lunes, 5 de junio de 2017

PP Andalucía: la herida que no se cierra

Artículo de Antonio Barreda 

  • La confusa espantada de Arenas que tras ganar en Andalucía no quiso saber nada y salió corriendo a Madrid.
  • La escena con Cospedal en el Palco de la Basílica de la Macarena la noche el Jueves Santo dejó claro que aquello no era lo que Arenas había diseñado para Andalucía. 
  • Rajoy llamó por teléfono a un desconocido llamado Juan Manuel Moreno Bonilla para comunicarle que quería que fuera el presidente del PP de Andalucía. 
  • Moreno Bonilla ha intentado maniobrar en las presidencias provinciales para despojarlas del “arenismo o del cospedalismo” original, pero ha fracasado claramente en esta lucha y está empezando a ser ninguneado por los presidentes provinciales.

Toca tratar la intrahistoria del PP de Andalucía, aunque sea de manera resumida. Constituye este artículo el primer acto de varios actos donde la iremos poco a poco desvelando. Y nos traerá toda una historia donde hay más protagonistas y facciones de la que se cuentan en las crónicas y por los cronistas interesados. Todo comienza en 2012 cuando Rajoy no espera a las elecciones andaluzas y empieza a establecer reformas y recortes, derivado de lo que sus comunicadores definieron como la “herencia recibida”. Con un PSOE descabezado, herido de muerte tras Zapatero, con mayoría absoluta en las cortes y en el senado, Mariano publica aquella reforma laboral que resucita a los sindicatos y les da gasolina en la calle porque, de momento, en sus primeros años de mandato y con sus medidas, a base de tijeras, se crearon más de 1 millón de parados en España. 

Muchos pensamos que ahí, deliberadamente, dejó caer Andalucía. El triunfo de 2012 dio al PP de Arenas los 50 diputados en las elecciones andaluzas, su techo en Andalucía. Luego vino la confusa espantada de Arenas que, de repente, no quiso saber nada de Andalucía y salió corriendo a Madrid, y, además, nadie dio explicaciones de por qué el PP se había dejado 400.000 votos de las generales a las autonómicas. Lo peor es que preparó una sucesión absurda que de ser el cambio en Andalucía se convirtió en el cambiazo de Andalucía. Arenas había construido un partido absolutamente presidencialista y políticamente municipalista, había traído y construido un modelo político basado en fieles lealtades y en que todos de los que se rodeaba en su círculo interno debían vivir de una nómina del Partido. Una especie de despotismo partidista donde no había cabida a las corrientes ni a los versos sueltos dentro del partido. La espantada de Arenas trajo a Zoido a una presidencia interina. 

Pero el diseño de la sucesión original no era esta. Cuentan los que saben de esto que Arenas le había susurrado a Rajoy que Antonio Sanz iba a ser el presidente y que Elías Bendodo iba a ser el secretario general. Que los presidentes provinciales del partido estaban conformes con esta elección. Pero había grietas insalvables en este plan por las que penetró Cospedal de manera inmisericorde. Llamadas de Moncloa y de Génova por toda Andalucía. Ni todos los presidentes estaban conformes, ni la hoja de ruta debía ser la diseñada por Arenas para Andalucía. Alguien había mentido. Así llegó el reconvertido Zoido a ser presidente del PP de Andalucía. 

Pero Zoido ya traía otra hoja de ruta a Andalucía. La escena con Cospedal en el Palco de la Basílica de la Macarena la noche el Jueves Santo dejó claro que aquello no era lo que Arenas había diseñado para Andalucía. Y eso que Antonio Sanz le iba abriendo la transición en Andalucía. En Cádiz reunió a la flor y la nata del Partido en un salón de Bahía Sur para vender la transición de Arenas a Zoido. Parecía el Marqués de Lafayette presentando al rey Luis Felipe al pueblo soberano de Cádiz, mientras que los cargos del partido en Cádiz decían sí a la búlgara al cambio. Llamada de Sanz a Arenas. Cádiz dice sí.

El entonces alcalde de los 20 concejales en Sevilla fue elegido en Granada, en Julio de 2012, presidente del PP de Andalucía con el 96,7% de los votos (les suena de algo esta proporcionalidad) logrando 1305 votos a favor y ninguno en contra. Pero Zoido ya tenía su propio sistema de alianzas, su hoja de ruta, y estaba construyendo su presidencia desdibujando la obra de Arenas por toda Andalucía. El primer acto es que José Luís Sanz, al que Arenas previamente había mandado a Tomares para que se estrellara en 2007, fue el secretario general que eligió Zoido. El otro Sanz. El hombre al que le costaba sonreír. Otro pupilo de Arenas. Javier no supo ver, hasta entonces, que había dado el partido a su propia oposición en Andalucía. José Luís Sanz traía otra visión de conjunto. 

