sábado, 10 de diciembre de 2016

Nacionalismo andaluz


Artículo de Manu Ramos


Defender el nacionalismo andaluz es identificarse como ignorante de forma instantánea. No obstante, de vez en cuando aparecen como los hongos algunas manifestaciones de la estulticia política en forma de independentismos nacionales con las ocurrencias más disparatadas que uno pueda imaginar. No condeno el deseo legítimo de independencia de un grupo humano que tenga aspiraciones separatistas. Puedo combatirlo, pero no pienso que sea algo indigno. Otra cosa es el falso nacionalismo, el separatismo de medio pelo que se gastan en la clase política española porque, sí, ni siquiera es nacionalismo. Si escuchan atentamente lo que gritan, la intención que hay detrás de sus consignas es la de conseguir un mayor estado, no una mejor nación si es que la hubiere, que en los casos que encontramos ni siquiera la hay.
Sirvan las anécdotas que comentaré a continuación para el muestrario de la citada ignorancia política que llena el vacío de pensamiento actual. Empiezo por la reciente manifestación de las CUP, apoyando la independencia de Andalucía, una reivindicación que nos preocupa mucho a todos los andaluces ¡por supuesto! Las alianzas entre las llamadas “izquierdas”, en plural, producen alocadas uniones de “ideas”, precisamente porque no se tratan de ideas sino de locuras, abandono del pensamiento en pro de un grito visceral y sentimentaloide. Es impensable que una persona que se llame “de izquierda” tenga siquiera una aspiración nacionalista cuando cualquiera que haya leído a Marx, fundamento filosófico básico para entender esta corriente de pensamiento político, entenderá que el pensador alemán siempre defendió que el socialismo no tenía como fin fundar naciones o identificarse con las naciones sino que buscaba la emancipación y la lucha de la clase obrera. Desde luego fracasó al vaticinar que los miembros de una misma clase social no se enfrentarían en una guerra, aunque fueran de países diferentes. Sin embargo, en las guerras mundiales la conciencia de clase no fue precisamente una prioridad.
Sí, existen las naciones. No es un invento ni de Marx ni de Hitler ni de Franco. El concepto político es muy reciente, pero el concepto cultural es tan antiguo como la Historia nos permite conocer. La nación política se atiene a unas leyes, la nación cultural/étnica es algo más difícil de delimitar, pero no se debe despreciar ni tratar con prejuicios. Tan importante es no excederse en la exaltación de la propia nación como despreciar esa conciencia cultural, herencia de siglos en el caso español.
Entonces ¿a qué nos referimos cuando hablamos de “nación”? Hoy día se tiende usar el sentido de “nación política” y, en realidad, los europeos no conciben otra cosa que el “estado”. Los fascismos han dejado mella en la consciencia de los gobernados, sobre todo en España, y ha marcado a fuego la identificación de “España” con “estado español”. ¡Qué equivocación!. Pero es un error lógico al tener una constitución hecha por adoradores del estado (franquistas) y traidores a la libertad (neo-franquistas) que desprecian la nación española y sólo quieren más y más estado.
Realmente, cuando los políticos hablan de nación, lo que quieren es tener más “competencias”, más dinero para gastar. Teresa Rodríguez dice quede alguna maneraAndalucía es una nación, y a la chica no le falta razón tal y como se explica. Al elaborar su discurso y avanzar en él, la jefa (que no líder) de Podemos se dio cuenta del berenjenal en el que se estaba metiendo. Entonces fue cuando aportó la definición más precisa que hay de nación: el lugar del nacimiento. Efectivamente, nación es el lugar, nacionalidad el gentilicio. Mi nación es España y yo soy español. No es una cuestión opinable, es lo que pone mi carnet de identidad y es lo que ha ocurrido. Nací aquí sin elegirlo y la Historia de España es la que es, sin que hayan preguntado mi opinión sobre si debe ser así o no. Parece mentira que en este siglo XXI de la ultramodernidad escribir estas cosas resulte tan revolucionario y atrevido. La inquisición del “pensamiento progre” califica mi simple afirmación como “discutida y discutible”.
