Artículo de Enrique Rodríguez
Hay en España quien quiere ultrajar la lengua española, sin entender, por ignorancia, que cuando se intenta imponer una lengua sobre otra, despreciándola, se está declarando explícitamente que la lengua a la que se pretende dar supremacía, por medios ilícitos, presenta muchas más debilidades que a la que se desea desvigorizar.
La lengua, el idioma, es una facultad innata al ser humano, una comunicación codificada entre personas, y lo utilizamos para transmitirnos con palabras, letras y signos, ideas y pensamientos que indudablemente han ayudado y ayudan al progreso y a la civilización.
Desde el siglo XV/XVI el idioma español o castellano se universaliza, a través de su propagación por todo el mundo. Como consecuencia de su proceso de expansión, hoy en día, se distribuye en territorios geográficos muy diversos.
La riqueza, el desarrollo y la difusión de esta lengua, crece a diario.
Nuestro idioma, está posicionado entre los idiomas más hablados por mayor número de gente en el planeta, actualmente cerca de 500 millones de personas hablan nuestra lengua, ni más ni menos.
Este es el mérito y el rédito, de lo que yo considero un tesoro, por sus riquezas en contenidos.
El interés por el español para los estudiantes de idiomas no ha dejado de crecer por delante de otros idiomas con más tradición.
Y he aquí que en una parte de nuestro propio país, unos talibanes idiomáticos, quieren acabar con él, sin piedad, ultrajándolo, y menospreciándolo, sin querer reconocer sus valores.
La mutilación programática, de un idioma universal, que además es requerido y utilizado por más de la mitad de la gente que habita en esa comunidad española y que sin dudarlo ofrece muchas más oportunidades en todos los sentidos, a quienes lo utilizan.
No se puede permitir, en este caso, y en un mundo en progreso, que un provincianismo arcaico, se quiera situar por encima de lo internacional.
Como no soy talibán, no quiero que el idioma catalán desaparezca eso lo dirá el tiempo y su masa crítica; pero de ninguna forma podemos ni debemos permitir que el idioma español quiera ser pisoteado o ninguneado en Cataluña, por una congregación de radicales idiomáticos.
Desde el siglo XV/XVI el idioma español o castellano se universaliza, a través de su propagación por todo el mundo. Como consecuencia de su proceso de expansión, hoy en día, se distribuye en territorios geográficos muy diversos.
La riqueza, el desarrollo y la difusión de esta lengua, crece a diario.
Nuestro idioma, está posicionado entre los idiomas más hablados por mayor número de gente en el planeta, actualmente cerca de 500 millones de personas hablan nuestra lengua, ni más ni menos.
Este es el mérito y el rédito, de lo que yo considero un tesoro, por sus riquezas en contenidos.
El interés por el español para los estudiantes de idiomas no ha dejado de crecer por delante de otros idiomas con más tradición.
Y he aquí que en una parte de nuestro propio país, unos talibanes idiomáticos, quieren acabar con él, sin piedad, ultrajándolo, y menospreciándolo, sin querer reconocer sus valores.
La mutilación programática, de un idioma universal, que además es requerido y utilizado por más de la mitad de la gente que habita en esa comunidad española y que sin dudarlo ofrece muchas más oportunidades en todos los sentidos, a quienes lo utilizan.
No se puede permitir, en este caso, y en un mundo en progreso, que un provincianismo arcaico, se quiera situar por encima de lo internacional.
Como no soy talibán, no quiero que el idioma catalán desaparezca eso lo dirá el tiempo y su masa crítica; pero de ninguna forma podemos ni debemos permitir que el idioma español quiera ser pisoteado o ninguneado en Cataluña, por una congregación de radicales idiomáticos.
No se puede hacer un análisis más preciso y de mayor enjundia que el realizado por éste autor. Mi enhorabuena a su capacidad en todos los artículos que publica. Juan Fons.
ResponderEliminarAdemás es anticonstuticional. Claro que la Constitución está muerta y enterrada. Casi desde que nació. RIP.
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