martes, 27 de diciembre de 2016

Lotería, comunismo y otros timos


Artículo de Paco Romero


La Lotería Nacional, en particular la de Navidad, sigue sentando alrededor de la mesa camilla el paciente anhelo en busca de un cambio de rumbo en nuestras vidas o, al menos, que sirva para “tapar agujeros”, declaración que se convierte, a la hora del telediario, en la más socorrida por los afortunados que, simultáneamente, descorchan cava pareciera que con el pretendido y único afán de pringar a propios y extraños.

- ¡66.513…!

- ¡4 millones de euros…!

Y así, varias veces repetido, otro 22 de diciembre, el soniquete de los premios navideños resuenan por todos los rincones de la vieja España, desde el cabo de Finisterre al de Palos, desde Portbou a Ayamonte… desde Madrid a Pinos Puente.

Este año, el maligno en forma de décimos premiados ha llegado a la sede de Ferraz y a la del Partido Comunista de Pinos Puente. En algún caso, lo que fueron alegrías iniciales devinieron en desconsuelo y tribulaciones.

Situémonos: El gestor de la lotería, el ya famoso Juanmi Rojo, recibió de su primo -el lotero del madrileño Paseo de Acacias- cinco décimos que fueron agraciados con el primer premio. Mientras Rojo asegura, contando con la inestimable colaboración de su primo, que los compró y repartió a su antojo (uno a su esposa, otros dos a sus jefes inmediatos -el gerente Goyo Martínez y el director financiero, Restituto Hernández- y los dos restantes entre empleados afines), los trabajadores de la sede socialista lo niegan y aseguran que los recibió como regalo por la adquisición de la serie que, finalmente, no resultó premiada.

De la opereta al vodevil: ni los mismísimos Hermanos Quintero hubiesen sido capaces de pergeñar el estreno vespertino de la tarde del 22 cuando Martínez se presentó en comisaría para denunciar el extravío del décimo que le había regalado Rojo. Al día siguiente -gracias, Pharmaton Complex- retiraba la denuncia cuando recordó que, precisamente, ese décimo lo había intercambiado con dos amigos suyos, de forma y manera que se había quedado sin un céntimo de los 400.000 euros del gordo.

La Vega de Granada fue escenario de otro sainete no menos llamativo: Quiso la diosa Fortuna que en Pinos Puente cayera el segundo premio, en su mayoría distribuido por la agrupación local de Izquierda Unida. El 04536 repartió una buena morterá. Bastó que a dos concejalas, Rocío Olmos y Carmen Capilla, también diputada provincial de IU, sin reparar en las connotaciones de la terminación, les gustara el número y lo eligieran, lo que ha servido para repartir casi 60 millones de euros entre sus militantes.

Ante las cámaras de televisión los agraciados presumían de ideales: Mientras la diputada, tirando de manual, aseguraba que la lluvia de billetes se emplearía “para tapar deudas y para los hijos”, otro afortunado, más dicharachero y con menos tapujos, respondía a la pregunta sobre el destino del premio con un certero “¡a gastárnoslo !”, momento histórico desaprovechado por el entrevistador para requerirle su opinión sobre un reparto más justo de la riqueza…

Nada como la riqueza, trabajada o merced a la fortuna, para revelar las “pasiones humanas”. El proceder de los nuevos ricos de Pinos Puente o de los que -todo indica- lucharán en los juzgados por serlo, en nada se diferencia de los principios del denostado Donal Trump, por nombrar la bicha capitalista.


1 comentario:

  1. Muy interesante, a poco que rasques la realidad de superar a la ideología.

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