domingo, 30 de abril de 2017

Los gamberros se aburren

Artículo de Luis Marín Sicilia



El líder supremo se inventó una moción de censura con la única finalidad de salir otra vez en los telediarios, rodeado de su fiel "nomenclatura", tan imberbe de ideas como sobrado de ego

Al afectar la corrupción a todos los grupos, en proporción al poder que ostentan, el ‘y tú más’ enfanga la actividad pública y distrae a los gestores de su principal obligación, que es trabajar por el interés general


Solamente en una situación de desconcierto general y de crisis de valores puede un país dar protagonismo a quienes, con ínfulas de demócratas de nuevo cuño, se entregan al desenfreno en las obras y al improperio en la palabra, protagonizando actos groseros e inciviles. Los gamberros añaden a la ligereza e insustancialidad que define a los frívolos la aparatosidad propia de quien, sin ideas profundas, pretende llamar la atención.Tras entretenerse una semana paseando con su novia y adláteres en un autobús con rostros grafiteros de diversos personajes, haciendo de guía para "relatar" la inmensidad de eso que llaman "trama", el líder supremo se inventó una moción de censura con la única finalidad de salir otra vez en los telediarios, rodeado de su fiel "nomenclatura", tan imberbe de ideas como sobrado de ego.

En realidad estos personajes no pretenden censurar al Gobierno. Lo que quieren es dejar en evidencia al PSOE, por no secundar una iniciativa que saque a Rajoy de La Moncloa, apostando implícitamente por su "holligan" Sánchez en el proceso de primarias socialistas. Eso sí, como trabajar, lo que se dice trabajar, les gusta poco, ni han indicado cuál es su programa de Gobierno alternativo, ni el candidato que lo lleve a cabo, ni la fecha del debate ni los apoyos necesarios para que prospere. Dan la rueda de prensa, dicen cuatro vulgaridades y citan a los sindicatos y "otras fuerzas sociales" en el Congreso para explicarle la milonga, mientras ocupan los medios que es lo único que buscan: que hablen de uno aunque sea mal. Y en eso estamos.

Como es sabido, los gamberros no trabajan; lo suyo es molestar. Y como ya se le ha visto el plumero, la nueva pantomima de Iglesias ha recibido el rechazo unánime del marco parlamentario, que es quien vota la investidura. Nadie les ha hecho caso, salvo los que prometen su apoyo si permite el referéndum disolvente de la nación española. Y es que vivir solo para buscar golpes de efecto, fanfarroneando como si España dependiera del momento en que a Iglesias se le ocurra -como a un "chiquilicuatre" cualquiera- comparecer ante un micrófono, llega a resultar tan anodino que terminaremos asistiendo a sus comparecencias con la misma intención "trascendente" de aquel programa infantil titulado "Había una vez un circo..."

Mientras los amigos de Maduro se entretienen sin trabajar (¿han presentado algún proyecto de mejora de los españoles en las Cortes Generales?) la gente sensata se pregunta si, de verdad, alguien piensa que una España liderada por este "fenómeno", con el apoyo de los "inefables" Sánchez y Garzón, conseguiría estabilidad política, progreso económico y paz social donde las pensiones, la sanidad, la educación y el propio concepto de España estarían garantizados. ¿De verdad que hay alguien que crea en ello? Porque la duda más razonable sería si tardarían menos que los "chavistas" venezolanos en arruinar al país, a la vista de que aquí no tenemos petróleo.

Los procesos populistas de democracia directa suelen infectar a la propia democracia. La primera vuelta de las elecciones francesas ha acreditado que las primarias son presas de un apetito insaciable de las militancias partidarias, las cuales suelen elegir a los candidatos más radicalizados, ignorando que el ciudadano medio occidental no está ideologizado y deposita su confianza en quienes ocupen los espacios políticos moderados.

Los vencedores de las primarias son habitualmente derrotados en las consultas ciudadanas, y Gran Bretaña y Francia son los últimos ejemplos de ello. Lo que acredita que, al final, esa obsesión por apelar a una democracia directa de las bases afecta a la propia organización que termina dándose un tiro en el pie y pierde respaldo popular. Como dijo Macron, el vencedor de la primera vuelta francesa, "las primarias son una máquina de matar ideas y un obstáculo que impide gobernar".

Hacer política aprovechando cualquier escándalo de corrupción, que los hay y desgraciadamente son muchos, es un arma de doble filo. Primero, porque son los jueces, y no la prensa, los que deben sentenciar sobre la comisión o no de un delito. Y segundo, al afectar la corrupción a todos los grupos, en proporción al poder que ostentan, el "y tú más" enfanga la actividad pública y distrae a los gestores de su principal obligación, que es trabajar por el interés general.

Mientras muchos políticos, desgraciadamente, se entregan al vituperio del adversario, los españolitos de a pie siguen a lo suyo: a trabajar, habiendo conseguido superar en el primer trimestre de este año el PIB correspondiente del 2008, lo que implica que ya se está produciendo más riqueza que antes del comienzo de la crisis. Ahora hay que lograr que esa mayor riqueza fluya a toda la ciudadanía, con aumentos de retribuciones y ayudas de todo tipo.

A eso se dedica el español medio; a trabajar. Los demás, que no sirven para otra cosa, que sigan con el circo… pero que no quieran tomarnos el pelo.


CODA.- El independentismo catalán sigue avanzando en su despeñadera total: tras los últimos reveses de la UE, Inglaterra, EEUU y Marruecos, han conseguido, por fin, que Maduro, "estelada" en mano, diga que apoyaría la independencia de Cataluña desde el primer segundo. ¡Buen futuro y magníficos amigos para los catalanes! Enhorabuena, genios. Sois unos "monstruos".


http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Luis%20Mar%C3%ADn%20Sicilia

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