Lo primero que hizo esta presidencia es atenuar en prensa y en el parlamento regional los casos de corrupción que habían dañado al PSOE en Andalucía. Había que dejar de hablar de los ERE. Una orden que cumplió escrupulosamente todo el aparato engrasado del partido en Andalucía. Todo el diseño de oposición que había dado la victoria pírrica de Arenas en Andalucía fue inmediatamente sustituido. El nuevo diseño de un PP “sin Arenas ni arenistas” era tan claro que Cospedal en octubre de 2012 dijo a toda la prensa sobre la posible vuelta de Arenas a Andalucía. “El liderazgo de Juan Ignacio Zoido es magnífico e inapelable” y quien hable de un eventual regreso de Javier Arenas a la política andaluza "no sabe de lo que está hablando”.

El ascenso de José Luís Sanz a secretario general del PP-A dejaba vacante la presidencia de Sevilla y el elegido fue Juan Bueno – otro ex arenista – para ser presidente con un secretario general de Tomares, Eloy Carmona. El resto de las provincias – menos Málaga y Almería - simplemente esperaban. Pero Arenas mueve ficha. En septiembre de 2012 XV congreso provincial en el PP de Cádiz. Antonio Sanz – el otro Sanz – es elegido en el Hotel Atlántico con el 98.65% de los votos y sustituye a José Loaiza tras seis años en la presidencia del PP de Cádiz. ¿Era Loaiza un presidente provincial de la confianza de Arenas y de Antonio Sanz? Solo ellos pueden responder a esta pregunta. Aunque hay varias respuestas. Después de esto Arenas ya manejaba cierta mayoría provincial en Andalucía, mientras Antonio Sanz y Elías Bendodo iban y venían del campo de Gibraltar a Sevilla. 

Mientras Zoido preparaba su propia sucesión en el PP de Andalucía en las provincias se conspiraba. Junto a Cospedal fueron preparando el ascenso de José Luís Sanz a la presidencia del partido en Andalucía. Ya tenía el otro Sanz, el de Tomares, convocados a los presidentes provinciales a una comida con Cospedal un frío lunes del mes de febrero para presentar su candidatura a presidente del partido. Pero, de repente, todo se paró. Algo pasaba. Triunfo de Arenas y de Soraya Sáenz de Santamaría. Rajoy – como Pedro negó a Jesús - negaba tres veces a José Luís Sanz para Andalucía. A las nueve de la mañana del martes 11 de febrero Rajoy decidió entrar en el casting de Andalucía. Llamó por teléfono a un desconocido llamado Juan Manuel Moreno Bonilla para comunicarle que quería que fuera el presidente del PP de Andalucía. Tras la llamada el tal Moreno Bonilla llamó a la dirección nacional de su partido para comunicarles que el dedo de Rajoy lo había elegido. Y llamó inmediatamente a los presidentes provinciales para que dieran su apoyo personal. Sobre las 11 horas ya había reunido el respaldo orgánico suficiente para presentar los avales como candidato a la jefatura de los populares andaluces para el congreso de Sevilla de los días 1 y 2 de marzo de 2014. Un claro ejemplo de primarias para afiliados y toda una lección de democracia interna de un partido. 

Una vez elegido presidente y dado que no era diputado autonómico, a diferencia de Zoido su predecesor, su primer movimiento para tener sueldo, y también tener altavoz a escala nacional, fue despojar a Antonio Sanz de su puesto de senador autonómico – este había ido al senado de la mano de su “tito” Javier Arenas, aunque ya había dejado de ser algo en Andalucía. – y desde entonces, Moreno Bonilla le cogió el gusto de empezar a tomar el AVE Madrid-Sevilla. El premio de consolación a Antonio Sanz fue dejar su cargo de diputado autonómico y lanzarse a delegado del gobierno en Andalucía a unos meses de unas elecciones generales. Pero habría que preguntarle cómo le sentó este nombramiento a Carlos Floriano, entonces número tres del PP, porque esto rompía el mapa de fuerzas y de pactos de no agresión del PP en Andalucía. Pero por aquel entonces ya había demasiados almuerzos entre un selecto número de comensales en el club Antares de Sevilla.

