lunes, 27 de marzo de 2017

La democracia está herida en el Parlamento de Andalucía

Artículo de Antonio Barreda



Los votos del PSOE y de Ciudadanos el pasado jueves impidieron que Luis Escribano hablara en el Parlamento, rechazando que los andaluces conozcamos la verdad

El hecho de que se le impida la palabra a Luis es impedírsela a todos los ciudadanos andaluces

Marín era el concejal de empleo de Sanlúcar de Barrameda, la ciudad con más paro de toda España con un 49,6 % y con la tasa de pobreza más alta de todo el país con un 40 % cuando llegó al Parlamento de Andalucía


La democracia está herida en el Parlamento de Andalucía. Los votos del PSOE y de Ciudadanos el pasado jueves impidieron que Luis Escribano hablara en el Parlamento para explicar lo que estaba pasando en el Servicio de Cooperación Económica de la Consejería de Presidencia y Administración Local. Los ciudadanos como yo tenemos derecho a saber, tenemos derecho a estar informados de todo lo que ocurre en la Junta de Andalucía, y más si es con dinero público. Y si ese derecho no se ejerce, como viene ocurriendo en Andalucía, nos acerca cada vez más a una democracia que se desangra por esa herida. El Parlamento representa a los ciudadanos, representa la voluntad popular, pero los diputados no entienden estos conceptos. La voluntad popular no son los intereses de un partido, son los intereses del conjunto de los andaluces. 

Por eso el “caso Luis Escribano” era tan importante para la sociedad andaluza. Un funcionario pedía hablar en el Parlamento sobre la gestión de la Junta de Andalucía. Iba con toda la transparencia que le avalaban años de gestión al frente de ese Servicio de Cooperación, incluso fue felicitado por Antonio Maíllo cuando IU ostentaba esa dirección general. El hecho de que se le impida la palabra a Luis es impedírsela a todos los ciudadanos andaluces, es silenciar a un pueblo, es amputar derechos y libertades a todos y cada uno de los andaluces. Y el silencio mata la democracia. Este silencio nos acerca, irremisiblemente, a todas las democracias heridas que hay en el tercer mundo.

El Parlamento con los votos de PSOE y Ciudadanos rechazó que los andaluces conozcamos la verdad, que sepamos, que tengamos derecho a saber. Con sus votos contrarios, Ciudadanos se está convirtiendo en una peligrosa rémora del PSOE en Andalucía, en una mala copia del PA cuando mantenía la fachada de un régimen que se caía a pedazos. Ciudadanos está contribuyendo a oscurecer una democracia que nunca ha sido transparente en Andalucía. Y lo está consiguiendo dándole la espalda a los ciudadanos, a sus votantes y a la democracia andaluza. Esa huida hacia adelante sin contar con los ciudadanos (los de verdad) secuestra definitivamente la voluntad popular que ellos dicen defender y representar.

Además, como ya se ha publicado, Luis Escribano fue uno de los componentes de una reunión celebrada al principio de esta legislatura -en el mes de junio y en su sede- entre Ciudadanos y un grupo de funcionarios y periodistas, a requerimiento del partido naranja, en la que se analizó durante horas la situación política andaluza, y se aportaron datos, pruebas y evidencias sobre la manera de gobernar que tiene el PSOE en Andalucía. A aquella reunión asistieron tres diputados de Ciudadanos: Irene Rivera, Marta Bosquet y Carlos Hernández White. Tomaron muchísimas notas y hasta hubo foto final del acto.

