lunes, 17 de agosto de 2015

Desobediencia

Artículo de Carolina Rodríguez-Cariño


Los sucesos se mueven en diferentes direcciones a una velocidad vertiginosa, en esta España preciosa, llena de gente que busca día sí y otro también conquistar sus sueños, y donde paralelamente ocurren hechos de corrupción que nos asombran, no por ellos, sino por la impunidad con que se suceden.

En “mi Cataluña” en particular se dan como un periplo atropellado, algo que viene pasando desde hace unos TREINTA Y CINCO AÑOS, llenos de mentiras, corrupción, "discriminación en positivo". Cada paso premeditado y planificado. Tres generaciones adoctrinadas en este espacio de tiempo. Entre tanto muchos de los ciudadanos son silenciados y amenazados.

Sus actores siguen allí, veraneando a sus anchas, mientras, el ciudadano de a pie puede ser llevado a la cárcel por 1000 euros robados de forma torpe en una entidad bancaria. El mundo de lo absurdo.

Se llama a la desobediencia, a no reconocer las leyes, a disolver la soberanía, que en teoría reside en el pueblo español. Se realizan actos ostentosos, a la luz de todos, con el dinero de todos. Se llama a la desobediencia desde hace años, al inicio apenas audible, y ahora como una tromba sin importar qué, cómo y a quienes se llevan por delante.

Usando el poder descaradamente, como tentáculos han invadido cada uno de sus espacios, como un cáncer se han diseminado en cada una de las áreas de esta sociedad. Se amenaza a quienes defienden la legalidad, a quienes portan a España como bandera.

Se llama a la desobediencia, y creo recordar que según la Constitución “eso” puede ser un delito, que ha sido público y confeso en diferentes ocasiones. Entonces me pregunto, ¿quién debería actuar? y ¿quién asumiría el coste político?

Muchos desde Cataluña y otras partes de España repetimos casi a diario que esperamos se aplique la ley, sí, porque la Democracia con mayúsculas no sería tal sin el imperio de la ley.

En menos de un mes será 11 de septiembre, como un bucle se repiten hechos de forma vergonzosa. Se “celebra” una herida que ha sido enseñada como si a partir de allí Cataluña hubiese cambiado de ser una región, que como tal no existía, para ser una falsa-colonia por 300 años. El dinero de todos se ha “invertido” en una causa llena de impunidad, mientras los problemas siguen y crecen exponencialmente.

Tenemos en el recuerdo reciente las palabras que desde el Gobierno Central llegaron a todos quienes vivimos en esta tierra, “el 9N no se celebrará ningún referéndum”.

Recuerdo con profunda tristeza cómo ese día las redes sociales se llenaban de mensajes escritos por españoles de diferentes áreas donde mostraban su vergüenza, ante unos hechos que se daban en una región de su patria. El 9 de Noviembre de 2014 se llevó a efecto, al menos para una parte de la población, un referéndum contra España, contra las leyes establecidas, desafiantemente se plantaba el Presidente de la Generalidad ante las cámaras haciéndose responsable de cuanto ocurría. Sí, sabemos que era a todas luces ilegal. Pero el desafío ocurrió, y también se empleó un dinero público para ello.

Las ciudades se llenaron de invitaciones a votar, las fachadas de edificios emblemáticos se cubrieron con “sábanas” amarillas. Ese color inundaba estaciones de metro, paradas de autobuses, hasta los postes de luz.

Cada uno de nosotros, quienes vivimos en Cataluña, recibimos sendas invitaciones con las instrucciones para ir al mencionado referéndum. Fueron enviadas a nuestros domicilios con nuestro nombre y apellidos violando la Ley de Protección de Datos (Ley Orgánica 15/1999). El documento tiene más de 8 colores y con folios de alta calidad. A pesar de las denuncias realizadas por varios ciudadanos, nada se hizo en su favor.   

Se repite el desafío. El 27 de septiembre se habrá de celebrar unas elecciones, que por escrito y legalmente son para elegir al Parlamento de Cataluña. Pero desde la Generalidad y sus diferentes entes creados para ello (ANC, Omnium, y ahora ACM, apoyada por el apéndice del PSOE, el PSC), se llama a unas elecciones de carácter plebiscitario y constituyente. En ello se ha venido trabajando y promocionando, repito, con el dinero de todos. 

Hace un año escribí: “nos preparamos para fechas importantes, el 12 de octubre, cuando salimos trajeados con la Rojigualda, en algo más que una acción en pro de España, es un acto de valentía en el centro neurálgico de Barcelona, Plaza Cataluña...cada vez somos más quienes a pesar del miedo, actuamos, sabemos que estamos solos en esto, y lo asumimos…Que no se dude un momento, los ciudadanos desde aquí, en Cataluña seguimos actuando.” Y eso haremos el 27 S, seguiremos apegados a la Constitución y las Leyes, sólo esperamos que desde los entes gubernamentales, quienes deben velar por su cumplimiento también lo hagan, con todas sus consecuencias.



http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Carolina%20Rodr%C3%ADguez-Cari%C3%B1o

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