lunes, 22 de octubre de 2018

Un cambio necesario en el gobierno de Andalucía


Artículo de Antonio Barreda



Tras más de treinta y ocho años de gobierno socialista el modelo aplicado a Andalucía está agotado en todos los campos y nos encontramos ante lo que, en términos filosóficos, sería un devenir que pide un cambio necesario y lógico por el bien de la región. La construcción y el mantenimiento del un régimen ha consumido ingentes cantidades de dinero público que podían haberse usado para dinamizar la economía de la región y elevar el nivel de vida de los andaluces.

Los diferentes gobiernos andaluces no han sabido o no han querido corregir la distribución de la renta y la riqueza en Andalucía, y han provocado con su gestión que si existía en 2009 una pobreza del 31,1 % de los andaluces y andaluzas, ¡un tercio de la población!, en 2018, nueve años después, la tasa de pobreza sigue siendo la misma, un 31%, según los datos publicados en La Encuesta de Condiciones de Vida, que el pasado junio publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esta realidad es especialmente grave cuando se nos vendió constantemente aquellos eslóganes publicitarios pagados con dinero público de la Andalucía de la “Segunda Modernización” o la “Andalucía Imparable” que la crisis de 2008 se llevó por delante. Para que se den un baño de realidad, le aconsejaría a nuestro Gobierno regional que se parara a escuchar a las empleadas de hogar, a todos los que tienen un contrato por horas y dónde está su umbral de renta, a los trabajadores del campo, a las familias monoparentales, a las viudas andaluzas y a tantos colectivos olvidados para los que el día a día es verdaderamente dramático gracias a las políticas desarrolladas por la Junta de Andalucía.

Aún recordamos en nuestra memoria la propuesta realizada por Manuel Chaves, siendo presidente de la Junta de Andalucía, sobre las pagas a las amas de casa y cómo éstas salían del mismo núcleo familiar redistribuyendo la renta de la unidad familiar. Pero la realidad andaluza es muy dura y, frente a tanto pronunciamiento demagógico, muchas familias andaluzas no pueden pagarse siquiera una semana de vacaciones por falta de liquidez. Y sin embargo, la política de la Consejería de Turismo obvia a las familias andaluzas y en todas sus políticas las discrimina en función de la renta.

Mientras la Junta de Andalucía desde el año 2.008 hasta del año 2014  gestionó, vía presupuestos, una ingente cantidad de dinero público para las políticas de empleo y formación. Las partidas recogidas para ello en los distintos presupuestos de esos años indican que manejó 5.640.737.384 de euros, que sumados a la famosa partida 31L nos sitúa en una cifra de 6.858 millones de euros. Estos datos evidencian que todos los planes y las inmensas inversiones de dinero público que durante años han sido realizadas por la Junta de Andalucía en las diversas políticas y planes de empleo no han conseguido ninguno de sus objetivos.

La partida 32L aparece por primera vez en los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2008. Esta partida ha manejado desde 2008 a 2014 la cantidad de 3.235.085.334 de euros. La partida 32D desde 2008 a 2010 ha manejado en los presupuestos la cantidad de 1.125.918.498 euros. La partida 32B de fomento de empleo que manejaba el SAE desde 2008 a 2010 suma 1.279.733.552 de euros. En 2015 no aparecen partidas y tenemos que esperar a 2016 en el que la partida 32D tiene 238.730.033 de euros.

Las tres partidas juntas sumadas, la 32B, 32D y 32L desde el 2008 al 2014 significan 5.640.737.384 euros, que unida a los 1.217 millones de euros que manejó la partida 31L suman 6.858 millones de euros. Y si le sumamos la partida 32D de 2016 suman en total 7.096 millones de euros.

Los datos nos indican la ineficacia de las políticas de empleo y formación de la Junta de Andalucía sobre el Mercado de trabajo a pesar de las ingentes cantidades de dinero usadas. Comparando las Encuestas de Población Activa del 4º trimestre de cada año, de 2008 a 2013, las cifras indican que este último trimestre 2008 terminó con 850.300 parados, mientras el pico mayor de paro se situaba en Andalucía en diciembre de 2013 con 1.446.600 parados, nada menos que 596.300 parados generados en tan solo 5 años.

Muy lejos quedan estas cifras de los 438.6000 parados con los que terminamos 2006 en Andalucía. Y si comparamos esta cifra con el pico mayor de parados de la EPA del último trimestre de 2013, tenemos que de 2006 a 2013 se generaron 1.080.000 parados en Andalucía. Una destrucción de empleo sin parangón en las economías de la UE o incluso a nivel mundial.

