Artículo de José Luis Roldán (Max Estrella)
Quienes vivieron
la transición recordaran que los más reacios al cambio entre los franquistas
fueron bautizados –con justicia- como inmovilistas. Así, se hablaba entonces
–con justo rigor, pues el DRAE define el inmovilismo como la tendencia a
mantener sin cambios una situación política, social, económica o
ideológica- del inmovilismo como uno de
los grandes obstáculos para la democratización del país.
Para no
contradecir a Marx, que afirmó que la Historia se repite primero como tragedia
y después como farsa, debemos ahora los andaluces padecer como farsa (la farsa
de Ródope de Triana) el inmovilismo del régimen socialista que nos pastorea.
Realmente nada
cambia (a mejor) en este régimen inicuo. Después de 35 años, aquí nada cambia.
San Parménides, patrón del régimen andaluz. Mil veces hemos escrito sobre las
“virtudes” que lo caracterizan: el populismo antisocial, la demagogia, el
cinismo, el clientelismo, el nepotismo, el rencor, la confrontación social, el
revanchismo, la represión… Tenemos un menú degustación en el proyecto de ley de
presupuestos que han enviado al Parlamento. Veamos:
POPULISMO
ANTISOCIAL: La Exposición de Motivos del proyecto describe una situación
económica en Andalucía que nada tendría que envidiar a la feliz y próspera
Arcadia. Semos lo mejón. Europa nos envidia (con perdón). Pues bien, en este
paraíso la Junta mantiene para el año próximo una congelación salarial a sus
250.000 empleados. Octavo año triunfal de recortes -¡anatema!- (perdón, ya sé
que en Andalucía no ha habido recortes; quise decir “aplicación temporal,
pasajera, leve y transitoria de medidas para estabilizar la coyuntura en
beneficio de los andaluces y las andaluzas y corregir las pérfidas
disposiciones del diabólico gobierno de la derecha”). Pues eso, después del
zapaterazo de 2010 (pues no ha de olvidarse que fue el socialista Zapatero el
que bajó los sueldo de los empleados públicos y las pensiones de los
pensionistas –único caso en la historia
patria; puro socialismo español, mú de izquierdas-) que nos llevó a los niveles
salariales del año 2005, seguimos como entonces. El progresista y social
gobierno susanista no devuelve a sus empleados ni un céntimo de lo expoliado.
Aunque, como dicen, Andalucía esté mejor que Europa.
DEMAGOGIA Y
CINISMO: No sólo no han devuelto lo que ya en todo el Estado han recuperado los
demás: la paga extra de 2012 y los días de vacaciones, sino que ofenden
descaradamente la inteligencia de sus súbditos (sí, súbditos; aquí no hay
ciudadanos). Se atreven a decir lo siguiente: “Continuando con el proceso ya
iniciado de recuperación de los derechos suspendidos por la Ley 3/2012… SÓLO se
mantendrán las medidas contenidas en los artículos 6, 12,13,14,15, 16, 17, 18,
19, 20, 21…” etcétera, hasta el 33; es decir, todas las contenidas en el
capítulo III de dicha Ley o, dicho de otro modo, todas las relativas a los
recortes de derechos de los empleados públicos, a excepción de la prevista en
el artículo 25 concerniente a la jornada de trabajo. Jajajaja, SÓLO… Genial,
irresistible Ródope.
CONFRONTACIÓN,
SECTARISMO: Respecto a la restauración de la jornada de 35 horas, establecida
por Decreto Ley 5/2016 (violando, por cierto, la Constitución y el Estatuto de
Autonomía que atribuyen el poder legislativo al parlamento) constituye un
brindis al sol. Y, lo que es peor, está dictada sólo con el ánimo de confrontar
con el gobierno central. En el más puro estilo chavista (en honor de don
Manuel, que instituyó y practicó con sin par maestría esta forma de hacer
política; por algo era la gran cabeza del Partido) la Junta no ha tenido
escrúpulo alguno en usar a los empleados públicos como instrumento para la
confrontación, lo que, como es natural, les importa un carajo.
Lo cierto es que
ningún derecho de los arrebatados en virtud de la citada Ley 3/2012 ha sido
restituido en su integridad a los empleados de la Administración andaluza. Ni
siquiera aquéllos que ya han sido objeto de restitución en otras
administraciones públicas, como la paga extra de 2012 o los días adicionales de
vacaciones.
DECISIONISMO
TOTALITARIO, CLIENTELISMO Y NEPOTISMO: El régimen persiste en la práctica
generalizada de lo que la doctrina científica ha dado en llamar la “huída del
derecho administrativo”. Es decir, trasladar a entidades regidas por el derecho
privado (aunque su personificación sea pública) la gestión de los servicios
públicos que antes prestaba la Administración pública a través de sus propios
órganos y con sujeción al derecho administrativo, que garantizaba el control de
legalidad, oportunidad y eficiencia en la actuación administrativa. Esto,
aunque a la trianera Ródope se le llene la boca hablando de “lo público”, es
justamente lo contrario: entraña una privatización de los recursos y de la
gestión de los servicios públicos. La denominada “Administración paralela”
sigue engordando en los presupuestos de la Comunidad Autónoma, a costa y en
detrimento de la Administración legítima.