A estas alturas nadie contaba con el inflado y engordado currículo de Moreno Bonilla, conocido ya por entonces por aquella famosa frase de llamadme Juanma, que la prensa nos abrió en canal. En Europa y en cualquier democracia seria dimiten por estas cosas. Aquí parece que nos hacen gracia. Finalmente, el diario El País no los aclara a todos. Dice así: “En sus distintas biografías en el Congreso de los Diputados figuraba en el año 2000 como licenciado en Dirección y Administración de Empresas (ADE), en 2004 pasó de licenciado a tener estudios en la misma materia y en 2008 figuró como máster en ADE y un Programa para el Liderazgo. Fuentes del candidato atribuyeron tanta biografía de ida y vuelta a un “error” y a que no se actualizó convenientemente la información.

Después de tantas variaciones en su información académica, que desató una intensa polémica en las redes sociales, el currículo definitivo sin adornos de Moreno Bonilla queda como sigue: es grado (licenciado) en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela, que obtuvo en julio de 2012. Es máster en Dirección y Administración de Empresa por EADE. Así se llama el curso, aunque no es un título oficial universitario.”

Y ahora debe de llegar la gran pregunta: ¿Está preparado y suficientemente formado Moreno Bonilla con sus estudios y grado en protocolo para gobernar Andalucía? 

Pero volviendo al hilo de la historia contada, con Moreno Bonilla ya en el poder, el partido empieza la práctica del “buenismo” en la política regional, e inaugura una nueva forma de política en Andalucía: el arte del no hacer nada. Pero con esta política del buenismo, el PP de Andalucía casi retrocede a los tiempos de Gabino Puche. Grandes debacles electorales. La cara de ese hombre era un poema elección tras elección, sobre todo la de aquella noche que tenía que justificar que su partido pasaba de 50 diputados en el Parlamento de Andalucía a tan solo 33 diputados, y nada menos que frente a Susana Díaz que mantenía intactos sus 47 actas de diputados. Lo que vino luego fue peor. Pérdida de diputaciones provinciales, de alcaldías de capitales andaluzas, y una brutal reducción de concejales. Hasta su predecesor Zoido se hundió en Sevilla y se quedó sin mayoría absoluta, perdió nada menos que ocho ediles y se dejó atrás 65.000 votos de una sola tacada. Solo en las últimas elecciones generales ha remontado el PP de Andalucía al ganárselas en votos y diputados al PSOE de Andalucía.

El pasado mes de marzo el PP de Andalucía en su XVI congreso reelegía a Moreno Bonilla con un respaldo casi unánime, un 95,4% de los votos del alrededor de 1.500 compromisarios inscritos en el XV congreso regional que se celebró en Málaga. El grado de apoyo no supuso ninguna sorpresa como tampoco que haya designado una dirección continuista para una etapa con su promesa explícita en su discurso de candidato de “ganar y gobernar” en Andalucía. Luego ha intentado Moreno Bonilla maniobrar en las presidencias provinciales para despojarlas del “arenismo o del cospedalismo” original, pero ha fracasado claramente en esta lucha y está empezando a ser ninguneado por los presidentes provinciales. De ahí que la medida sobre que los cargos del gobierno no pudieran presentarse a presidentes provinciales haya fracasado porque estos no han permitido el cambio a morenistas pretendido por Moreno Bonilla en sus provincias. Aunque esto ha sido para unos sí y para otros no como los delegados del gobierno. En especial la prohibición es para los que estaban con Cospedal y Zoido. Aviso a navegantes.

En cuanto a las provincias, el resultado no es nada halagüeño porque van por libres. En Almeria, Gabriel Amat fue reelegido como presidente del PP con el 98,89% de los votos en un congreso provincial celebrado en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Aguadulce de Roquetas de Mar, localidad donde es alcalde desde hace más de 20 años. Pero tiene graves problemas judiciales. El pasado día 31 de mayo conocimos por la prensa que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Roquetas de Mar ha ordenado investigar 25 empresas que podrían estar vinculadas a un entramado societario del alcalde del municipio, Gabriel Amat. Estas 25 sociedades están en principio vinculadas con el Ayuntamiento al haber hecho negocios o recibido concesiones de licencias urbanísticas o de otro tipo. La Fiscalía Anticorrupción sospecha que ese entramado de empresas donde aparecen familiares directos del alcalde podría estar dedicado a actividades “inmobiliarias, de promoción y de construcción”.

