lunes, 2 de mayo de 2016

Cajas de la ruina


Artículo de Cornelia Cinna Minor


En la cola de lo bueno y en la cabeza de lo malo 

Mi visión simplista y resolutiva de la vida hace que todo lo que nos ocurre me produzca una impotencia y una indignación sin límites; pero más, el pufo silente de las Cajas de ahorros de-sa-pa-re-ci-das, que entre otros engaños y pantallas del 2008-2012, nos cueste casi 3.000 euros por barba. No obstante, intentaré reducirlo al máximo y, como siempre, en lenguaje llano, las Cajas eran el reflejo puro de la política que vivimos: envidias, políticos locales medrando a otros puestos, pactos para que no salgan otros, intereses de élites, el ladrillo chantajeando, etc. Seguimos en quiebra política y económica -pero más, en Andalucía, en la cola de lo bueno y en la cabeza de lo malo-.

Cosas extrañas andaluzas 

No se encuentran artículos genéricos, en prensa, sobre las Cajas andaluzas. Curioso. La opacidad, el ocultismo, el silencio periodístico, la confusión entre bancos y cajas, y los miles de millones de euros que se perdieron o no se saben dónde están, son cuestiones dignas de una reflexión en este sitio -obviamente, en lo que respecta a Andalucía-.

En España, y por ende, en Andalucía, no ha habido rescate de bancos, como nos han dicho, sino de Cajas de ahorro. No a ninguna banca pública más, no a más corruptos y que vayan a la cárcel los responsables de los consejos de administración de las Cajas públicas.


Las Cajas de ahorro andaluzas = banca pública



Creados por religiosos, en sus comienzos, para evitar la usura de los bancos, los montes de piedad, que datan del siglo XVIII, al empezar a cobrar intereses, dieron lugar a  las cajas de ahorro en el XIX, de tal manera y forma que casi había una por provincia, duplicándose en el XX.



En los años 90 hubo un boom de fusiones que dieron lugar a: El Monte, Caja Granada, Unicaja, Caja San Fernando, CajaSur. Fue en esta época cuando empezaron a infiltrase los partidos en los consejos de administración y asambleas, y más tarde, los sindicatos.



A comienzos de este siglo XXI y antes de la crisis, contaban con casi el 60 % de los depósitos y casi el 50 % de los créditos concentrándose en: Cajasol, Unicaja, CajaSur, Caja Granada, Caja Jaén y varias cajas rurales que han pervivido por estar libres del ladrillo.



Actualmente no hay ninguna. El fondo del rescate sólo se aplicaba en caso de rescate o fusión -nacionalmente con 9.674 millones de euros públicos-, pero todas han trincado de nuestro dinero: CajaSur fue rescatada y las demás se fusionaron. En 2011, Unicaja (fue el nombre comercial del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda, Cádiz, Almería, Málaga, Antequera y Jaén) se convirtió en banco, como Unicaja Banco, que en 2014 acabó comprando a Banco CEISS (Banco de Caja España de Inversiones, Salamanca y Soria), convirtiéndola en filial. Con sede en Málaga, Unicaja Banco tiene de presidente a Braulio Medel, imputado en los ERE por haber estado durante ocho años en el consejo rector de la Agencia IDEA/IFA -Magdalena Álvarez, la de la idea de la caja única andaluza, fue alumna de Medel, su director de tesis, y vieja amiga -, y hoy día salpicado por el caso Ausbanc. ¿Hay otro banquero/cajero en los ERE? Sí, el antiguo director de El Monte, Bueno Lindón. Ambos han sido cargos en los gobiernos socialistas.

No hay que olvidar a Pulidator, director de la Fundación Cajasol y amiguísimo de Susánida, fue codirector de Banka Cívica y jefe de gabinete de Antonio Pascual, consejero de educación, e imputado en varios procesos. Este señor vendió 617 millones en preferentes.

La idea era hacerse con el control financiero andaluz con la caja única andaluza -y los arriba mencionados como jefes- por si ganaban los malos malísimos las elecciones, según Pedro de Tena: poder político frente a poder financiero.


¿Qué demonios ha pasado?
 

Altos índices de morosidad, nulo control de riesgos, financiación de obras públicas y créditos a deudas de la Junta, un Banco de España sordomudo, objetivos electorales de vender humo y/o endeudarnos hasta las cejas, el amiguismo, sueldos y jubilaciones demenciales y sus subidas, prebendas esquizofrénicas, venta de preferentes con cientos de denuncias y +de 46.000 afectados, el clientelismo, condonaciones de créditos a partidos, inversiones desproporcionadas en ladrillos miles, falta de solvencia, apoyo a las élites provinciales, una locura en la gestión y la masiva politización.

¿Y los mecanismos de controles internos? Por lo visto, fallaron como en la Junta. Nadie sabe nada, ni vio nada, ni se enteró de nada.

De ahí los rescates como CajaSur, por no ponerse de acuerdo los sindicatos, con una ulterior profesionalización de sus gestores. Por eso se han ido reduciendo y fusionando, por la presunta mala gestión de los políticos y sindicatos, que estamos pagando todos.Y los tipos y tipas mirando para otro lado como si con ellos no fuera -la Cortés-no-quita-lo-cobarde estaba en la asamblea (mecanismo de control) de CajaSur-. Y los famelis y floridos, diciendo que el dinero público se dedicaba para salvar a los bancos. Lo que no decían era que ellos mismos estaban en los consejos y asambleas del presunto robo -los malos malísimos callaron, pero igual de culpables-. Habría que investigar los créditos otorgados y a quiénes. Nos íbamos a llevar muchas sorpresas. 

Muchas donaciones, herencias altruistas, cientos de años de gente trabajando, la labor de muchas asociaciones de todo tipo y una idea que era muy buena se la han cargado en diez años, unos sinvergüenzas sin escrúpulos y personas que se dejaban llevar por no quiero decir qué. Ha sido una canallada para la ciudadanía andaluza y nacional. 

Coda: ¿hubo réplica en nuestras cajas de ahorro de la Banda de los 86 Tarjeteros Negros?




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