Y no sólo eso,
con el cinismo que les caracteriza, bajo el argumento (excusa) de clarificar la
situación de los directivos de los numerosos chiringuitos de la administración
paralela, se atreven (verdaderamente son geniales en sus inventos) a establecer
un sistema dual (bicéfalo) de dirección: “máximos directivos” y “directivos
profesionales”. Este dualismo es revelador de un concepto patrimonialista de la
Administración. Los titulares de cualquier órgano de la administración, sea de
la Administración general o de sus entidades instrumentales, desempeñan una
función profesional. Su selección he de regirse necesariamente por los
criterios de mérito y capacidad; es decir, de competencia técnica. Y su
desempeño ha de obedecer al único criterio de servir con objetividad los
intereses generales (que por cierto es lo que dice la ley, aunque no lo
cumplan; ni tampoco los jueces les obliguen a hacerlo).
El modelo que el
régimen pretende imponer –además de técnicamente indefinido y opaco,
favorecedor del decisionismo; pues, ya se sabe que a río revuelto…- remite a la
idea de “directivos políticos” y “directivos profesionales”. Remite, como hemos
dicho, a un concepto patrimonialista de la administración en el que el partido
gobernante se garantiza y se arroga el derecho a designar a una especie de
“comisarios políticos” en las entidades instrumentales (“máximos directivos” se
designan en la Exposición de Motivos), que supervisan y dirigen la labor de los
“directivos profesionales”.
Totalitarismo
puro, que no tiene cabida (en la teoría, que sí en la praxis, como vemos y
padecemos) en un modelo constitucional como el nuestro.
En suma, el régimen
da una vuelta de tuerca en su joya de la corona (que no es la sanidad
prehistórica -76 millones de años de antigüedad-) sino la administración
paralela; y aquilata un sistema que fomenta el totalitario decisionismo
político, la opacidad, el oscurantismo, el clientelismo y el nepotismo y que,
obviamente, resulta contrario a la justicia, la racionalidad jurídica, la
objetividad y la transparencia.
REVANCHISMO,
REPRESIÓN, REPRESALIAS, DEPURACIÓN: esto no viene en el proyecto de ley de
presupuestos, es la práctica cotidiana de un régimen corrupto e ineficaz. Es lo
que sucede entre las bambalinas de esta grotesca, pero trágica, representación;
y que, obviamente, el público no ve. Pero debe saber; no quedará la cosa porque
callemos.
Este régimen es
brutal, despiadado, cruel e implacable con todo aquél que no se pliega a sus
trapicheos. Y más aún, si amén de no plegarte, denuncias su corrupción. Yo sé
muy bien de lo que hablo. “Es que no te doblegas” -me decían- “Esto podría
perjudicarte; no escribas tanto, que es malo para tu salud; o escribe
novelas...” Y, porque lo sé y lo he padecido y lo padezco, puedo hablar y no me
callarán.
Ser competente
en esta Administración de directivos inútiles y servilones es un baldón; ser
íntegro y honrado en una charca pútrida un pecado imperdonable. Un régimen tan
corrompido no tolera ninguna forma de virtud.
Del mismo modo
que en el cuarteto de Schubert “La muerte y la doncella” la Muerte trata de
seducir a su víctima primero con halagos, con sugerencias luego y con insinuaciones
y perífrasis y, por último, con abiertas amenazas, así actúa el régimen con los
funcionarios que osan defender el interés general antes que el del partido (“el
interés general de mi Partido”, Chaves –don Manuel- dixit) y obedecer la ley
antes que al déspota.
Ahora le ha
tocado el turno a un amigo (Luis, permíteme que así te llame). Hombre íntegro,
inteligente, competente y buena persona. Por eso, amigo; si no fuera así no lo
sería. Luchador incansable contra la corrupción, ha elegido servir a sus
principios antes que a sus conveniencias; ser fiel a su conciencia antes que a
su interés. Sigan su ejemplo algunos.
(Publicado en el blog Ídolos y Llantos, noviembre de 2016)
No puedo más que quitarme el sombrero, lo llevo habitualmente, por este ciudadano y servidor público, que no me deja de asombrar en cada uno de sus textos críticos. Agua para los sedientos y alimentos para los hambrientos, ciudadanos todos padecedores del PRI andaluz. Espero el próximo
ResponderEliminarEstimado amigo, agradezco sinceramente tus amables comentarios -encomiásticos y bellos-, pero, de verdad, excesivos. Discúlpame si no lo he hecho antes, casualmente he visto el comentario pues no dispongo de ningún instrumento de alertas al respecto. Aprovecho para decirte que si te agradan mis ocurrencias puedes leerlas todas (la amabilidad de estas acogedoras páginas de EDL no alcanzan -por razones obvias- a todo lo que publico)en mi blog Ídolos y llanto (idolosyllanto.blogspot.com).
EliminarUn cordial saludo.