Artículo de Eduardo Maestre
Me gusta Torra. Me gusta Quim Torra! Sí, ya sé que
para un ciudadano con dos dedos de frente puede parecer una barbaridad escuchar
algo así; pero es que no puedo evitarlo: me gusta Torra! Por qué?
Pues porque con Torra no hay sorpresas; no hay
dobleces. Con Joaquín Torra jamás vas a tener sospechas. Es diáfano. De su boca
fluye un manantial de supremacismo nítido, de desprecio diamantino. Sus
escritos, que jamás ha ocultado ni piensa silenciar, hablan de los españoles en
los mismos términos que Hitler lo hace de los judíos en Mein Kampf, o Lenin de
los kulaks: somos bestias, animales
estúpidos con un bache en el ADN, haraganes insensibles. Para el etnólogo
radical Torra, los españoles somos un tumor que, antes o después, hay que
extirpar. No hay dudas con Quim Torra: no engaña a nadie!