martes, 21 de marzo de 2017

Intereses nacionales y doble moral


Artículo de Luis Marín Sicilia


“Somos el país de las incoherencias: los liberales ciudadanitas protegen privilegios monopolísticos”

“Los antisistema protegen a la casta estibadora; los feministas apoyan a los gremialistas machistas”

“Los socialistas apoyan tesis de sindicatos corporativos, y los europeístas disfrutan las ventajas de la Unión pero no cumplen sus sentencias”


A finales de 1982 Felipe González, tras su arrollador triunfo electoral, calificaba de necrosis el proceso de deterioro industrial del país, cuya reconversión no se había iniciado previamente por el miedo, por parte de los gobiernos de UCD, a unos sindicatos congraciados con un PSOE en la oposición, lo que hacía inconveniente para la paz social el enfrentamiento con ellos. Ya en el poder, los socialistas acometieron una dura reconversión industrial, sin parar en mientes sobre las pretensiones sindicalistas.

En 2010 una serie de errores y discrepancias sobre el cómputo de horas trabajadas por los controladores aéreos terminó provocando, a partir del 26 de noviembre, cierres del espacio aéreo nacional que fueron calificados por el Gobierno socialista de Zapatero como "huelgas salvajes", acusando a los controladores de "chantajistas". A las dos horas del día 4 de diciembre un Consejo de Ministros extraordinario decretó el estado de alarma, previa advertencia a los controladores de que el mismo "no solo militarizaría el espacio aéreo sino a todos ellos" que quedarían bajo la autoridad militar.

El pasado jueves el Congreso de los Diputados anuló la reforma de la estiba de los puertos españoles, al no convalidar el decreto que la desarrollaba en cumplimiento de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el mismo que sentenció sobre las cláusulas suelo y otras de interés general y que con tanta fruición y entrega se exige su cumplimiento. Al margen del daño económico, lo peor ha sido el descrédito internacional que refleja la irresponsabilidad, el oportunismo, la frivolidad y la demagogia de nuestra clase política, en un momento en que España se situaba entre las cuatro grandes potencias europeas.

La actitud de Podemos era, al igual que las de los demás grupos radicales y separatistas, esperada, pues no puede sorprender en un partido antisistema y antieuropeo que basa su supervivencia y crecimiento en la fractura social y el conflicto político. Pero la del PSOE y la de Ciudadanos pone de manifiesto el oportunismo y la inmadurez de unos grupos que anteponen pequeñas cuitas y temores al interés general de España y de los españoles.

Somos el país de las incoherencias: los liberales ciudadanitas protegen privilegios monopolísticos; los antisistema protegen a la casta estibadora; los feministas apoyan a los gremialistas machistas; los socialistas apoyan tesis de sindicatos corporativos, y los europeístas disfrutan las ventajas de la Unión pero no cumplen sus sentencias. Esta es la triste conclusión del esperpéntico espectáculo que nos brindaron los ¿representantes? de los intereses generales de los españoles.

Hoy parece prevista una reunión entre los sectores implicados que puede suponer la última oportunidad para deshacer el entuerto. Entuerto que ya ha ocasionado daños irreversibles, al estar desviándose cada vez más el transporte por el Mediterráneo de Algeciras a Tánger, lo que seguramente, vista su actitud demagógica con los estibadores algecireños, producirá una enorme satisfacción en Susana Díaz. De igual modo, Lisboa está desplazando a Vigo y Marsella va desbancando a Barcelona y Valencia. Todo ello supone un daño económico importante y una notable pérdida de puestos de trabajo.

La defensa a ultranza de los intereses de un gremio privilegiado, monopolista y excluyente es legítima por parte de sus titulares, pero quienes representan el interés general no pueden dejarse arrastrar por tan discriminatorio estatus, porque ello constituye un insulto a tantos trabajadores que han padecido las consecuencias de la crisis, resultando inconcebible el silencio, cuando no el apoyo, de partidos y sindicatos de clase a una situación tan corporativa y ventajista.

Al no presentar ninguna propuesta alternativa, al no proponer una tramitación legal que permitiera introducir enmiendas, al limitarse sencillamente a dar al Gobierno una patada en el trasero económico de todos los españoles, los grupos de la oposición han resultado ser inmaduros, oportunistas y desleales. Al margen de otras consecuencias, en este momento se calculan en 18.000 los empleos en riesgo y en 2.400 millones de euros las pérdidas.

Hay quien dice que la actitud del PSOE es debida a la lucha interna por la secretaría general y al miedo por asumir cotas de estadista. Susana Díaz, en este sentido, ha perdido la primera oportunidad de acreditar eso que dicen la distingue de Sánchez: su sentido de Estado. Una auténtica estadista no protege privilegios hereditarios de los estibadores en contra del interés general de su país, ni supedita el cumplimiento de una sentencia europea a la negociación de los sectores implicados, máxime si con ello se colabora en el ocultamiento de cohechos, fraudes, sobrecostes y oscuros intereses espurios.

Según comentarios generalizados, muchos del PSOE y de Ciudadanos están avergonzados con lo sucedido, y su única esperanza es que, antes del día 24, se corrija el error cometido. Como ha dicho el portavoz del PNV, Ciudadanos y PSOE “actuaron con doble moral y actitud farisea” y el lamentable espectáculo del Congreso de los Diputados ha hecho un enorme daño a las instituciones democráticas españolas.

La situación interna de los socialistas está provocando daños colaterales en el conjunto de los intereses generales, ya que la composición de la cámara legislativa hace necesario, en los grandes temas, el consenso con el PSOE, hasta el extremo de que este Gobierno depende en gran parte de él para mantener la estabilidad. Y como el PSOE está en manos de la incertidumbre actual, el Gobierno está pendiente de algo desconocido e incierto que se balancea entre el populismo "seudopodemita" de Sánchez y la apetencia institucional de Susana.

Sería conveniente que, tal como hizo con la crisis de los controladores y con la reconversión siderúrgica, el PSOE actuara con sentido de Estado, no solo cuando gobierna sino también cuando está en la oposición. Respecto a Ciudadanos, su trayectoria, hasta ahora ambigua y sinuosa, determinará el grado de madurez suficiente, si lo consigue, del que dependerá su futuro respaldo popular.


Nota bene.- Como todo lo que venga del Parlamento Catalán no iba a ser malo, resulta que el mismo ha aprobado, en Comisión y por unanimidad, una propuesta del PP en cuya virtud los Consejeros del Gobierno catalán no podrán  contratar cargos de confianza a familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad (primos hermanos). Para la dicha completa faltan dos notas:


    - Una, que tal prohibición debe afectar también a los parentescos de parejas de hecho.

    - Otra, que debe extenderse a ayuntamientos y demás corporaciones, con la consiguiente limpieza en los regidos por las "colaus", las "carmenas", los "kichis" y demás especímenes ideológicos.


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