En Cadiz no había sorpresas. Pero tiene graves problemas. Cádiz está rota en tres provincias internas. Cádiz capital y la bahía, Jerez y su comarca, y Algeciras y el campo de Gibraltar. Lo que no ha hecho este congreso provincial es renovar y regenerar los cargos públicos que llevan 20 o más años en primera fila y acumulando cargos, ni ha hecho movimientos en ese sentido como puede ser retirar a Teófila Martínez de cualquier responsabilidad política y de partido, buscando ya una alternativa para la alcaldía de Cádiz, por un lado, y renovar definitivamente a María José García Pelayo tras pasar de una mayoría absoluta a la oposición en Jerez. De todas formas, Sanz, librado de la incompatibilidad expresa del mandato estatutario aprobado por el partido el pasado congreso regional sobre la imposibilidad de reelección a los presidentes que tenían cargos en el gobierno nacional, gracias a introducir la coletilla “excepto los delegados de gobierno” optó a la reelección.

Así, tenía manos libres el eterno presidente provincial del PP Antonio Sanz porque no había ni luchas internas ni candidatos alternativos. Ni que a nadie se le ocurriera. Fiel seguidor de replicar el modelo político de Arenas al partido, que su núcleo duro y sus dirigentes principales dependan de una nómina proporcionada por el partido. Así se aseguran las lealtades. Abundando en esto, un alto cargo del PP de Cádiz definía el sistema del partido en tres puntos. O tienes un amigo en las alturas que tire de ti, o tienes mucho dinero o tienes poder territorial.

Para alejarse de las posibles protestas de los estibadores y de la falta de construcción de la vía férrea que una Algeciras con Antequera – vital para el futuro del Puerto de Algeciras – trasladaron el congreso a Chiclana. Finalmente, en esta localidad, Antonio Sanz fue reelegido el pasado mes de mayo como presidente provincial del PP de Cádiz en el XVI Congreso Provincial del partido, celebrado en Chiclana de la Frontera, con el respaldo del 99,17% de los votos emitidos por los afiliados asistentes. De los 603 votos emitidos un total de 596 votos han sido favorables a la reelección de Sanz como presidente, mientras que cinco votos han sido en blanco y dos nulos.

En Córdoba hubo lucha. Aquí el secretario de estado de interior y ex alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto tenía la prohibición estatutaria de presentarse a la reelección. Hay que recordar que Nieto obtuvo la alcaldía de Córdoba con una mayoría absoluta que no se recordaba en Córdoba desde los tiempos de Anguita. Pero todo ese poder lo dilapidó en los cuatro años de su mandato. Se hizo viral su frase que dijo que no se presentaría de nuevo a la alcaldía si en Córdoba había un solo parado más que a su llegada. Intentó ser el presidente del PP tras la espantá de Arenas, pero le ganó Zoido. Luego quiso pastelear la sucesión de Zoido y le impusieron a José Luis Sanz porque muy pocos se fiaban de su inmensa ambición política.

En permanente conflicto con los sindicatos, que consideraban su gestión una privatización encubierta de los servicios municipales y, con ellos, tuvo más de un frente abierto. Llevaron a los tribunales varios despidos en empresas municipales que fueron declarados nulos y revocados finalmente por la justicia y se denunciaron también las sospechas de troceo de contratos en algunos servicios en varias áreas municipales.

Tras perder la alcaldía en las municipales de 2015 ya se había buscado un colchón donde dormir en Madrid como diputado nacional y a la espera de la llamada del bando de Cospedal. Y lo nombraron Secretario de Estado de Interior. Al no poder presentarse Nieto a la elección a la presidencia provincial, las primarias las ganó el egabrense y parlamentario andaluz Adolfo Molina, hombre de confianza de Nieto, frente a la candidata y también parlamentaria andaluza Rosario Alarcón. Los resultados de las primarias fueron demoledores. 1.285 votos para Molina frente a 270 para Rosario Alarcón. Finalmente, el congreso del PP de Córdoba del pasado sábado 3 de junio Molina resultó elegido con el 96,3% de los votos emitidos, con 396 votos a favor y 15 en blanco.

En el PP de Huelva hubo fumata blanca desde el principio. Manuel Andrés González fue reelegido presidente del partido con 437 de los 452 votos emitidos por los compromisarios que asistieron al 15 Congreso Provincial, lo que supone el 96,9% de los apoyos. El recuento de la votación se cerró con 14 votos en blanco, y un voto nulo.

