lunes, 3 de agosto de 2015

Pujol, la portera

Artículo de Sergio Calle Llorens


Pujol ha terminado alquilando la portería de un lujoso edificio situado en la zona alta de Barcelona. La ciudad donde, dicen, beber de las fuentes de Canaletas te hace más sabio, solo que al “Molt Honorable” esas aguas lo convirtieron en un hombre mucho más tacaño. Don Jordi ha cambiado su despacho en la diagonal por un modesto habitáculo para traducir un libro del alemán que versa sobre el honor, de la mafia, supongo, que cobraba el 3 por ciento.
 
Olvidado por todos, el otrora presidente de la Generalidad se ha metido a portera. Esa profesión que practicaron, y durante décadas, miles de andaluzas de la emigración. Mujeres cuyos hijos molestaban tanto a Marta Ferrusola. Un hecho que constituye un acto de justicia poética para todos aquellos que han sido vejados por el nacionalismo catalán que está basado en el odio a España.

Portera porque no puede salir a la calle sin que lo increpen. Bedel ya que no hay nadie que se crea lo de la herencia del abuelo Florenci. Para Artur Mas es un incordio y para Convergencia un obstáculo en su lucha por no perecer en la cancha electoral

Hoy, el que fuera español del año según ABC, ama tanto su soledad que algunas veces desea no tener sombra para que no le acompañe a todas partes. Y es que ni de ella se fía ya. El hombre pequeño ha ido menguando tanto que en las nubes, en los bosques, en las rocas de las montañas que tanto gustaba subir con sus vástagos-hoy casi todos inculpados por corrupción- oye palabras que hablan de que es un apestado.

Imaginarlo allí en la soledad de la portería liado con la traducción del libro mientras mira al teléfono de reojo, ese aparato que no suena casi nunca, nos debe hacer reflexionar sobre el hecho cierto de que ha creado un delirio separatista que siempre, por los siglos de los siglos, estará unido a las corruptelas que llevan su apellido. Ahora que las hojas del calendario pasan más deprisa y que teme, porque la historia va a ser implacable, la cercanía de la parca, comienza a tener la certeza de que lo enterrarán con prisa pero sin pausa con el siguiente epitafio; tu mujer y tus hijos convergentes no te olvidan pero hacen lo imposible por hacerlo.

La portera no dejará nada más que odio, divisiones, prevaricación y la más absoluta de las ruinas. Incluso su obra magna; el catalanismo, gracias también a él por elegir como sucesor al hombre más gafe en la historia del mundo, no hace falta que vuelva a escribir su nombre, está herido de muerte. Dicho de otro modo; para paliar sus complejos crió muchos cerdos y, luego, éstos en agradecimiento se lo han terminado comiendo.

Pujol es una portera insomne carcomida por los nervios cuya obra política importa tanto como la vida amorosa del somormujo. Presiente que el telón está a punto de bajar por completo y, pese a todos sus esfuerzos para manipular la historia, el final feliz no ha llegado y en su pasaporte, como en el de sus descendientes seguirá poniendo en el apartado de nacionalidad; ESPAÑOLA. Y en el de profesión; portera. Viendo al enemigo postrado, tan solo me queda volver a gritar como cuando entramos marchando junto a Felipe V en Barcelona aquel glorioso 11 de septiembre de 1714; “Visca el Rei i respecte a la llei”.



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4 comentarios:

  1. Muy buen artículo,lo lamentable de toda esta historia canalla, es que las tropelías cometidas,van camino de quedar en la impunidad, a no ser por el rechazo social que provoca, porqué barrunto que es tal la magnitud del daño causado por el "padrino", que es como ponerle puertas al campo, a que se haga justicia terrenal:los presuntos daños morales, daño de lesa patria, económicos, humanos, familiares,(la hermana), de lealtad, fiscal,entramado corrupto etc.,en que código penal cabe todo eso??

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    1. Todo se reduce a dos asuntos; El respeto por la ley y la vuelta de las instituciones del Estado a Cataluña que han delegado por estupidez o por complejo. Y todo con la recuperación de la competencia de educación que cedieron los socialistas a las regiones. Pujol debería estar ya en la cárcel pero me temo que nunca lo veremos preso. En cuanto a su delfín ha resultado ser un chanquete que se va a ahogar en la orilla. Saludos

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