domingo, 6 de noviembre de 2016

La curiosidad de la prensa neozelandesa


Artículo de Rafa G. García de Cosío


Estos días he desempolvado, entre algunos papeles de 2012, un periódico de agosto de aquel año que me traje como recuerdo de mi estancia en Nueva Zelanda. Se trata del New Zealand Herald, el diario más importante del país, y, mientras lo hojeaba, he caído en un detalle del que ya me percaté entonces, cuando vivía en Auckland. El periódico traía un gráfico con los detalles de una votación del pleno del parlamento kiwi sobre la nueva ley que actualizaría la edad de venta de alcohol en el país oceánico.

En el gráfico, se observa la información de que 68 MP (members of Parliament o diputados), la mayoría, se decantó por mantener la edad a los 18, mientras que 53 representantes votaron subirla a 20. Me dirán ustedes que esto también lo hacen los medios españoles, y, aunque los periódicos no son muy dados a este tipo de información tan detallada, es verdad que estamos acostumbrados a ver el panelito de luces rojas y verdes con la posición de voto de cada partido político en el Parlamento.

Pero aquí radica la gran diferencia entre España y Nueva Zelanda. En Nueva Zelanda, que imita el sistema electoral y parlamentario británico, son los diputados de distrito, y no los partidos políticos, los que deciden libremente el sentido de su voto. Así, puede observarse en el gráfico que aunque todos los diputados ecologistas a excepción de Kennedy Graham votaron por mantener la edad a los 18, los dos grandes partidos nacionales - El Partido Nacional y el Partido Laborista- fueron objeto de importantes divergencias en la votación. Por no decir que quedaron, ambos, completamemte divididos. Y cómo es que nadie se rasga las vestiduras, y nadie monta un pollo como el que pasea sin cabeza en estos momentos en nuestro PSOE a cuenta de la investidura de Rajoy? Muy simple: porque en Nueva Zelanda no existe eso de la disciplina de voto. Existe el representante de distrito, que no se debe al partido, sino a sus votantes.

Ya puede Kennedy Graham haber quedado marginado en la cámara, que él puede volver tranquilamente a su pueblo y decir: no os he defraudado, además de verde sigo pensando que lo mejor para nuestros hijos es que puedan adquirir alcohol a partir de los 20. Esto implica, automáticamente, más democracia. Y sobre todo, más dinamismo en la sociedad. Pues, y ya he explicado esto varias veces en este periódico, muchas veces las ideologías nublan a los partidos a la hora de ser pragmáticos. Con un sistema parlamentario como el neozelandés, les puedo asegurar que Pedro Sánchez habría desaparecido mucho antes del mapa político español, pues, si bien es cierto que muchos votantes socialistas están contrariados con una nueva legislatura de Rajoy, no es difícil pensar que el representante en cuestión de cada distrito se habría paseado por su circunscripción para explicar a su gente que, votar constantemente no llevaría al bloqueo y a la obvia reacción de los conservadores a sumar apoyos. O es que los cinco diputados que perdió el PSOE de Sánchez el 26J están muy contentos?

Podríamos poner miles de casos más. Esta semana tenemos el sonado escándalo de Ramón Espinar, que hizo malabarismos para justificar la especulación con su vivienda de protección oficial. Se creen ustedes de verdad que una persona cuyo padre fue acusado de usar una tarjeta 'black' de Caja Madrid habría ganado con facilidad las elecciones de una circunscripción electoral? Que no habría sido creído sospechoso por la población? Y, lo más importante, que seguiría en su cargo de senador y diputado en Cortes, sin volver a pasar jamás por su distrito?

La prensa neozelandesa es buena porque su sistema político es bueno. Pero seguro que es otra de las miles de cosas que jamás imitaremos del extranjero.


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