Ahora, en la vorágine del poder parlamentario, ya no les interesa saber ni conocer la realidad andaluza, el magnetismo del poder y del escaño ya les ha contagiado a todos con la soberbia del diputado. Algo que es todo lo contrario a lo que dijo su Albert Rivera al clausurar su congreso “Los liberales han vuelto para gobernar España”, apelando, además, a la semilla de la Constitución de 1812. Palabras que refrendó el pasado 17 de marzo en el Palacio de Congresos de Cádiz cuando reivindicó a su partido como “los herederos de la Constitución de Cádiz”, como “los liberales de Cádiz que han vuelto para gobernar España” y para “librar la batalla a los nacionalismos y a los populismos”. Planteando así el conflictivo y belicoso siglo XIX de España como una especie de periodo glorioso, olvidándose de todos y cada uno de los defectos, problemas y guerras (golpes de estado incluidos y hasta repúblicas) que trajeron los liberales en el siglo XIX.

El único parecido, querido Albert, es que en aquellas fechas se libraba una guerra contra el conquistador francés, y las Cortes de Cádiz trajeron la Pepa un 19 de marzo entre cañonazos de los gabachos del general Víctor. Lo que querían aquellos diputados era acabar con el Antiguo Régimen, algo que curiosamente ya habían hecho los franceses con algo que empezó el 14 de julio de 1789. Pero Ciudadanos en Andalucía no lucha contra el Antiguo Régimen del PSOE que ha gobernado desde la llegada de la Democracia, sino que lo apuntala, da oxígeno y se convierte en su cómplice. Y ese es el lugar exacto que te corresponde en Andalucía. La historia no te absolverá, no Albert.

Lo que cada vez parece más claro es que el experimento andaluz va a ser exportado a Madrid una vez el Susanato de asiente sobre el trono del PSOE nacional. Un experimento que nació en Sanlúcar de Barrameda a la orilla de un Guadalquivir moribundo y se transportó a Sevilla. Esa complicidad es la misma que ya se ve en el Parlamento de Andalucía. Es la misma que va en el AVE y llega hasta Madrid, y es la misma que ronda ya por los jardines de La Moncloa. Pero están apoyando a la maestra de la nada, al principio de Peter institucionalizado. Nunca alguien sin haber hecho nada va a llegar tan lejos en España. Y eso es lo que apoyas, Albert.

Ahora toca recordar, Juan Marín, cuando fuiste concejal en Sanlúcar de Barrameda, donde llegaste a ser teniente de alcalde y Concejal Delegado de Formación y Promoción de Empleo, Fomento de Empresas y Comercio. En el mismo mes que encabezabas la candidatura para el Parlamento de Andalucía de 2015 el INE destacaba que Sanlúcar de Barrameda era la ciudad con más paro de toda España con un 49,6 %. Y no solo eso, sino que también era el municipio español de más de 50.000 habitantes con la tasa más alta de población en riesgo de pobreza, concretamente el 40 %, según el estudio “La pobreza en España pueblo a pueblo” realizado por la consultora AIS Group tomando datos del INE. Y esta es tu herencia de gestión como concejal de Empleo en Sanlúcar para colarte en el Parlamento de Andalucía.

Con estos datos alguien debería decirle a Albert que a lo mejor se ha equivocado de hombre en Andalucía, que una cosa es cuando se gestiona y otra cuando se apoya o se está en la oposición. Pero que el responsable de empleo del pueblo con la tasa de paro y de pobreza más alta de toda España sea ejemplo de su partido, de consenso o hasta de parlamentario es para nota, y para nota alta. Para una medalla de esas de Andalucía que luego publica el BOJA.

Porque lo que a Marín le interesa de verdad es apoyar al Susanato, apoyarlo y apuntalarlo a muerte más allá de Despeñaperros, darle vida a ese pacto que nació en Sanlúcar de Barrameda, que continuó en Sevilla y que debe llegar a Madrid. Por eso hay que silenciar a toda la sociedad civil, callarlos a todos. Solo llamaremos a nuestros socios de gobierno desde el rango de Director General. Los ciudadanos ya tienen bastante con que les gobernemos, no tienen que saber, no deben saber, no tienen ningún derecho a saber, porque los ciudadanos somos nosotros en los escaños.  Pero olvidas también a estas alturas que una cosa son las encuestas y otra las urnas, Marín. Y a lo mejor te descabalgas en la próxima legislatura. 

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