lunes, 4 de mayo de 2015

Bilingüismo




Es cierto lo que dice el Instituto Nacional de Estadística: Málaga tiene una población real de 2.182.798. Es verdad, como establece la Sociedad de Planificación y Desarrollo (Sopde), que hay unas 560.000 personas que no refleja el padrón oficial. Es auténtico que una quinta parte de esa población extranjera tiene entre 0 y 17 años, un 25 % más que hace una década. Es evidente que estos rincones mediterráneos constituyen una sociedad multicultural y multilingüe. Sin embargo, es rotundamente falso, a pesar de la propaganda oficial de la Junta, que tengamos más de un colegio bilingüe.

La razón es evidente: sólo en zonas donde hay dos idiomas, véase comunidad Valenciana, Cataluña, Quebec, etcétera, se puede dar una situación educativa real de bilingüismo. Lo que hay en Málaga son centros educativos británicos, franceses, alemanes, suecos, finlandeses, daneses,  noruegos, que imparten la enseñanza en sus idiomas y, dejan algunas horas para el aprendizaje del español. No hay más.

Estamos ante lo que se conoce como Escuelas Internacionales, donde hay una lengua dominante. En los Estados Unidos, por ponerles un ejemplo relevante, existen las llamadas “Dual Language Schools “que tiene una lengua mayoritaria y una minoritaria. Dicho de otra manera, son centros en los que a los hispanos se les enseña poco a poco el inglés para que, finalmente, pueda dominar esa lengua igual que la materna.  Es un secreto a voces que ni siquiera en esos centros se alcanza el 50-50 en el uso de esos dos idiomas señalados. Suele ocurrir que los hispanos terminan ayudando a sus compañeros con el español y, éstos, a cambio, hacen lo propio con el inglés. En Canadá existen”“Immersion Schools” para que los angloparlantes aprendan el francés. Los resultados, en ambos casos, suelen ser prometedores.

En realidad, el objetivo de este tipo de centros no es sólo que los niños aprendan los dos idiomas, sino que todos los estudiantes que vienen de diferentes sectores sociales puedan tener las mismas oportunidades en el futuro. Estamos ante dos comunidades, a veces hasta tres, bien diferenciadas culturalmente. Como vemos, estos centros nada tienen que ver con los que hay en Málaga, donde los alumnos aprenden sistemas  educativos diferentes al español y, en otro parla. El Liceo Francés o el St George de la Capital de la Costa del Sol son claros ejemplos de educación francesa y británica en la que niños de diferentes nacionalidades conviven y aprenden en una única lengua vehicular. Es obvio que una gran parte de esos infantes son bilingües, no todos, porque fuera de los centros educativos todo se hace en español, que es el idioma mayoritario de la provincia. Sin embargo, en el Colegio Finlandés de Fuengirola los alumnos tienen un pobre dominio de nuestra lengua por razones fáciles de imaginar. 

Para que exista el bilingüismo efectivo del que nos habla la Junta de Andalucía, se necesita que todo el personal de esos centros tenga realmente esa condición. Algo que sólo se da en un centro situado en pleno corazón del Barrio de la Victoria. Allí, el Lex Flavia Malacitana ha conseguido, gracias a la profesionalidad y buen saber de sus maestros, tener una especie de bilingüismo efectivo en francés y en español. En el resto de centros educativos que rige la Consejería de Educación, el nivel de idiomas del profesorado es paupérrimo. Muchos de ellos han obtenido un patético B2 para poder trabajar en los colegios bilingües pero, lejos del nombre rimbombante, los niños terminan sus estudios sin apenas dominar ese idioma extranjero en el que se imparte Geografía o Ciencias.  Dicho de otra manera, estaría bien que antes de poder enseñar historia en alemán, el profesorado tuviera claro como pronunciar correctamente en la lengua de Goethe. 

Hagamos una comparación entre la enseñanza pública y bilingüe del Instituto de El Palo- en Málaga Capital- donde, a pesar de los progresos, nadie goza de esa condición, con el Aloha College de Marbella, centro privado donde acuden estudiantes de más de 40 nacionalidades diferentes. En el centro marbellí hay profesores de tres nacionalidades diferentes y los niños son bilingües en inglés y español. La gran mayoría de ellos termina estudiando en Universidades norteamericanas o de la Unión Europea. La diferencia entre ambos centros, como ustedes pueden imaginar, es abismal. 

Sin querer abrir un debate sobre lo mal que se enseñan las lenguas en España, es más que evidente que hasta  en las zonas con grandes núcleos de población extranjeras, seguimos estando a la cola en relación a los países de la Unión Europea. Bien es cierto que en Málaga hay más gente que domine otros idiomas porque, entre otras cosas, vivimos del turismo y, porque buena parte de la población proviene, desde el siglo XIX, del resto de países de nuestro continente. Sin embargo, lo que está fallando es una patética política educativa andaluza y, por otro lado, unos profesores incapaces de enseñar correctamente en la otra lengua vehicular. 

Desgraciadamente hay una inmensa mayoría en España que piensa que el mundo es monolingüe cuando, en verdad, gran parte de la población domina dos y hasta tres lenguas. Esta riqueza idiomática, y lo digo por experiencia, nos permite ver el mundo en diferentes colores. Así, un servidor puede degustarse con un libro en catalán de Josep Pla tras disfrutar de una obra de teatro en inglés o, de una conversación en danés con una bella señorita escandinava. Al margen de las ventajas y de los efectos positivos en el cerebro de dominar varias lenguas, la verdad es que el monolingüismo es sinónimo de atraso absoluto. Eso lo saben bien en The European Schools Movement que tiene como misión, a través de la enseñanza de diferentes lenguas, promover una cultura europea que supere las rencillas entre naciones del pasado. También en United Nations International Schools, tanto en su Campus de Manhattan como en el de Queens, se enseñan diferentes lenguas con el objeto de crear una conciencia global del ser humano. Mientras, el gobierno de la República Bananera de Andalucía se concentra en convencer al personal de que por poner un cartel a la entrada del colegio con la leyenda bilingüe, ya está todo hecho. 

Que sigan los de la secta del capullo hablando con lengua de serpiente. Que continúen con las mentiras de los centros bilingües. Por mí como si cuelgan el cartel de Institutos de vida extraterrestre. La verdad, a veces, sólo tiene un camino; el andaluz lleva directamente al más espantoso de los fracasos.  No importa en la lengua que lo escriba porque no lo van a entender. Consecuencia de vivir en una dimensión paralela que se llama incultura.



http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/SERGIO%20CALLE%20LLORENS

2 comentarios:

  1. Muy bueno. A la Garduña no le interesa introducir el bilingüismo. Por ahora, en sus tuits propagandísticos demuestran hasta desinterés en mejorar el monolingüismo.

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    1. Chaves, al menos, ha estado toda la vida tratando de mejorar su dislexia con la ayuda de un logopeda El resultado es un dominio absoluto del farfullín andalusí que se habla en algunos rincones.

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