Movida hubo en Granada tras la defenestración del anterior alcalde de Granada, Javier Torres Hurtado, por orden expresa de Moreno Bonilla. Sebastián Pérez repite como presidente tras diecisiete años de dirigir con mano de hierro el PP de Granada. Fue el único candidato que pasó el filtro de las primarias en las que hubo hasta cuatro precandidatos. El resultado de la votación, 1.093 votos a favor de Pérez, que tan solo registra dos votos nulos y 29 en blanco de un total de 1.124 asistentes entre los 1.540 compromisarios acreditados, viene a ratificar el equilibrio de apoyos que anticipaba la recogida de avales, donde el presidente reelegido acaparó el respaldo mayoritario de los afiliados. Pero Sebastián Pérez realizó una purga entre los militantes que apoyaban a otros candidatos, y así en el equipo dirigente no figura ninguno de los militantes que optaron a acompañar a los otros tres candidatos, especialmente del concejal Juan García Montero, que no ha acudió siquiera al congreso. Sobre las tensiones anteriores a la cita Sebastián Pérez -en su intervención previa a las votaciones- lamentó que “haya habido compañeros que han abierto sedes” para trasladar el debate fuera del partido.

El pasado congreso del PP de Jaén terminó a gritos de !pucherazo! e impugnado. El alcalde de Santisteban del Puerto, Juan Diego Requena, se impuso al de Porcuna, Miguel Moreno, por una diferencia de 45 votos en el XII Congreso Provincial del PP de Jaén al contar con el apoyo de 421 de los compromisarios que han emitido su voto frente a los 376 de su oponente. Ambos alcaldes se disputaron la presidencia del PP de Jaén, después de que la dirección del partido haya obligó al anterior presidente José Enrique Fernández de Moya, actual secretario de Estado de Hacienda, a dejar el cargo, al aplicar el régimen de incompatibilidades previsto en los estatutos que el partido aprobó en el último congreso del pasado mes de febrero. 

En Málaga la unanimidad a la búlgara eligió a Elías Bendodo con un 99,5% de los votos de los 905 compromisarios presidente del partido en Málaga, con la idea de que Bendodo sustituya al actual alcalde de Málaga, de la Torre, como candidato en las próximas elecciones a la alcaldía malagueña. Es el sostén en la sombra de Moreno Bonilla. Y se asegura el cargo de portavoz de la Ejecutiva regional, con lo que tiene casa, y pie y medio en Sevilla.

En Sevilla Arenas no perdonaba a Zoido y sus amigos la jugada que le hicieron con Cospedal en Andalucía tras su propia espantá. Y movió fichas y piezas por el tablero provincial. Ahora era su momento. Ahora tenía a sus acólitos preparados todos bajo el modelo Arenas. Todos deben depender de un cargo público – con nómina – o nómina dada por el partido. Así se controlan las lealtades en este partido. Tras el enfrentamiento abierto – lo nunca visto en el PP de Sevilla - de Virginia Pérez como secretaria general a su propio presidente provincial, Juan Bueno, con movidas de por medio de deslealtad y de cartas leídas y filtradas el pasado verano, y que terminó con la cabeza política de esta en una cesta con la anuencia de Moreno Bonilla que hasta se la quitó en encima haciendo el Rajoy. Se preveía guerra interna y batalla congresual.

Y hubo de todo antes y después del congreso y las primarias. Las primarias llegaron a ser hasta suspendidas y luego aplazadas unos días. Hasta el PP de Andalucía intervino intentando imponer una sola lista. El único acuerdo al que llegaron es que el que ganara las primarias conformaría el equipo, y que este equipo contaría con cuadros de los dos bandos del partido. Las primarias revelaron que el PP en Sevilla estaba roto por la mitad. Las ganó Virginia Pérez por 2.610 contra 2.586 de Juan Bueno por una diferencia de 24 votos que fue impugnada por Bueno

Finalmente, en el pasado congreso del 21 de mayo, Virginia Pérez, se convirtió en la nueva presidenta de su partido en la provincia de Sevilla tras obtener el 61 % de los votos de los más de 700 compromisarios que votaron en el XIV Congreso del PP sevillano. En el congreso de Sevilla se remitieron 713 votos, de los que 13 fueron nulos, 272 en blanco, 700 válidos y, de ellos, fueron a favor de la nueva presidenta 428.



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