Artículo de Paco Romero
“La juez ha vislumbrado en los últimos
días de la campaña electoral que en los
próximos meses archivará la pieza política de la macrocausa de la
formación”
Si ayer me refería a la aparente normalidad con la que
asumimos las escuchas ilegales, hoy le toca turno a la insondable postura que
mostramos no ya ante filtraciones de sumarios judiciales sino frente a -¡más
difícil todavía!- filtraciones de futuras decisiones que -per se-
deberían suponer que, hoy por hoy, no están tomadas.
Pues bien, la juez Bolaños ha vislumbrado en los
últimos días de la campaña electoral que en los próximos meses archivará
la pieza política de la macrocausa de la formación, pese a que queden testigos
por declarar, a que las acusaciones hayan pedido que se practiquen nuevas
diligencias y a que aún reste el informe último de la Fiscalía Anticorrupción.
Parece claro que a estas alturas la magistrada tiene claro
que dará carpetazo a la causa que investiga, al apreciar irregularidades
administrativas donde su antecesora veía posibles delitos.
Se dice en el mundillo del derecho que los jueces hablan
mediante autos o sentencias. La eterna vara de medir
responsabilidades no abandona el rincón de los mediocres: los que exigen la
dimisión de un ministro pánfilo que se deja grabar en su despacho, no aprecian
motivo parecido en casos similares.
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