domingo, 20 de marzo de 2016

Querido Eduardo Maestre


Artículo de Rafa G. García Cosío


Sabes perfectamente que los piratas que dirigen Andalucía desde los tiempos del sello que encabeza este artículo no se han dedicado todos estos años al robo solícito y sistemático por un particular odio hacia sus ciudadanos; ni siquiera por una codicia infinita, tan atribuible a los políticos no sólo españoles, sino de cualquier país; sabes, creo, o quiero creer, que el principal objetivo del saqueo y la pésima gestión del Partido Socialista Obrero Español de Andalucía siempre fue condenar a esta región al furgón de cola y a la irrelevancia más absoluta para así seguir robando (miles de millones, como quien dice) sin resistencia alguna. Cuando un pueblo tiene cada vez menos que perder, qué más da seguir perdiendo? Y si el Sol y kilómetros de playa acompañan como ideal terapia, qué más da alguna que otra soleada legislatura más con latrocinio abusivo? Aunque para kilómetros de playa (y para piratas), los que tiene Somalia, sinceramente.

Esta, al menos, es la conclusión que saco tras leer, año tras año, los patéticos indicadores educativos (irreversibles?) de la atrasada Andalucía. Cuando veo, lustro por lustro, esos datos de paro cisjordanos que no varían. Ese empeño diario de Canalsur por arder con la madera multimillonaria de los impuestos en los salones de los andaluces al estilo de una hoguera platónica en cuya cueva, además de Platón, caben Ali-baba y sus cuarenta ladrones. Verás, es una conclusión plausible: como dijo aquél en Twitter, los medios de comunicación y en general los periodistas españoles tienen ese don de conectar en directo con la panadería de Rita Barberá o Esperanza Aguirre mientras en Andalucía se descubre algún zulo o alguna vaca cosida a billetes con un valor que supera las nueve cifras. Y ese desdén solo es posible con una región pobre que es irrelevante por eso mismo: por ser pobre.

Y en este páramo apareciste tú con nuestro amigo Luis Escribano, que yo recuerde, como muy pronto, en el verano de 2012. Tarde, a mi juicio, pero como un vaso de agua en un verano -invierno, para mí entonces, en Nueva Zelanda- muy caluroso. Tenía la certeza de que veía a un gran líder andaluz, por primera vez en mi vida y con gran orgullo, a pesar de que nunca había sentido orgullo por Andalucía, más allá de una melancolía leve durante mis primeros años en el extranjero que era más homesickness que otra cosa envuelta con los colores verde y blanco y las columnas de Hércules. Con el tiempo, y como gran fan de vuestros pedagógicos vídeos, me di cuenta de que Luis y tú érais lamentablemente dos ramitas en un gran desierto, y que si en el futuro la humanidad asociaría Facebook con el chaval pecoso de las chanclas, o los documentales marinos con Jacques-Yves Cousteau, una posible Andalucía finalmente moderna asociaría estas décadas grises y vergonzosas con el sofá en el que os sentais Luis y tú o el croma de tus apariciones.

Líder? Sí, líder. Pero quiso Dios que nuestra región fuera poblada por gente que, pese a ser sin duda la de más salero, encanto y generosidad (siempre estuvimos a la cabeza en los transplantes de órganos no solo en España, sino en todo el mundo, y esto no es obra del PSOE, que aún no decide la política de extirpación de riñones), tuviera la puta manía de fijarse en líderes al estilo de aquél vendemotos de los Simpsons al que todos adoraban y al que acaban pillando en una nave espacial de mentira con sacos de dinero de sus seguidores.


Para entender Andalucía, siempre recurro al chascarrillo de Carlos Nino en su libro Un país al margen de la ley, refiriéndose a Argentina. Apunta a los siete días de la Creación, cuando un ángel preguntó: ''No crees, Señor, que se te está yendo de las manos la generosidad hacia esta parte del mundo [Argentina], comparándola con Tu moderación hacia otras partes del planeta?'', a lo que Dios respondió: ''Tranquilo, que compensaré esa munificencia poblando a esa tierra con argentinos''.

Pero llevo tanto tiempo fuera de los límites geográficos de Andalucía que cada vez me siento más turista en mi tierra y, por tanto, más ajeno a las barbaridades que allí se cometen. Además, este artículo o carta va de otra cosa. Cuenta el gran Amando de Miguel en sus interesantes Memorias y Desahogos que su vida ha estado poblada a partes iguales por ángeles rescatadores y ángeles exterminadores. Tú eres un ángel rescatador, pero no solo de las almas heridas de cientos de andaluces (me encantaría poder decir miles!), sino también de tus propios amigos, entre los que me incluyes. En la primera posición de mis ángeles rescatadores tengo a mis padres sin duda, pero también a ti. Porque eres, como me ha revelado un pajarito de El Demócrata Liberal, como un padre para nosotros. De alguna manera, en los momentos de dificultad de esta iniciativa, típicos de cualquier proyecto regenerador, has sido capaz, pese al estrés y las heridas de tu propia vida, de abrir las alas y mandarnos pa' lante al resto de polluelos, mirando al horizonte, cara a cara a nuestro enemigo.

Sin embargo, tristemente tienes razón cuando, con tono jocoso, aseguras que nuestros artículos no van a provocar la menor reacción, el menor cambio, en la vida política de nuestro país. Cuando con algo más de pena te preguntas si vale para algo escribir tanto para nada, como unos verdaderos masocas. Y es que, como dijo el editor austriaco Fritz Molden, Mut ist immer mit Dummheit verbunden, la valentía siempre va unida a la estupidez.

Por todo ello, te agradezco -creo que hablo por todos los que aquí escribimos- tu iniciativa y tu liderazgo, y deseo muchos más artículos brillantes y más vídeos de esos en los que Luis aporta los números y tú la mercromina (con esos toques de humor) para los andaluces que nos sentimos heridos día tras día, en una sociedad que se desangra lentamente y tan escasa de plaquetas. Aunque nos acabemos convirtiendo en una Somalia más o menos europeizada.


2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el artículo. Creo que sí sirve la labor de mostrar y descubrir al rey o reina, de manera que los andaluces descubran que está desnudo y a su vez el efecto sería más intenso si al mismo tiempo se ofrecen soluciones , alternativas u opciones en positivo.

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    1. Estimado Juan Manuel, gracias por su comentario. La alternativa han de elegirla los andaluces. Y tenerla, claro que la tienen. Otra cosa es que se resignen, como ha pasado hasta ahora, a <> un pacto nocivo solo porque piensen que no queda otra. Que no queda otra es precisamente lo que los interesados de la Junta les dicen, pero no es verdad. Basta con la unión de todas las fuerzas de la oposición para higienizar el Parlamento y crear un gobierno de <>.

      Saludos.

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