lunes, 26 de septiembre de 2016

El susanato se va a Madrid


Artículo de Antonio Barreda


“Los primus inter pares del PSOE ya llevan tiempo afectados por el síndrome de la nobleza levantisca”

“El mensaje del susanato es el mensaje de la nada, del populismo trianero, de la imagen de una dolorosa que habita en San Telmo”


Es el rumor desde hace meses. El susanato se va a Madrid a ajustar cuentas a Pedro Sánchez y a sus muchachos. Ya no espera más para asestar el golpe definitivo al sanchismo en el PSOE y mandarlo a los libros de historia. Los peones los tiene colocados desde hace meses preparando el terreno, afilando la guillotina y decorando el cesto donde pondrán la cabeza de Pedro. Los primus inter pares del PSOE ya llevan tiempo afectados por el síndrome de la nobleza levantisca. 

Los errores de Pedro se traducen en pérdida de poder del PSOE en su vertiente regional. Susana no le perdona que perdiera brillo su estrella tras las últimas elecciones generales donde el PP le ganó. Ella que llevaba tiempo practicando la palabra perdedor para decírselo a Moreno Bonilla en los parlamentos, en la calle y en la prensa. Pero Pedro frustró de un golpe sus planes. Primero con su pacto antinatura con C’s y luego cuando imploró el voto de un Iglesias subido en la tarima de los césares esperando el sorpasso.

Cansada del juego de perder siempre las generales y con Podemos echándoles el aliento en la nuca, se conjuró este peligro en Andalucía no gracias a ella, sino porque el mensaje de los de Pablo no termina de calar aquí, porque aún no se han dado cuenta que hay un régimen con un poder ilimitado de casi 40 años a través del Boja, de los presupuestos y de las Consejerías. Los esfuerzos de Teresa y su grupo no sumarán más diputados y concejales mientras no se den cuenta que en Andalucía su enemigo no es el PP, es el PSOE de aquí, el de toda la vida. Mientras no rompan los hilos de la tupida tela tejida en Andalucía la araña siempre los terminará devorando a todos.

Con eso juega ella aquí, sabedora de que las huestes de Pedro huelen a muerto desde las segundas generales. Y llevan cabalgando descabezados desde que hizo trampas para autoelegirse de candidato y asegurarse unos meses de nómina más antes de irse al paro. La sombra del susanato es larga, tan larga que se quitó de en medio a dos expresidentes, al todopoderoso Chaves y al triste de Griñán. Ahora le toca el turno a Pedro que pasará a la historia como el breve tras el paso del ciclón de Triana a la política nacional. Nunca antes alguien sin haber hecho nada llegó tan lejos en el PSOE.

El mensaje del susanato es el mensaje de la nada, del populismo trianero, de la imagen de una dolorosa que habita en San Telmo. La esposa del tieso, que desprecia a los trabajadores mileurista en Andalucía, tiene ya las llaves de Ferraz y no está dispuesta a esperar el desahucio para ocupar la secretaría general. Y tiene preparado hasta al consorte para ocupar la capital con todo Triana en las venas. El Ave está ya en Santa Justa esperando a la corte de Susana para llenar Ferraz de tiempos andaluces y tiempos de socialismo del sur.

El susanato tiene una cualidad, la espera –que no es ese pueblo de Cádiz– sino una forma de dejar caer a un secretario general. Las cuentas de muchos fallaron cuando el delfín Madina probó el néctar de la derrota y encumbraron a un Pedro que va por libre, que no rinde cuentas ante nadie y que defenestró a un secretario de Madrid sin inmutarse como aviso a los demás. Le da igual que los otros pierdan mientras él gane, le da igual que los otros se vayan mientras él gane, le da igual no tener comunidades ni ayuntamientos mientras él gane.

Los barones lo tienen claro. Este viene a liquidar los cien años de socialismo con tal de salvarse él solo, con tal de ser el primogénito, con tal de ser el segundo del parlamento. Y mientras él gobierne en Ferraz que cada palo aguante su vela, que cada noble aguante su escudo y defienda su castillo como pueda que él lo va a dejar solo, que él lo va a abandonar siempre a su suerte. En Galicia tomaron ya nota cuando metió mano en las listas y provocó un cisma. Entonces los nobles decidieron deponer a Pedro y nombrar heredero. Recordaron el pacto de los toros de Guisando cuando miraron al Sur, cuando Susana se ofreció a liderar la revuelta, a salvarlos del sanchismo a todos.

Pero no saben que el susanato también va por libre, que el espíritu de Triana llegará a Madrid sin haber hecho nada, que solo es una imagen creada por la prensa adicta del Sur. Y entonces se darán cuanta que Susana es pura efigie en piedra.


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