Naciones ha habido siempre que se han producido nacimientos en la faz de la tierra. Los Tercios, famosos ejércitos españoles, se agrupaban en naciones que no era otra cosa que el señalamiento del origen del soldado. Luego la fidelidad era al rey, el elemento representativo de la nación en aquellos tiempos. La idiosincrasia, las costumbres y particularidades de cada grupo de nacionales se han ido configurando con el tiempo, con la Historia, y nunca por voluntad de nadie. Por eso todos los “führer”, los “duce” o los “generalísimos” que se creen depositarios de la voluntad de un pueblo son unos fascistas y totalitarios que identifican la nación con el estado. Hoy, en España, se identifican a los partidos con el estado y nadie percibe ni un ápice de fascismo. Sorprendente.
Pero volvamos a los ejemplos descacharrantes: El sustituto de Cañamero pide la independencia de Andalucía. El portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Oscar Reina, pidió (¿a quién?) la independencia. Como si eso se solicitara en la ventanilla de un registro administrativo. ¿Se imaginan a Agustina de Aragón, al Empecinado, a Manuela Malasaña o al General Daoiz, pidiendo por favor la independencia a Francia? ¿Se imaginan a Washington, a Bolívar o a San Martín, votando para independizarse? Si Andalucía, Cataluña o Barbate quiere la independencia, tendrá que haber una guerra de independencia. Olvídense de referendos y actos festivos. La constitución material es más fuerte que los tejemanejes de políticos estatales. Por eso es tan sangrante un conflicto independentista, porque hay vidas en juego, literalmente.
España es una nación de naciones, pero no en el sentido que estará pensando el lector. Tenemos que fijarnos en una peculiaridad respecto a su formación como nación y como imperio. El descubrimiento de América (12 de octubre de 1492) y, por tanto, la conversión del reino de España en el imperio español es prácticamente simultánea a la consecución de la nación tras la conquista de Granada (2 de enero de 1492). Este hecho capital marcará nuestra Historia para siempre y, como consecuencia, la historia de los territorios del imperio. En su seno surgieron naciones: la colombiana, la mexicana, la peruana, la venezolana... Nacieron naciones. Por eso se puede decir que España es nación de naciones y tenemos que estar orgullosos de ello, porque las mismas Juntas que sirvieron para luchar por la independencia y en contra de la invasión francesa aquí en la península, fueron igualmente empleadas para la propia independencia de las jóvenes naciones de la madre patria española. El mismo general San Martín luchó en Bailén y en Sudamérica. Francisco de Miranda es otro ejemplo de héroe de los dos mundos.
Eso es lograr la independencia y luchar por una nación pues defenderla de fuerzas opresoras es algo legítimo como dije al principio. Pero como vemos no hay ni dignidad ni honor ni verdad en las patochadas que monta nuestra clase política de vez en cuando y en Cataluña y el País Vasco de forma permanente. ¿Cómo es posible que un partido que se llama “Izquierda republicana de Cataluña”, partido supuestamente independentista, acepte el régimen del 78 y su mal llamada “constitución” monárquica y española. Pues de boquilla dicen una cosa y en la realidad son tan cobardes de defender lo que piensan, si es que piensan, que pueden llegar a hablar mal de la Constitución y jurarla como un servil diputado más. Esta calaña no sólo no defiende las ideas que llevan sus consignas sino que, con toda seguridad, acabarán defendiendo las ideas contrarias. Es lo que tienen en común los traidores.
No quiero extenderme más sobre este tema pues es largo y conocido, pero quería dar un breve repaso por las pretenciosas ocurrencias de nuestros políticos cuando dicen ser nacionalistas o separatistas. Pienso en las grandes figuras de la independencia de diferentes países y me río al compararlas con los fantoches que sufrimos hoy en día. Eso sí, son listos a la hora de robar pues el último motivo que les lleva a cubrirse con las banderas separatistas es la de sacar tajada del dinero público. ¿Ideas y honor? No tienen nada de eso.



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