros, en nuestra forma de organizarnos políticamente, los que creamos este sistema de gobierno. Pero sólo en ese aspecto, el político. No tiene ningún sentido aplicar este concepto a otras organizaciones que no funcionan de forma democrática: el ejército, la iglesia, la sociedad o el estado. Estas asociaciones voluntarias, encaminadas a un fin, están sujetas a unas reglas que no se ajustan a mecanismos democráticos. ¿Y cuáles son los requisitos necesarios para que entendamos que una organización es democrática?:

1. Que todos los participantes lo hagan en condición de igualdad.

2. Que los asuntos sean dentro de la esfera política.

3. Que las decisiones se tomen votando por mayoría.

Apliquen este esquema y se darán cuenta de que prácticamente todos los días escuchan este término mal empleado. Pero el constante error no lo veo causado por desconocer estos presupuestos básicos. El error está en confundir sociedad política con sociedad civil. Una confusión que está muy ligada al error de confundir público con privado y que ha llevado a tanta corrupción en España.

La sociedad no es democrática. Sus miembros pertenecen de forma voluntaria, pero no se organiza de forma democrática. Que haya modas, que se hable con cierto acento, que sea más conservadora o muy trabajadora… la sociedad se desarrolla sin una votación que decida qué aspecto social es el que la define. Pienso en el terror de que alguien quiera imponer a los demás cómo vestir, qué pensar, qué hacer con nuestro dinero ¿no sería horroroso? Es lo más parecido a una dictadura que se me ocurre. Pues estas aberraciones surgen de creer que se puede moldear la sociedad previamente, un pensamiento usualmente revolucionario que ya viene de 1789. Aún hoy se sigue confundiendo la idea de democracia política con la democracia social y de esas utopías provienen los totalitarismos más aberrantes del siglo XX.

La democracia es fruto de la libertad política. Ni el estado, la iglesia o la sociedad funcionan mediante la libertad. Pueden tener normas o costumbres que faciliten o restrinjan derechos materiales, individuales, como el de expresión, reunión, manifestación, etc. Pero el terreno de la libertad, asegurada por los tres presupuestos antes citados, es el de la política. Hablamos del poder gobernado de forma democrática, es decir, con separación de poderes y verdaderos representantes de la sociedad civil.

Si asumimos con propiedad la palabra “democracia”, hablaremos con más responsabilidad y entenderemos mejor porqué en España no hay democracia. Una pista nos la puede dar el hecho de que se repita tanto y en todos sitios, como si hubiera la necesidad de autoconvencerse de que vivimos en otra realidad. Un engaño que está siendo explotado por los ladrones de la libertad política.



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