lunes, 4 de marzo de 2019

La Asociación Justicia por la Sanidad celebra su segunda asamblea


Artículo de Antonio Barreda



El próximo 16 de marzo la Asociación Justicia por la Sanidad celebrará su segunda asamblea anual. Muchos socios que van a acudir recibirán de primera mano información sobre los acontecimientos que han ocurrido durante el último año. La Asociación cada vez es más fuerte y tiene más fuerza, como también más socios. Mantiene una robustez inquebrantable gracias a estos últimos. Sin ellos esta aventura sería imposible.  Ellos son el corazón de todo este proyecto.

Han pasado cosas desde la anterior asamblea. La primera todos los procesos judiciales que han abierto contra su presidente, Jesús Candel, por su activismo social en redes y por sus videos donde denunciaba la situación de la sanidad en Andalucía. Una campaña contra él basada en supuestos insultos que han tenido eco en el mundo judicial. El estamento político lo consideró, desde el primer minuto, como el “enemigo del pueblo” que deber ser silenciado y derrotado.

El segundo frente que le abrieron fue los expedientes abiertos en el Servicio Andaluz de Salud por los videos que grababa en el hospital, en un intento, a nuestro juicio, de coartar su libertad de expresión puesto que estaba denunciando en los mismos la situación de la sanidad en Andalucía y los problemas que la fusión hospitalaria traía a la población de Granada.

El tercer frente que le abrieron fue en el Colegio de Médicos de Granada donde se le abrieron expedientes que siguen un exagerado lentísimo curso, uno de ellos está ya en fase de recurso en los juzgados de lo contencioso-administrativo. Unos expedientes que intentan convertir al colegio de médicos en una especie de tribunal de honor, expresamente prohibidos por la constitución española.

Pero eso no detuvo ni a la Asociación ni a su presidente. El pasado 10 de junio se celebró una de las mayores manifestaciones de los últimos años en Sevilla, en defensa de la sanidad pública, que empezó a crear conciencia entre los andaluces de que no solo estaba ya en juego la sanidad pública en Andalucía, sino que estaba en juego ahora el propio gobierno de la Junta de Andalucía de la que Susana Díaz era la presidenta.

A finales del mes de octubre la Asociación convocó, mediante rueda de prensa, una manifestación para el pasado 1 de diciembre, bajo el lema contra la corrupción sanitaria, política y judicial, y que sería, en palabras de su presidente, “un día para reflexionar y despertar conciencias”. Una manifestación que se pretendía hacer en la jornada de reflexión electoral, pero sin entrar en ella, es decir, sin pedir ni influenciar en el voto. Tan solo sería un paseo pacífico por las calles de Sevilla sin lemas ni pancartas. Manifestación que fue prohibida por la Delegación del Gobierno en Andalucía. Decisión que fue recurrida.

Luego vino un cambio de gobierno en la Junta de Andalucía. El PSOE de Andalucía cayó en las urnas, a pesar de ser el partido más votado, mandando a Susana Díaz a la bancada de la oposición. La movilización de la calle en Andalucía llevaba muerta, sindical y políticamente, muchos años, y a esta movilización respondía Susana Díaz con el desprecio más absoluto y ejerciendo todo el poder que podía ejercer contra ella, soltando a los medios adictos al régimen contra ellos, en especial contra Spiriman.

La lucha emprendida por Jesús Candel y la Asociacción Justicia por la Sanidad contra las políticas sanitarias de la Junta de Andalucía presidida por Susana Díaz le ha hizo perder nada menos que ¡14 diputados! Es innegable, a estas alturas, que las manifestaciones y movilizaciones promovidas por Spiriman, que han movilizado a cientos de miles de ciudadanos en la calle y en las redes, han tenido un coste político brutal para el PSOE de Susana Díaz. Algo que aun no han digerido desde el Partido Socialista que está en estado de schock en el parlamento y en la calle.

Luego vendría la última gran manifestación convocada por Justicia por la Sanidad el pasado 20 de enero en Sevilla. Donde se protestaba contra la corrupción sanitaria, política y judicial en Andalucía. Una manifestación que se convirtió en una demanda al nuevo gobierno andaluz sobre la corrupción que atañe a la sociedad andaluza. Un gobierno regional que prometió auditorías de infarto y regeneración y transparencia democrática, pero que de momento todo son palabras y más palabras.

Ahora con el nuevo gobierno en la Junta de Andalucía parece que poco o nada cambia. Ahora vendrán con el cuento de la herencia recibida para seguir metiendo las tijeras a todo el sistema sanitario público. Parece que la política sanitaria de las nuevas autoridades es la lamentación, pero aun no hay una sola propuesta seria sobre la mesa, y todo porque el resultado de las elecciones no esperaba nadie que cambiara el gobierno en Andalucía, y se dedicaron a sacar pecho como aquello de los 600.000 puestos de trabajo que prometió Moreno Bonilla.



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