Los que tenemos memoria recordamos aún el enorme fracaso de la Reforma Agraria de Manuel Manaute, que no dejaba de ser una tímida mejora de la Ley de Fincas Manifiestamente Mejorables, o cuando José Rodríguez de la Borbolla, presidente de la Junta de Andalucía, nos vendía a todos los andaluces y andaluzas aquello del Silicon Valley sobre lo que iba a ser la Expo’92: mejor darse un paseo por los terrenos de la Cartuja y ver el erial en qué se ha convertido, y, además, sirvió de pago de la famosa deuda histórica.

También recordamos cuando en la misma década de los ochenta del siglo pasado se impulsó la comarcalización de Andalucía sobre la base de que las Diputaciones Provinciales eran entes caducos e irresolutivos, pero desgraciadamente no fueron más allá de la Teoría de los Lugares Centrales de Christaller.  Con los cambios electorales que ello supondría, el poder político perdería prerrogativas y, por ello, la comarcalización fue desactivada por la Junta de Andalucía para potenciar las Diputaciones Provinciales como instrumento de control político y promover las mancomunidades de municipios para “compartir servicios”, y que resultaron ser a la larga una auténtica ruina.

La Junta de Andalucía también ha olvidado las conexiones Norte-Sur en toda la comunidad, sin inversiones en infraestructuras ni en mejora de comunicaciones, abandonándolas a su suerte. La Bahía de Cádiz, con la mayor tasa de paro de toda Europa, soporta aún una autopista de pago como un dogal sobre ella. La falta de inversiones reales en infraestructuras por parte de la Junta de Andalucía provoca el colapso de todas y cada una de las capitales andaluzas, dando, además, de manera consciente, la espalda al transporte ferroviario interior en Andalucía.

En referencia a la política financiera, se pretendió la creación de la llamada Caja única en Andalucía con sede en Málaga (Unicaja), lo que provocó la rebelión en las cajas sevillanas y en la cordobesa (Cajasur), que además decidió no someterse a la Ley de Cajas de Andalucía y que terminó en manos de Kutxabank (la gran Caja vasca). Además, La Caixa tomaba posiciones claras en el sistema financiero andaluz con la compra del Banco de Granada para luego quedarse con la antigua Cajasol Sevillana (la unión de El Monte de Piedad y de la Caja de Ahorros San Fernando) para dejar así a la economía regional en manos de este poderoso banco.

También recordamos desde el antiguo IFA hasta la nueva IDEA y los enormes recursos empleados en la política de inyectar dinero sobre las empresas en crisis que en muchos casos fueron insalvables, dejando de lado en muchas ocasiones la creación de nuevas empresas y puestos de trabajo. Y las famosas transferencias de financiación desde la Junta que dieron lugar al caso ERE, el mayor escándalo de la democracia.  Hoy estamos a la espera de la providencia de la magistrada Pilar Ordóñez ha dictado por la que examinará si otras consejerías autonómicas utilizaron las denominadas transferencias de financiación para mandar fondos a la agencia pública IDEA durante doce años para fines distintos a los que le permite la ley.

Tenemos el caso de los Astilleros andaluces, subastados en lotes después de su encarnizada defensa tras las pancartas contra el gobierno de Aznar. O el de la Consejería de Economía y Hacienda, que durante 38 largos años sólo ha impulsado estudios y ha dejado a la deriva la política económica andaluza. O el caso de la Administración paralela que consume hasta 7.000 millones de euros en recursos públicos y da trabajo a 23.899 personas.

Son tantas y tantas cosas las que han ocurrido en la región durante veinticinco años que obligadamente necesitaríamos muchas más líneas. Para ello recomendamos el libro La Tela de Araña de Andalucía. El poder de un régimen, que pueden encontrar gratis en internet.  Tan solo hoy  hemos recordado algo. Por eso, hoy me viene a la memoria aquel verso de Pablo Neruda: “Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta”.




3 comentarios:

  1. Gran artículo Antonio, como siempre agradecer todo cuanto se está haciendo para intentar cambiar las cosas...

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  2. Que gran desolación produce ver que hay gente que se deja las horas y las palabras para que,los que pueden hacerlo,luchen contra toda esta corrupción y no se consiga erradicarla.Esta incrustada en el alma del socialismo andaluz y no acabara hasta que no se neutralice al PSOE.

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  3. Gracias por toda la información que nos da, muy bueno, y cierto todo lo que dice.Enhorabuena.

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