sábado, 26 de mayo de 2018

Acabar con un régimen: pueden hasta los nonagenarios


Artículo de Rafa G. García de Cosío



La foto es de 2013. Paseaba tranquilamente por un centro comercial de Kuala Lumpur, una de las capitales de Malasia, y me encontré con un político importante del país, aunque en aquel momento vivía retirado de la política (exprimer ministro, 87 años). Se trataba de Mahatir Bin Mohamad. La última vez que había gobernado lo había hecho dentro del Barisan Nasional o ''frente nacional'' de Malasia, una coalición que había logrado perpetuarse en el poder desde principios de los 70.

Hace apenas dos semanas, Mahatir Bin Mohamad se alzaba a sus 92 años con la victoria sobre Najib Tun Razak, cuyo gobierno estaba inmerso en numerosos escándalos millonarios -con tentáculos que llegaban a joyas y hasta un cuadro de Leonardo di Caprio.

Como andaluz, me interesa mucho saber qué ocurre en ciertas partes del planeta, como Argentina, Malasia o Baden-Württemberg -regiones, en definitiva, con una tradición de movimientos políticos pegados con resina a los destinos del lugar- para que de vez en cuando nos sorprendan cambios ciertamente inesperados. ¿Qué hace que estas regiones sufran esa catarsis necesaria, y que Andalucía permanezca en su nada prometedora oscuridad? Seguimos esperando a Godot.




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