viernes, 10 de noviembre de 2017

La paja en el ojo ajeno (Bélgica)


Artículo de Enrique Rodríguez


Las redes sociales y los medios de comunicación hacen que el mundo vaya muy deprisa, pero que muy deprisa. La difusión de un acontecimiento desde que se produce, hasta que se divulga a nivel mundial, es cuestión de minutos, sobre todo si el suceso es de cierto calado.

La imagen e información que se dé de los acontecimientos es clave para la percepción del lector, oyente o espectador. Es esencial que la información que se transmita sea autentica, imparcial y objetiva.

Los acontecimientos recientes ocurridos en Cataluña han dejado muchas imágenes e informaciones controvertidas, que no dejan un testimonio claro ni fidedigno de lo que aquí ocurre. Han pretendido dejar a España a los pies de los caballos: existen muchos intereses que pretenden embarullar y desconcertar a los receptores con una propaganda manipulada.

Estos hechos han ocasionado bastante expectación hacia lo que ocurre en nuestro país, y hoy por hoy, de lo que vaya ocurriendo en España y de cómo actúe el Estado español, puede depender el modelo territorial europeo en un futuro, y de otras partes del mundo.

Así es, aunque haya algunos que no se lo crean, porque aun piensen que no somos lo suficientemente importantes a nivel internacional.

Bélgica no debe de desorientar y confundir a la tolerancia con la falta de respeto a las leyes constitucionales y al pueblo español; Bélgica o algunos de sus representantes, no debería/an querer lucirse, aprovechando una situación vergonzante, y más con un socio que ha ayudado a conformar una unidad de respeto y de intercambios en una comunidad que quiere consolidarse a través del acatamiento de leyes comunitarias convenidas. Con esto no va a conseguir, si lo pretende, subir en la clasificación establecida de índices de democracia, donde se encuentra muy por debajo de España.

Los problemas internos que tengan en Bélgica, que desde su independencia efectiva en 1839 son muchos, los tienen que resolver ellos mismos, y no aprovechar ninguna ocasión oportunista para demostrarle a los demás que son los más garantistas o los más imparciales del mundo; y si no que se lo pregunten a los del Congo, al que convirtieron en un territorio privado desde la conferencia de Berlín de 1884, donde se repartieron África. Lean la historia de este territorio, durante la ocupación belga: la actuación durante un largo periodo de tiempo fue inmoral y bochornosa, además en una época donde ya se había instaurado hacía algún tiempo el asentamiento de la fe en el progreso, patrocinado por la ilustración.

A todos nos pueden dar lecciones, pero quien pretenda darlas que mire primero hacia atrás. Ya sabéis lo de la paja en el ojo ajeno.

Es hora de que nuestros políticos den la talla, es una gran oportunidad demostrar, ante las sociedades democráticas y las que no lo son, que España es una Nación que sabe defenderse de los que haciendo mal uso y abuso de la democracia, pretenden mediante la coacción, destruir la unidad de un país, utilizando artimañas alegales, con la intención de confundir, desorientar y equivocar al resto de países democráticos.

España ante una intentona de independentismo bajo un golpe de estado, debe de ser firme, muy firme; se deben de utilizar todos los mecanismos que sean necesarios y digo todos, bajo el amparo de las leyes para sancionar este tipo de delitos. No se puede dejar que esta batalla la ganen los independentistas por muchas estratagemas que utilicen. España es un Estado de derecho y no puede ser desmembrada por unos delincuentes.

Y otra cosa que no deberíamos de olvidar, es que no se puede apelar al diálogo para conformar un tipo de autonomía asimétrica o con privilegios con respecto a las demás. Esto viene a colación porque algunos parecen que no quieren aprender de los fracasos empíricos, donde se demuestra que algunas formas de ordenamiento territorial son un gran error.




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